El aeropuerto de León que no despega: falta de conexiones, servicios básicos e inversiones pendientes

El aeropuerto civil de León no termina de despegar. Ha cumplido ya con creces un cuarto de siglo tras décadas de reivindicaciones sociales y económicas, pero la pista ubicada en la cercana localidad de La Virgen del Camino presenta diferentes tipos de lastres que impiden que alce el vuelo como podría esperarse de un emplazamiento estratégico en el noroeste y con muy buenas condiciones climáticas con apenas excepciones a lo largo del año.
Esas condiciones están justo al revés si se revisa el aeródromo leonés en materia de infraestructuras y servicios básicos. Hay que remontarse a lo años del Gobierno del leonés José Luis Rodríguez Zapatero cuando se recibieron las últimas grandes inversiones que, por ejemplo, permitieron ampliar por dos veces el tamaño de la pista hasta los 3.000 metros actuales.
También a entonces, ya más de una década, se remota el sistema de aproximación de vuelo, es decir, la tecnología, no más avanzada en este caso, que permite la máxima operatividad de los pilotos en las peores condiciones de visibilidad, de noche, con niebla e incluso 'a ciegas'. Pero eso no lo puede hacer el sistema operativo actualmente, que es de categoría I (el máximo es III), instalado en 2005 y que forzó al primer estiramiento de la pista. Aparte de algunas averías, como el año pasado, y aunque esté plenamente reparado, su más corto alcance sigue provocando algunos desvíos de vuelos cuando las condiciones climáticas se complican. Ha vuelto a pasar esta Navidad.
Cero transporte
Hay que sumar también la carencia de servicios bastante sencillos y esenciales que ya no dependen ni de la empresa pública Aena, del Ministerio de Transportes o del Gobierno. Cuando aterriza o va a despegar un pasajero en La Virgen del Camino, en primer lugar no dispone de cafetería para su estancia. Hace años que cerró y fue sustituida por dos máquinas de vending, una de café y otra de chucherías. Otro inconveniente todavía más grave es que prácticamente existe vía de comunicación segura para al menos bajar a la capital leonesa: jamás ha existido una línea, ni regular ni a demanda, de autobús. Tampoco hay opción de alquilar un vehículo.

Si nadie va a buscar al viajero, la única alternativa que queda es coger un taxi. Pero no hay parada estable, a pesar de disponer de un amplio aparcamiento en el que siempre hay sitio e incluso de un carril prioritario pintado hace años frente a la terminal.
Los taxistas que tienen autorizado operar allí son los del municipio donde se asienta el aeródromo, Valverde de La Virgen, con apenas tres vehículos; y los del vecino ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo.
Allí no hay ninguna información sobre esta alternativa, ni un teléfono al que llamar para pedir un taxi. Y cuando con mucha suerte se consigue, a quienes ostentan las pocas licencias de ambos municipios casi nunca les conviene realizar el trayecto. Sólo en sentido contrario, si un viajero necesita coger un vuelo desde León capital, en este caso sí puede acudir y prestar el servicio un taxi de León. Por todo ello, el desamparo de los pasajeros es enorme cuando confirman la considerable lejanía que tiene de la terminal incluso el pueblo de La Virgen, más para ir cargado de maletas.
Una nueva carretera de acceso, en el limbo
La reciente presentación de una memoria que reivindica la construcción de una terminal de carga en el aeropuerto leonés, que cuantificaba desde la Diputación un coste de 43,6 millones de euros para convertirse en el único aeródromo del noroeste con alternativa logística de mercancías, con el potencial económico que eso puede suponer, recordaba un viejo proyecto para mejorar el acceso por carretera del aeropuerto leonés.
Esa carretera abriría una nueva y más directa entrada desde Trobajo del Camino (municipio de San Andrés), cerca de su área industrial. Se diseñó en el año 2011 a través de un convenio entre Aena y el Consistorio de San Andrés, estimaba un coste de 3 millones de euros pero jamás se ha vuelto a mencionar ni reclamar. Si se impulsara la terminal de mercancías, la memoria recomendaba retomar esta carretera, así como hay voces que verían vital otra conexión vial con el cercano polígono industrial de Villadangos, uno de los más activos de la provincia, con gran cantidad de firmas importantes implantadas o en proceso (Mercadona, Lidl, Dia, Miguélez, etc). Recientemente este polígono ya está conectado también por tren.
Mientras estas posibles inversiones se concretan, o siguen sólo en los informes, la dinámica de los vuelos comerciales en la pista leonesa mantiene cifras discretas. Algunos años aumenta comparativamente pero no sólo está muy por detrás de algunos años previos a la pandemia sino de los registros de cuando llegaron a operar dos compañías, Air Nostrum y la leonesa Lagun Air, antes de que esta última desapareciera por 'asfixia'.

Escaso rendimiento del alto coste del contrato
Desde entonces, y desde que se inauguró el aeropuerto en 1999, es Air Nostrum la firma que opera vuelos regulares en León. El contrato que lo permite lo sella el Consorcio para la Promoción del Aeropuerto de León, que conforman en solitario la Diputación y el Ayuntamiento de León. Y su coste de dinero público ha ido en constante crecimiento hasta situarse en la actualidad en 2,4 millones de euros cada año (hasta ahora eran 1,4 millones).
Con las conexiones que ofrece, arroja una media de dos vuelos cada día. Esas conexiones son ahora Barcelona y Palma de Mallorca todo el año, y destinos puntuales a Oporto en invierno poco más de un mes como nueva apuesta internacional a pesar de su proximidad geográfica. Las dos primeras semanas de esta conexión han obtenido cifras muy bajas pero la compañía demora su entrega a la Diputación, que las ha solicitado y aún no dispone de los datos de ocupación.
La oferta se completa ya sólo en verano con unas semanas de vuelos con Ibiza, Menorca, Islas Canarias y Málaga. El cálculo del contrato en vigor es que Diputación y Ayuntamiento pagan un 71% más a Air Nostrum para que sólo aumente un 12% los vuelos desde y hacia León.
En comparación, con 4 millones de euros al año del Principado de Asturias, menos del doble que León, el aeropuerto asturiano genera 21 destinos aéreos diferentes, y además diez de ellos internacionales, con aeródromos en Lisboa, Roma, Milán, París, Bruselas, Ámsterdam, Düsseldorf y Londres, multitud de frecuencias cada semana, todos ellos durante todo el año y en ocasiones a precios muy bajos incentivados por la competencia.