El recuerdo del carbón, actividades para revivir la minería

Pozo Julia de Fabero.

Nuria V. Martín

La minería en la provincia de León ha sido un pilar fundamental de su economía e historia. Durante décadas, esta región ha sido uno de los principales centros de extracción de carbón en España, contribuyendo significativamente al desarrollo industrial del país. Históricamente, la minería ha proporcionado empleo a miles de leoneses y ha configurado el paisaje social y cultural de la provincia.

Sin embargo, el sector ha enfrentado desafíos significativos en las últimas décadas debido a la disminución de la demanda de carbón y a políticas ambientales más estrictas, lo que ha llevado al cierre progresivo de todas las minas en la provincia y a una transformación económica en la región.

A pesar de esto, León continúa honrando su legado minero a través de iniciativas culturales y educativas que preservan la memoria de esta importante industria en su historia. A través de diversas actividades que buscan mantener viva la memoria de este sector crucial. Estas iniciativas no sólo conmemoran la historia, sino que también educan y entretienen, creando un puente entre el pasado y el presente.

El 4 de diciembre, se celebra Santa Bárbara, patrona de los mineros. Esta festividad es más que una tradición; es un homenaje a la valentía y al sacrificio de quienes dedicaron su vida a la minería. La historia de Santa Bárbara, una mártir del siglo III, resuena en la vida de los mineros, simbolizando la protección contra los peligros inherentes a su oficio. Con motivo de esta efeméride recorremos varias actividades con la temática de la minería para rendir homenaje a su legado y sacrificio.

Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León (MSM) en Sabero

En el año 1846 se puso en marcha uno de los proyectos empresariales más importantes de la España del siglo XIX: la construcción de la Ferreria de San Blas, el primer gran complejo siderúrgico del país que funcionó con carbón de Cook y que utilizó la tecnología más moderna de la época al estilo de las grandes ferrerías que ya funcionaban en los países más industrializados de Europa.

“Detrás de este sueño de modernidad se encontraban algunos de los personajes más influyentes del momento que trajeron a las tierras leonesas del Valle de Sabero los aires liberales y modernizadores que recorrían Europa”, recuerda Roberto Fernández Fernández, director del museo. Fruto de este esfuerzo fue la construcción de una colonia industrial que albergaba además de dos hornos altos, talleres, oficinas y viviendas para los obreros, una impresionante lonja de forja y laminado de estilo neogótico con grandes maquinas en su interior. “El sueño de esta gran fábrica duró apenas dos décadas. Motivos económicos precipitaron su cierre y el gran proyecto de la Ferrería de San Blas se vio sumido en un olvido de más de cien años”, expone el director.

La Ferrería de San Blas fue rescatada de este olvido en el año 1991 con la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de monumento. Desde ese momento comenzó a fraguarse la idea de recuperar estas instalaciones para instalar en ellas el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León (MSM). El impulso y la inversión realizada por la Junta de Castilla y León, con un importante trabajo de restauración del edificio y una muy cuidada museografía del interior, hicieron que el museo sea una realidad desde el año 2008.

“El MSM ofrece al visitante las claves necesarias para entender la gestación, el desarrollo y el fin de la Ferrería de San Blas, así como para conocer uno de los sectores más importantes de Castilla y León, el sector minero”, traslada Roberto. Junto a su exposición permanente, el MSM cuenta con un edificio anexo de exposiciones temporales donde de forma continua ofrece a lo largo del año diferentes muestras.

La existencia del MSM es necesaria para el mantenimiento de la memoria minera de la región, en un momento en que la actividad ha desaparecido y se corre el riesgo de que desaparezcan también las formas de vida y trabajo asociadas a ella”, afirma el director. Y puntualiza: “además, el museo es testimonio vivo de la llegada de la revolución industrial al norte del país, al conservar, mantener y dotar de contenido las instalaciones de la Ferrería de San Blas”.

El centro desarrolla una intensa programación expositiva y cultural, con cerca de doscientas actividades anuales, dirigidas a todos los públicos, tales como conferencias, seminarios, talleres, mesas redondas, proyección de documentales y películas, encuentros literarios, actuaciones musicales, actividades infantiles, etc.

Destaca el programa ‘Guajes MSM’ dirigido a los más pequeños, en el que medio centenar de niños llegados de numerosas localidades, realizan actividades didácticas y divertidas con el trasfondo minero siempre presente. De igual forma, la actividad ‘Noches de Ferreria’, trae cada año al museo a artistas de reconocida trayectoria a nivel nacional, a cuyos conciertos acuden espectadores de toda España.

Para celebrar la festividad de Santa Bárbara, el museo, además de colaborar en las actividades organizadas por las diferentes cofradías mineras de la comarca, programó para el sábado día dos de diciembre a las siete de la tarde el espectáculo NEGRO, un recorrido sonoro y literario a cargo del escritor Armando Gutierrez y los músicos Nacho, Rober y Saul, del grupo Cecina de León Folk.

