Las familias de los seis mineros muertos hace 12 años en León exigen a la Justicia que dicte sentencia ya

Manuel Moure, padre de unos de los fallecidos en el accidente de la Hullera Vasco-Leonesa, este jueves a las puertas de los Juzgados de León.

Elisabet Alba

Familiares, amigos y seres queridos de los seis mineros muertos en un escape de grisú en el Pozo Emilio del Valle de la Hullera Vasco-Leonesa, en el municipio de La Pola de Gordón, hace ahora 12 años, protestan este jueves ante el Juzgado de León para exigir una justicia que no llega, dos años y medio después de que el juicio contra los 16 acusados de su homicidio imprudente siga sin sentencia.

José Antonio Blanco, Juan Carlos Pérez, Roberto Álvarez, Orlando González, José Luis Arias y Manuel Moure, que tenían entre 35 y 45 años, perdieron la vida en el tajo el 28 de octubre de 2013, en el primer turno del lunes, cuando se producen siempre los peores accidentes en la minería. Otros ocho de sus compañeros resultaron heridos de distinta consideración. Y el sentimiento de sus allegados sigue siendo que se podía haber evitado.

La Justicia tardó una década en sentar en el banquillo a los 16 acusados de seis homicidios imprudentes y ocho delitos de lesiones imprudentes. Lo hizo en el Juzgado de lo Penal número 2 de León y a la segunda, porque la primera vez que se señaló el juicio se suspendió en las cuestiones previas porque las defensas 'se acordaron' de que sus representados tenían seguros de responsabilidad civil que, en caso de condena, podrían responder económicamente por ellos, devolviendo el caso nuevamente a Instrucción.

Dos años y medio después de que el caso quedase visto para sentencia, todavía no hay un pronunciamiento judicial y toda explicación es que la jueza que se hizo cargo de él “está de baja”. La magistrada María Argentina Álvarez Rodríguez todavía no ha emitido veredicto y, aunque todas las fuentes consultadas por ILEÓN coinciden en la anomalía de la situación, nadie sabe o quiere explicar qué pasa o puede pasar con el caso.

Concentración de familiares de mineros fallecidos en el accidente en la Hullera Vasco-Leonesa, este jueves a las puertas de los Juzgados de León.

La última en pronunciarse ha sido la nueva presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, antigua presidenta de la Audiencia Provincial de León, Ana del Ser, que manifestó a los medios que no ve salida al retraso. Tampoco han querido aclarar nunca a este medio ni el juez decano de León ni el Consejo General del Poder Judicial cuándo habrá una resolución.

No solo las familias de los mineros están esperando por la Justicia, también los acusados entre quienes están el que fuera el presidente de la compañía minera, Antonio del Valle, su vicepresidente y consejero delegado, Arturo del Valle, y de Aurelio del Valle, vocal. Tres miembros de la familia franquista Del Valle propietaria de la Hullera Vasco-Leonesa, en proceso de desguace tras su quiebra en 2015.

Además, en el procedimiento hay otros 13 responsables más de la mina que se han sentado en el banquillo junto a ellos y que siguen esperando un pronunciamiento, entre ingenieros y vigilantes de seguridad de la compañía que debían garantizar las condiciones de la explotación.

La Fiscalía pidió en el último momento sentencia absolutoria para cinco de los acusados, los vigilantes de primera de interior o plantillas y los vigilantes de seguridad de la empresa minera, y sentencia condenatoria para los once acusados restantes a los que considera responsables de los delitos de homicidio y lesiones por imprudencia.

Por su parte, las acusaciones mantuvieron la petición de condena para todos los hombres que se sentaron en el banquillo de los acusados por el accidente mortal al considerarlos responsables del fatídico suceso que acabó con la vida de seis mineros en el tajo.

Las defensas insistieron al final del juicio en la libre absolución de sus defendidos porque el accidente fue “fortuito”, “no se pudo prever ni evitar” y por “falta de pruebas”, condenar en costas a las acusaciones y, “en el caso remoto de haber sentencia condenatoria” que se aplique el atenuante de dilaciones indebidas por juzgar después de una década un accidente mortal que sucedió el 28 de octubre de 2013 y que quedó visto para sentencia el pasado 30 de marzo de 2023, todavía por resolver.

