Por tierra, mar y aire
León sigue siendo un cuerpo extraño en Castilla y León, en palabras de Montesquieu, un mal necesario, que hay que soportar –y explotar– y con tal motivo, como elemento indeseable de su elenco provincial, no vacila en infligirle las ignominias más inverosímiles, según lo exija el guion en cada momento. No parezca exagerada esta afirmación. Es fácil coercer al débil y asediarlo hasta el expolio de sus exiguos recursos, máxime si además de la aplastante superioridad que otorga la legislación vigente, cuentas con una quinta columna dentro de las filas del enemigo a batir.
Que a la Denominación de Origen Rueda se le antoja incluir la variedad de uva Godello y sacar la exclusividad a la Denominación de Origen Bierzo para que tenga que compartirla, pues no hay problema, se pone toda la maquinaria administrativa a funcionar y la pátina legal está servida. El procedimiento es de una simplicidad abrumadora. La Junta de Castilla y León autoriza a la Denominación de Origen Rueda para que haga mangas y capirotes que para eso es una entidad vallisoletana y hay que rendir pleitesía al que manda, y quien manda en esta comunidad es Pucela y sus adláteres.
Una vez tomada la decisión por los prebostes de turno, sólo queda movilizar toda la maquinaria que está a su servicio. Nunca perdamos de vista que en el gobierno central ejercen su docto magisterio dos ministros vallisoletanos que ni bajo tortura faltarían a su compromiso con su tierra natal. El Bierzo, que se ponga en decúbito prono o decúbito supino, no deja de ser una parte de León, no tiene valedor, ni en Valladolid ni en Madrid y por desgracia ni en León. El Consejo Comarcal del Bierzo, trasunto de otro organismo tan ineficiente como su homóloga Mesa por León, se cuidara mucho de no contravenir las órdenes de sus amos y a lo sumo hará como que protesta.
Pero esto sólo es un aperitivo del rosario de medidas que se pueden poner en práctica. Sigue habiendo más recursos. Los representantes de los diversos partidos políticos de carácter estatal con mando en plaza de la tierra leonesa se aplicarán como un solo hombre, si reciben instrucciones concretas para desahuciar a sus votantes, excepción hecha de puntos muy sensibles donde el representante de turno hará mutis por el foro o bien tratará de justificar lo injustificable tratando de salvar el culo propio, aunque sea a costa de dejar a su gente con el suyo al aire. Sólo accidentalmente, y debidamente consensuado previamente con sus mentores, podrá sacar pecho y hacer como aquel que lo arriesga todo por los suyos.
Por si esto fuera poco el Partido Popular, que regenta los destinos de Castilla y León desde casi su creación, es poco amigo de reivindicaciones y reclamaciones, por eso cuenta entre su escaso bagaje agrario un sindicato `ad hoc´ como es Asaja, también conocido como Jóvenes Agricultores, herederos ideológico de los partidos agraristas que ya conocieron el esplendor de su actividad en tiempos de Alfonso XIII. Y así, la gerencia autonómica de este sindicato, cumpliendo con su deber, defenderá a capa y espada la titularidad compartida a favor de Rueda.
Curiosamente la batalla no está ganada y hay que recurrir a juego sucio para que al menos, aparentemente, todo sea legal aunque se sepa que no es justo. Con este motivo se recurre a la política de hechos consumados como que Rueda acredita más hectáreas de dicha variedad que en el Bierzo. También se recurre a enturbiar las aguas incluyendo en la demanda a Segovia y Avila como productores de este tipo de uva. ¿Quién dijo que una Denominación de Origen ha de verse circunscrita a su lugar de origen primigenio? Se admite la protesta de Asaja León como paladín de la causa leonesa del Godello, quizá como canto de cisne, antes de que manden ¡firmes! desde la sede central.
De todos modos, estas demostraciones de fuerza ayudados de métodos insidiosos suelen aportar consideraciones que de no reparar en ellas pueden pasar fácilmente desapercibidas. La primera es el lamentable y lacrimógeno recurso de acusar “de leonesismo” al movimiento que se opone a tamaño despropósito. Otra sería la postura del Consejo Provincial del Bierzo frente a tal disparidad de criterio. ¿A favor de quien estará en este caso en que colisionan sus preceptos de castellanoleonés y berciano a un tiempo? Se admiten apuestas. Una tercera es la postura de la Denominación de Origen Bierzo. ¿Sin apoyos de Asaja nacional o autonómica, sin apoyos del Estado, de la Junta y sin los políticos bercianos a su favor, renunciarán al apoyo que sin duda les prestaría el resto de León, sólo por demostrar la singularidad Berciana?
Pudiera pensarse que la cuestión es un tema de consumo interno, pero lejos de ello el asunto ha trascendido allende de las fronteras de León y ha llegado a Galicia, donde el Godello tiene presencia en las denominaciones de origen Valdeorras, Ribeira Sacra o Monterrey. El movimiento de la DO Rueda causa inquietud porque así como la comercialización de dicha variedad en el Bierzo ha coexistido pacíficamente con los anteriores, el intento de apropiación indebida por parte de los enólogos y viticultores vallisoletanos podría acabar siendo muy lesiva para sus intereses. León quizá trague carros y carretas, pero fuera las tragaderas no son tan anchas ni tienen necesidad de rendir pleitesía a la capital de Castilla.
Tomás Juan Mata pertenece a Urbicum Flumen, la Asociación Iniciativa Vía de la Plata