El centro, tiene una media de cuarenta mil visitantes al año, llegados en un cincuenta por ciento de la provincia de León y en otro cincuenta por ciento del resto de provincias, especialmente de Asturias, Palencia, Valladolid y Madrid”, Roberto comparte las cifras del museo. En los últimos años, el museo ha incrementado de forma notable los visitantes que llegan a través de viajes organizados por agencias, lo que ha facilitado el conocimiento del centro en lugares muy alejados de León. Sin embargo, el director asegura que los leoneses conocen y valoran el museo. “Su cariño e interés en las visitas y su labor de divulgación entre amigos y familiares de fuera, así lo demuestra”, dice con orgullo.

El Pozo Julia en Fabero

“La historia de la minería en Fabero no se podría escribir sin contar con la empresa Antracitas”, arranca a relatar José Luis Martínez Martínez, presidente de la Asociación de Mineros Cuenca de Fabero. El origen de esta empresa comienza con Diego Pérez Campanario y su yerno Emilio Villaescusa, creando la empresa Minas del Bierzo. Comenzaron con la compra y arrendamiento de concesiones mineras.

“En los años 20 del siglo pasado, fue arrendatario por 40 años y a un precio estable, de unas concesiones mineras a Antonio López Boto, y que la inflación con el paso de los años hiciera que fuera a un precio de saldo, irrisorio. El pleito que mantuvieron durante años, creó jurisprudencia y aún hoy en día en las facultades de derecho se toma como ejemplo”, comparte esta curiosidad José Luis.

En el año 1928 se pone en explotación el Pozo Viejo y en el año 1936 la empresa se constituyó como Sociedad Anónima y pasa a llamarse Antracitas de Fabero S.A. En el año 1947 se inicia la construcción del Pozo Julia, un pozo con una caña de 350 metros y con plantas a los 50, 100, y 270 metros. “Aunque por planos inclinados, la mina se profundizó unos centenares de metros más”, puntualiza.

Tuvo en explotación varios centros de trabajo más como el grupo Jarrinas, que tenía 22 viviendas, cantina, e iglesia. Tuvo varios centros más como Valdeguiza, Valdesalguedo, La Reguera, Valdelasebes, el grupo Río.  “Incluso, para los productores que estaban solos, funcionaba lo que se llamaba ‘cama caliente’, el relevo que entraba a trabajar, dejaba la cama al personal que salía de la mina. Tal era la necesidad de mano de obra que hubo penados de la Guerra Civil que redimían pena en las minas”, expone.

En los años 40 y 50 ante la demanda de antracita, el carbón de mayor calidad que se podía encontrar, se buscó mano de obra en toda la geografía española y en Portugal, incluso en el periódico ABC. Antracitas de Fabero ofertaba empleo para 1100 productores para sus centros de trabajo. “Aparte de productores para interior de mina, el teleférico minero que transportaba el carbón por el aire hasta la orilla del río Sil, el lavadero hecho a pie de vía del ferrocarril de la MSP (fue catalogado como el más moderno de Europa en su construcción), la construcción de 250 viviendas en Fabero, un hospital con camas para accidentados, los talleres de todo tipo con que contaba, panadería, economato, fábrica de ladrillos… Daban fé de la envergadura de la empresa, y los miles de puestos de trabajo que había”, enumera.

En los años 60 introdujo un sistema novedoso de arranque de carbón intentando optimizar recursos y ante la falta de mano de obra de la que adolecían las empresas mineras en aquella época. Y fue con la compra en Alemania de cepillos para el arranque del carbón, pasando a tener los primeros tajos mecanizados de la minería española. “Todo ello le valió para que le dieran el título a nivel nacional de ‘Empresa Ejemplar’”, remarca el presidente.

Recuerda el encierro en la planta del 270 del Pozo Julia protagonizado por 90 mineros, que retuvieron a varios mandos de la empresa y al Jefe de Minas de la Delegación Provincial de Industria. Otra fecha señalada es el año 1997, cuando Victorino Alonso compra la empresa Antracitas de Fabero. “Finalmente el pozo Julia dejó de bajar y subir las jaulas por el pozo, en el año 2002 y quedó abandonada”, concluye el repaso por la historia del pozo.

Ante los pagos que la empresa tenía que hacer al Ayuntamiento por impuestos municipales se llega a un acuerdo y le traspasa la titularidad de las instalaciones del Pozo Viejo y Pozo Julia (castillete, pozo vertical, edificios de oficinas, talleres, viviendas, economato…). “Un grupo de mineros jubilados junto al Ayuntamiento, empezaron a dar forma a lo que hoy se puede visitar como la recreación de una galería minera y los distintos tajos de arranque de carbón”, expone. En 2007 al Ayuntamiento tuvo la idea de hacer la primera feria de turismo minero a nivel internacional. Ese mismo año se creó la Asociación de Mineros Cuenca de Fabero, quienes en un principio se encargaban de enseñar las instalaciones. En el año 2008 se hizo la segunda feria minera, repitiendo el éxito de la primera.  