Las familias exigen Justicia

Cuando están a punto de cumplirse 12 años del trágico suceso, las familias exigen Justicia “ya”. Agotados e impotentes por la falta de respuestas, han decidido llevar su protesta a las puertas del Juzgado de León. Este jueves, un grupo de seres queridos y amigos de José Antonio Blanco, Juan Carlos Pérez, Roberto Álvarez, Orlando González, José Luis Arias y Manuel Moure se ha apostado delante de la sede judicial: “Con una pancarta, el casco y la lámpara de mi hijo, que es todo lo que nos queda de él”, cuenta a este medio Manuel Moure, que comparte sangre minera, nombre y apellido con el hijo que un día se fue de casa para ir a trabajar y no volvió.

“Aquí vamos a estar. Hoy y todos los días que hagan falta, porque esto ya es una vergüenza”, subraya. “A nosotros nadie nos explica nada, pero a los abogados tampoco. La única contestación es que la jueza está de baja. ¿Dónde se ha visto esto? A los dos años si un trabajador sigue de baja lo valora un tribunal médico y o está para trabajar o lo jubilan. Si tiene miedo a los Del Valle, que se dedique a otra cosa”.

Desde primera hora mantienen una manifestación pacífica frente a la sede de Justicia, “para que, por lo menos, nos vean”. “Estamos en la pelea y vamos a seguir”, asegura, sin perder de vista que quizá esta acción les suponga a ellos consecuencias con la ley. Y en ese sentido lo tiene claro: “Lo mejor que puede pasar es que me detengan, porque así sería noticia todo esto que está pasando, pero es que no hay suerte ni para eso”.

Su única reivindicación sigue siendo la misma desde que perdió a su hijo, “que se haga Justicia. Que dicten sentencia y punto. Solo queremos eso. Cuando la haya y se recurra, ¿vamos a estar otros diez años esperando? ¡Y cumplo 90 y me muero! Llevamos ya 12 años de pelea y sin ninguna respuesta”.

El recuerdo de seis vidas que se quedaron sin aliento

El terrible suceso del pozo Emilio del Valle, en el Grupo Tabliza de Llombera (La Pola de Gordón), en el que seis mineros perdieron la vida por un súbito escape de gas metano, estaba considerado el más grave producido en los últimos 30 años de la minería leonesa de carbón, tras el de Fabero en noviembre de 1984 con ocho muertos y el de Caboalles de Abajo en 1979 con diez, hasta el trágico accidente de Cerredo de este año que volvió a reabrir una herida que nunca había estado del todo cerrada.

El accidente en La Vasco conmocionó a la localidad de Las Ventas de Albares, que se divide entre los municipios de Torre del Bierzo y Bembibre. De allí era Carlos Pérez, que estaba casado y tenía dos hijos de 16 y 13 años. Aunque vivía en León, prácticamente todos los fines de semana se acercaba al pueblo con su familia para visitar a sus padres.

Manuel Moure era natural de Ciñera de Gordón, donde era muy conocido. De familia minera, tenía 39 años y acababa de ser padre de una niña hacía escasas semanas. 

De Robles de la Valcueva (Matallana del Torío) era Antonio Blanco, de 42 años. Casado y con una niña vivía en León pero casi a diario subía a su pueblo. Le quedaba muy poco para prejubilarse y poder disfrutar a tiempo completo de su mujer y su hija. De joven, empezó a trabajar ayudando a su padre que era pintor, pero pronto dejó la brocha y empezó a trabajar en la mina, como su hermano, que también trabajó en la Hullera Vasco-Leonesa.

La consternación también llegó a la localidad de Fontanos, del municipio de Garrafe de Torío. De allí era Roberto Álvarez que, con solo 35 años, era el más joven de los fallecidos. Roberto dejó dos hijos pequeños, una niña de dos años y un bebé de meses en el momento del fatal accidente.

La muerte de Orlando González también tiñó de luto La Pola de Gordón, donde vivía con su madre aunque él y su familia son del pequeño pueblo de Paradilla. Tiene un hermano que vive en Geras, estaba soltero y llevaba entre doce y trece años trabajando en la minería.

El único de los fallecidos del accidente del Pozo Emilio del Valle que no era de la provincia de León fue José Luis Arias, un asturiano casado y con dos hijos que era natural del concejo de Pola de Lena y que se había trasladado para poder seguir trabajando en la minería.

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