El señor Mañueco vino a Legio y habló… de aventuras
Si alguien aquí en este ente autonómico, no ha hecho otra cosa que improvisar, y lo planteado sobre la marcha ir rociándolo de perversa intención para confundir lo leonés con lo castellano-dominante, es, o mejor son, los políticos autonomistas que en la Comunidad llamada hoy Castilla y León han sido. Y como quiera que los de la mano derecha, están amarraos como lapas, y los de la izquierda, salvo honrosas excepciones, en el tema leonés diferenciado, no sólo no los hostigan, sino que los apoyan, ahí vamos a remolque o arrastrados sin compasión los leoneses.
Dentro del programa político de no dejar volar a los leoneses con alas propias, a pesar del prestigio en lo aeroespacial en la ULE –¡o por ello!–, vienen una y otra vez con malhadada postura, la de quien domina y avasalla, para que sepamos quien manda. Caléndula es otra gran disculpa, que si hubieran sabido que iba a llegar hasta aquí, y con éxito, aun dominando ellos, los políticos autonomistas, la situación por estatutos, siempre con dotación económica tardía y cicatera. Vamos que tampoco dan puntada sin hilo, no lo tendríamos aquí en la ULE, estaría en la UVA, Universidad de Valladolid.
Téngase presente que en marcha está un avieso plan centralizador del noroeste –¡El gran robo a León!– perfectamente estructurado ya, definido como magnificente entorno pucelano“ –¡Verdadera ¡presunción de poder!–, egoísta a tope, citamos la U de vías en ciernes (de Olmedo), que viene a complementar la X centralista de... ¡Todo y por todo en Valladolid!
De qué aventura nos habla Mañueco, salirnos de este ente no es tal cosa, lo que ocurre es que ellos, los políticos mandones e intolerantes quieren transformarlo en una odisea, que es cosa bien distinta. Mas, Caléndula no entra en el juego de sirenas con cánticos de calma y atracción. Ni tampoco es una dádiva autonómica, por si acaso pretende así vendérnoslo, es trabajo leonés ULE: ¡Bien hecho!
Nunca quisimos entrar en esta autonomía, en el juego viciado por la facción castellana, nos empujaron otros, y de mala manera. No hemos estado jamás a gusto, y lo saben. Lo evidente ahora es que estamos en preparación de irrumpir en la buena senda, la de la libertad, que nos fue tan afín en el devenir histórico, para alcanzar el autogobierno leonés. ¡Ah!, y esto les da miedo.
Unidad Leonesa
Sí, señor Mañueco, cuando vino a lo de Caléndula, haciendo acto de presencia –pues el superordenador ha alcanzado altas cotas (segundo de España)– usted como contrapartida se considera en condiciones de desalentar a los leoneses para que ni escuchen, ni acompañen a Unidad Leonesa, un transversal empuje de leoneses, que en el mismo día de su estancia en Legio, adquirían el compromiso de empezar a llenar los espacio vacíos de una hoja de ruta, que ¡no es virtual!, va a ser real y efectiva. ¡¡¡Ya lo es!!!
Por cierto, Unidad Leonesa, cuando estoy escribiendo esta mi opinión, veo la noticia, ya le han contestado de forma pertinente, clara y contundente, con firmeza y datos señor Mañueco. Más viveza imposible, Como leonés, gracias.
“En estos momentos la situación territorial no está para ninguna aventura”. A qué momentos se refiere el 'ínclito prócer', a los nescafé, a los de tacita a tacita, o a los de transitoriedad liberada personal suya, porque se acaba de quitar de su chepa a Gallardo (al parecer no de la nómina), siempre dispuesto a soltar lo que usted no se atrevía a decir; ojo, demasiadas veces sin pedirle permiso.
Aventura la de Mañueco sin Vox
La aventura va a ser la suya hasta el final de la legislatura. Con los nuevos comicios, el leonesismo, el sentir de los leoneses, políticamente le puede dar el susto de su vida. ¡Vaya momentazo para los leoneses! No porque le queramos mal, su rol aquí, en el ente, ha sido el de uno más, dañino, engañoso y siempre con los paniaguados colaboracionistas de León, en estúpido acompañamiento.
La situación territorial a la que alude, sin especificar la de quiénes, es de un confusionismo manipulador en sementera. En la obligada y maligna situación autonómica de los leoneses no hay nadie en España. Sus pronunciamientos de supuesta firmeza, vienen a ser, poco más o menos, lo del antiguo cuento del sacamantecas a los niños que se usaba para calmar la rebeldía de los infantes.
¿Por qué no trajo bajo el brazo la autorización escrita, y dotación económica, para la Facultad de Medicina en León?
La estabilidad que preconiza como medicación para los leoneses la va a necesitar él, y no por tacitas. ¡A calderos! Ya no se la juega ante Silván, sino que estará en entredicho con el pueblo leonés, bien avisado para la ocasión. Estamos ante ¡el despertar leonés de una angustiosa situación que toca a su fin!
Por cierto cuando muchos políticos autonomistas se vayan, y no tardando, lo quieran o no, aquí se quedará Caléndula, y nuestra ULE lo manejará como propio, sin injerencias, en el feudo autonómico leonés.