Y Cendón salió al balcón

Ganó (reiteró y manejó) la condición de secretario provincial de León disponiendo del aparato del partido, no digamos con malas artes, que ya el aparato en sí puede ser un tormento, pero sí signifiquemos que mediante manejos de dudosa aplicación. A valorar tenemos lo de Riaño y Crémenes, como muestra, que ante la duda se lo quitó de en medio, y no tuvo la elegancia, en el caso de no haber sido él y sí algún acólito zumbón, de guardar el respeto debido a las personas, porque lo estatutario no se ha de interpretar a conveniencia de parte. Es evidente, ignora lo que es la generosidad interpretativa de las cosas.
¡¿Cómo va a creer o querer un León libre y autónomo?! No es que esté tan sólo a lo que de arriba le manden, es que no cree en León, no vive lo leonés, ese sentir ciudadano que clama por su libertad, la que como pueblo ganó con el mejor de los Alfonsos medievales coronados. Sí, un pueblo que al mundo cedió sus experiencias y saberes, y en el devenir de injerencias castellanas con solapados silencios en la historia, y nuestros perniciosos entremetidos lapsus, hemos llegado hasta nuestro hoy, en el que con nosotros juegan los castellanos en Valladolid al escondite de la gallinita ciega. Lo sabe, ayuda, y le importa un bledo la ciudadanía leonesa.
La hiriente muestra de que vive de espaldas al pueblo leonés, sus vicisitudes y decadencia, la encontramos en la frase “Hay un Partido Socialista unido, fuerte y que cumple con esta provincia”. ¿Ignorándonos y arrinconándonos cumple?¡Tiene gracia la cosa! La unión será entorno a él, gentes temerosas de revalidar los puestos de salida en las listas electorales, sin tomar la medida al pueblo. Puesto que lo de cumplir con la provincia es puro cuento. Siempre de mínimos y a toro pasado, ¡migajas que puedan caer de otras mesas rebosantes!
Ya queda ridículo lo de un León fuerte dentro de la comunidad.
Me permito emplazarle a que nos enumere lo conseguido por su partido en la oposición autonómica castellana. Lo que nos ha favorecido. Pues a la vista está lo que han hecho de modo contumaz: remar, cual galeotes, a golpe de maza del dirigente autonómico PP, para tenernos amarrados a los leoneses. ¿Acaso no lo ve? O el antifaz de Ferraz “no le deja”. ¿Dónde queda el principio de personalidad cumplidora para con los esquilmados leoneses?
El desdén con el que hemos sido tratados desde el centro del poder autonómico arrebatándonos estatus y planteamientos estratégicos de siempre nuestros, saltan a la vista a poco que miremos en nuestro entorno con mirada limpia de ideologías y veamos cómo se han ido vías, trenes, carreteras…, y bienes.
También desde lo gubernamental, claro, ya viene desde Pepiño para acá. Zapatero lo trató de enderezar, a su manera, tan débil quedo el entronque que se lo van llevando otros, y parece feliz el ex, y eso aún escuece más.
El día 27 de abril, ahora, dice Cendón “hará público el proyecto de futuro para León”. Es momento idóneo para enumerar y declamar al detalle, señor secretario provincial, los logros socialistas alcanzados para León, con pruebas y evidencias, no en plan soflama. ¡Sea valiente, enumere!, muestre “proyectos, tiempos y dineros”. No, no tirita de emoción el pueblo ante ello, estamos tiritando de frio industrial, sumidos en gran destemplanza socioeconómica a ojos vista y sin horizonte…. ¿O es que todo va de boquilla?
Por otra parte, la lista de agravios, que circula y existe, ya es grande, y bien documentada. ¿Se imagina cuán hermoso sería contrastar pareceres, situaciones y desequilibrios? Pero eso es afinidad con el pueblo, al que se ha de servir en democracia, eso es un lujo político que desconoce. No siga humillándolo entre eslóganes que se atragantan.
¡¡¡Aclamen al vencedor sus votantes, y a morir todos de “éxito”!!!.
Se ve que en la provincia de León, los militantes y ejercientes, le estiman en lo que vale, o tal vez en lo que maneja, o donde se mueve autocrático, tanto da, se ve que ellos están obnubilados con los logros que marcan la “boyante situación provincial” cantada: un patético cuadro solo asumible desde un ideologizado sentir y el conformismo menguante, antesala de la inopia extrema.
Como pueblo dejemos que rompan las mociones, ésas que nos pueden hacer libres, vivamos al dictado del poder dominante autonómico. Estupefactos vayamos a las urnas a regodearnos, a elegir a los matadores. Mientras tengan oculto el verduguillo para el desnucado... ¡Sigamos ufanos! Arrastremos penas y desconsuelos, que triunfen…, para otros.
Sea pues una oda a la desesperanza.