San Bernardo, un precursor del Temple

Efe

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San Bernardo de Claraval, monje francés de origen noble, impulsó la expansión de la orden de los caballeros templarios a través de la obra “Glorias de la nueva Milicia”, en la que alaba a los nuevos caballeros, según el director del Archivo Diocesano de Orense, Miguel Ángel González.

Creada en las primeras décadas del siglo XII, la Orden del Temple suscitó cierto recelo en la sociedad francesa de la época porque su carácter militar “no encajaba en los esquemas del convento”, ha explicado González.

El experto ha participado esta tarde en un ciclo de literatura templaria que ha comenzado este jueves en Ponferrada, y que este año cumple su cuarta edición.

Para lograr su aceptación e impulsar su papel como protectores de la Tierra Santa, el hombre “más prestigioso” de la cultura eclesiástica del momento, San Bernardo de Claraval, hace un elogio de la Orden mediante el texto “Glorias de la nueva Milicia”, de alabanza a la milicia recién creada. Lo hizo a petición de su primer maestre, Hugo de Payens, a quien le unía un parentesco.

“Lo eligen a él porque es un hombre prestigioso, un hombre al que se escucha y un hombre convencido de que lo que hace la Orden del Temple es bueno”, ha asegurado el director.

En su escrito, el monje cisterciense insiste en la calidad de la vida templaria, condicionada por los votos de obediencia, pobreza y castidad, que eran vividos por estos caballeros en “un contexto militar”.

“Glorias de la Nueva Milicia” compara la forma de actuar de los templarios con la de aquellos guerreros que formaban las milicias encabezadas por los nobles, de carácter “ostentoso” y “ofensivo”.

“San Bernardo contraponía esta actitud al carácter de la Orden del Temple, que tenía fines muy distintos, pues nunca militaban ofensivamente, sino defensivamente”, ha recordado.

Un proceso injusto contra el Temple

En su intervención, ha hecho también referencia también a la disolución de la Orden del Temple, que estuvo marcada por un proceso “complejo y claramente injusto” movido por las pretensiones feudales del rey de Francia, Felipe IV.

En el ámbito cultural, los caballeros templarios jugaron un papel “importante” en el canto gregoriano, desarrollando varias piezas, algunas de las cuales serán hoy protagonistas del concierto que cerrará la primera jornada del ciclo y que correrá a cargo de la Coral Gregoriana del Cister de Sandoval.

Órdenes militares como la del Temple estaban muy ligadas a la vida y culturas eclesiásticas, pero no vivían al margen de la vida laica, ha relatado a Efe el profesor de Lingüística de la Universidad de Santiago de Compostela Henrique Monteagudo.

Miembro numerario de la Real Academia Gallega, pronunciará mañana la charla “Los orígenes de la poesía trovadoresca y la nobleza del noroeste peninsular”, la segunda y última de las jornadas.

En el caso de la Orden del Temple, está demostrada su relación con el ámbito del juglar gallego Martín Códax, quien “muy probablemente” estaba asociado con los caballeros.

“La idea que tenemos del monje que vive al margen del mundo es romántica y anacrónica”, ha asegurado Henrique Monteagudo, que hará referencia a la introducción de la poesía trovadoresca en el norte de la península a través de las relaciones que unían a los nobles gallegos con los de León y Zamora.

La poesía de los trovadores, que en realidad era lírica por estar compuesta para ser cantada, se expresaba fundamentalmente en galaico portugués, de ahí que leoneses como Fernando Suárez Quiñones o castellanos como el rey Alfonso X “El Sabio” utilizaran esta lengua en su poesía

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