Se contó con más material de la empresa Uminsa que, sin mina de interior en el municipio, aún contaba con el mayor cielo abierto del país y con el lavadero de carbón de la extinta Cofasa. “Ello permitió ir perfeccionando la galería y los tajos, montar un simulador para recrear la bajada de la jaula por la caña del pozo, y dar forma a lo que hoy se puede visitar”, ilustra y reclama, “en espera que las administraciones se impliquen y pongan los medios y se pueda hacer un soterramiento que despeje la plaza del Pozo Julia y le dé un poco más de realidad a la mina”.

Con la gran acogida del proyecto se tuvieron que profesionalizar las visitas con guías y cobrando entrada. Y este año se ha hecho entrega de un obsequio al visitante 50.000. Los últimos años se ha notado un aumento considerable de visitantes residentes en toda la geografía española. “Son habituales los miércoles del curso escolar, autobuses de jubilados, autobuses de empresas de turismo de la provincia, familias, visitantes del norte de Europa, de América, incluso Saudí”, destaca. La notable afluencia y el constante aumento de visitantes han permitido poner en valor y hacer visitables junto al Pozo Julia, un economato minero de los años 60, una casa minera en el Poblado de Diego Pérez, La Escuela del Ayer y La Pizarra Borrada (que recrea el colegio de aquellos años) y el Aula Paleobotánica (mundo del carbonífero en Fabero mediante la ingente cantidad de fósiles).

Las actividades que se pueden realizar durante todo el año son las visitas de martes a domingo a las 11:30 y a las 16:30. En los meses de noviembre, diciembre, enero, y febrero, también se pasan visitas nocturnas a las 19 horas. La experiencia comienza vistiéndose de minero en los vestuarios, se coge la lámpara en la lampistería, y a la mina. “El halo de misterio de esas instalaciones en un ambiente de oscuridad total y solo alumbrando con la lámpara que se lleva en el casco permite llevar la visita un poco más allá y darle mucha más emoción a una visita que de por sí ya remueve”, relata José Luis.

Además de esta experiencia inmersiva el Pozo Julia sirve como escenario para presentar libros, exposiciones (Fotográficas, de sellos, obras de alumnos de Bellas Artes…) o talleres de artistas de renombre como Antonio López y Félix de la Concha, al que no es difícil ver muchos días pintando cuadros en cualquier rincón del Pozo Julia. Se realizan las procesiones nocturnas por todos los Santos de la Santa Compaña con chocolatada con rosquillas y queimada para todos los asistentes, cortesía del Ayuntamiento. Y en Santa Bárbara, la tarde noche del 3 de diciembre, se realiza la procesión con Santa Bárbara, donde se deja toda la noche en la galería y se baja a la mañana siguiente a la iglesia, y hay una comida que organiza la Asociación de Mineros.

Instituto de Estudios de la Montaña Central Leonesa y Sangre Minera

El Instituto de Estudios de la Montaña Central Leonesa y Sangre Minera convocarón a través de redes sociales a una experiencia minera única, que se llevó a cabo los días 2 y 3 de diciembre en la escuela mina del centro de Formación Profesional Virgen del Buen Suceso de La Robla. Esta iniciativa buscaba ofrecer una nueva forma de turismo y dinamización local centrada en la minería. Los participantes, equipados con cascos y luces, y utilizando maquinaria original de minas ya cerradas, han sido introducidos en un ambiente minero realista.

1270, Laciana

1270 es una cerveza artesanal elaborada en una antigua mina, ofreciendo una experiencia única que combina historia, sabor y aventura. Los visitantes pueden explorar los túneles mineros y aprender sobre el proceso de elaboración de esta cerveza excepcional.

Docuserie ‘Negro, marcado por el carbón’ de La 8 León

Sin necesidad de salir de casa, esta serie documental, ganadora del premio Cossio de la mano de Roberto Núñez y Xulio Nogueira , explora la historia del sector minero en León. A través de más de treinta testimonios, se revela el impacto social y económico de la minería, ofreciendo una visión profunda de la cultura minera leonesa. Se puede ver en la página de la cadena regional y en Youtube.

Las Médulas en Ponferrada

Aunque se puede alejar del concepto que se tiene de la minería, que la idea de tener que estar bajo tierra, lo cierto es que las Médulas, un espectacular paisaje natural, son testigo del inicio de la minería en la provincia en época romana. Este sitio histórico refleja la ingeniería y el esfuerzo humano detrás de la extracción de recursos naturales.

El Pozo Sotón en Asturias

Y fuera de la provincia, pero en la apreciada Asturias está el Pozo Sotón. Brinda una experiencia educativa y emocionante. Los visitantes pueden explorar las profundidades de la mina, conocer la historia de la minería asturiana y participar en actividades como un escape room minero o visitas teatralizadas.

La herencia minera de León no sólo se conserva en la memoria colectiva, sino que también se revitaliza y se comparte a través de estas significativas actividades. El esfuerzo por mantener vivo este legado es un claro indicativo del profundo respeto que la región siente por su historia minera. Así, estas iniciativas aseguran que el conocimiento y las experiencias de las generaciones pasadas continúen siendo relevantes y accesibles para las futuras, permitiendo que la identidad y los valores de León, forjados en sus minas, perduren en el tiempo.

Etiquetas
stats