Los bulos nacionales contra el leonesismo
A propósito de varios de los artículos que a lo largo de estos días han salido publicados en prensa nacional, como docente de Geografía e Historia que soy, creo humildemente que nuestro deber es destapar la cantidad de bulos incesantes que tratan de manchar un movimiento social (y cada vez más político): el leonesismo.
Manuel Mostaza Barrios, escribe en El Mundo un artículo mal llamado 'Vuelve el debate leonesista'. Este sanabrés emigrado, al igual que uno de cada dos zamoranos nacidos en la provincia (según datos del INE de 2023) es inequívocamente falaz en su artículo y para ayudar a la gente a ver el tipo de artículos que escriben desde la patraña debemos analizarlo en profundidad.
Desde un inicio se ve su castellanismo imperioso cuando comenta que parte de la actual provincia zamorana “estuvo en la provincia de Valladolid”.
Primeramente, hablar de provincias antes del siglo XIX con la idea que tenemos hoy de ellas es un hecho extremadamente confuso, puesto que el sistema que regía el devenir de las gentes era el Antiguo Régimen, la conocida 'Crisis del Antiguo Régimen' no termina hasta el segundo tercio del siglo XIX, y usted alude a la división de Javier de Burgos de 1833. Las tierras de Sanabria pertenecían al conde de Benavente que, por aquel entonces, estaba en la provincia de Valladolid sin ninguna atribución. Las Cortes de Castilla no recogen provincias con derecho a voto, son ciertas ciudades las que tienen representación en esta institución.
Después de aclarar este tema, vamos al siguiente, 'el Valle del Duero' no es la comunidad de Castilla y León. El valle es bastante más pequeño, usted se refiere a la cuenca hidrográfica del Duero y a la meseta. Faltaría hablar de la de Miño-Sil en el Bierzo y Laciana, la del Ebro en Palencia y Burgos, la del Nervión con el Cadagua en Burgos, el Cares y el Sella (que nace en Oseja de Sajambre en León) y los afluentes del Tajo que también están en Castilla y León, el Alagón en Salamanca, el Alberche y el Tiétar en Ávila (sin contar con el la Cuenca del Duero en Portugal). Así pues, mi consejo es que antes de valorar cuestiones geográficas, estudie un poco la geografía de las regiones antes de aventurarse a soltar barbaridades sin ningún tipo de fuente.
Usted dice que las élites leonesistas buscaban crear una comunidad de León, Zamora y Salamanca, las actuales provincias que coinciden con el antiguo reino de León. Nada más lejos de la realidad, el reino y posterior Corona de León llegó a integrar: Galicia, Asturias, norte del actual Portugal, León, Zamora, Salamanca, Castilla la Vieja, Extremadura, una pequeña parte de la actual provincia de Ciudad Real y norte de la provincia de Huelva. Usted vuelve a errar en diferenciar reino de León de Región Leonesa, posterior.
Siguiente error, usted no diferencia 'corona' de 'reino'. No son sinónimos, puesto que una corona son un conjunto de territorios que mantienen independencia interna e incluso a veces externa: simplemente comparten un monarca. Un reino es un 'estado' con organización política basada en la monarquía. Por tanto, la 'unión' a la que alude usted de 1230 es una mentira, puesto que se siguieron celebrando Cortes de León hasta 120 años después de esa unión, que como le digo, no existió, puesto que usted mismo en todo momento dice “corona de Castilla”.
Además, habla de la inexistencia de la Región Leonesa antes de 1833. Efectivamente, existía con otro nombre, las intendencias creadas por Felipe V en 1720 que recoge la Intendencia de León y Salamanca. En 1785 después de varios reordenamientos queda León unida a Zamora, Palencia, Salamanca y Valladolid. Recordemos que la provincia de Toro era una provincia inconexa que incluía la zona de Carrión.
La división territorial de Javier de Burgos intentó buscar las divisiones más lógicas a través de un criterio racional. Después de varios intentos de reorganización regional, no se consigue hasta 1931 cuando se les otorga vocales en el Tribunal de Garantías de la II República a las regiones y se les otorga el poder erigirse en Comunidades autónomas.
Otro de los temas que he leído en este estulto artículo –y también en otros– es la demonización del idioma asturleonés. Es un idioma, lo recoge así la Unesco, el propio estatuto de Castilla y León pide protegerlo aunque España aún no lo reconozca como idioma cooficial; no así en Portugal, que lo reconoce como oficial, con su variante, mirandés, en Tras-os-Montes. El propio archicitado historiador Ramón Menéndez Pidal, nada sospechoso de leonesista, identificó al asturleonés como un idioma anterior al castellano siendo uno de los principales que desemboca en la formación de la lengua española (Menéndez, 1940, p.27).
Identificar el leonesismo como movimiento político es un error, puesto que la mayoría de gente de la actual Región Leonesa, si se convocara un referéndum estaría a favor, y lo llevan diciendo diferentes encuestadoras durante décadas, algunas tan prestigiosas como 40db. Yo mismo durante años, estuve votando a un partido diferente de UPL. Ahora mismo creo que todos los leonesistas debemos votar a partidos que claramente quieran reconfigurar el marco territorial autonómico.
Por cierto, la última encuesta que se encargó a 40db para el Bierzo, daba un aceptable 55% de 'Sí' a la autonomía y más indecisos de los que querían continuar en Castilla y León.
Aludir al único dato que “va bien” en Castilla y León para continuar con su existencia, la Educación, es algo tan paupérrimo que me da vergüenza ajena.
Miremos datos de paro, de abandono rural, de emigración, de envejecimiento, de natalidad, del estado de las infraestructuras, del PIB per cápita. No hay ni un solo dato socioeconómico que avale que la Región Leonesa deba continuar en este engendro.
El debate leonesista no se ha cerrado desde el inicio autonómico, ni un solo momento. Empezó con una manifestación de más de 80.000 personas hace 40 años, que se repitió hace cuatro y por lo que nos respecta, irá a más mientras siga el castigo al que estamos sometidos.
Por último, me gustaría recordar que el leonesismo lo que pide es que se cumpla la Constitución, por tanto, no somos un nacionalismo, como nos comparas con los catalanes, somos un regionalismo constitucionalista, y los que no queréis que se cumpla el Artículo 2 de la Constitución sois vosotros.
Roberto Carracedo Carracedo es profesor de Geografía e Historia y su nick en TwiXter es @Robercc41