El PP de León deberá decidir en 2012 sobre el futuro de la actual dirección

Montaje Isabel Carrasco, Emilio GUtiérrez y Zapatero

J. Manuel López

Comienza un año complejo, 2012, en el que las dos grandes formaciones están obligadas a resolver serios problemas internos que han cobrado fuerza, sobre todo a raíz de los dos procesos vividos en 2011; las elecciones locales y las legislativas. El panorma más sombrío se cierne sobre el socialismo español y sobre la vertiente de esta provincia y cuya dirección está, desde hace pocas semanas, en manos de una gestora presidida por la procuradora autonómica y concejala en el ayuntamiento de León durante el anterior mandato, Teresa Gutiérrez.

El PP parece una balsa de aceite en la que reina la paz y la armonía, máxime después de los resultados de mayo cuando obtuvo la mayoría asboluta más holgada de su historia y alcanzó los 15 concejales, y los del pasado 20 de noviembre que sellaron un resultado de tres diputados y tres senadores.

Pero la estampa no se corresponde con la realidad que dibuja una aparente sintonía entre las bases y la dirección provincial que encabeza Isabel Carrasco. La actual presidenta mantiene con mano dura una disciplina interna muy férrea, pese a que cada vez más cargos públicos y orgánicos muestran, en reuniones de café y en comidas de pequeños grupos, el descontento generalizado de un partido que reclama en voz baja un cambio en la dirección.

Los primeros pasos de un cambio cualitativo se han producido durante la reciente cena de navidad del partido en la que se han escuchado voces de peso, como en el caso de Juan Morano e incluso el propio Antonio Silván, que han puesto en duda, y no han ahorrado críticas en ello, el liderazgo de Isabel Carrasco. En el último congreso ordinario del Partido Popular, en diciembre de 2008, en el que fue reelegida Isabel Carrasco como presidenta, la portavoz municipal Ana Guada cuestionó por primera vez este liderazgo y el cese del cargo fue fulminante.

Hasta ahora el asunto de las presidencias que ocupa Isabel Carrasco y los emolumentos que cobra por ello, casi 160.000 euros en 2010, se mantenían como consumo interno y sobre todo en soporte digital, ya que buena parte de la oferta informativa en papel debe una buena porción de sus ingresos a las subvenciones públicas, del Ayuntamiento y de la Diputación Provincial en especial, y eso obliga a trabajar al dictado.

Pero una vez que el caso Carrasco ha dado el salto a los medios nacionales el asunto ya ha llegado a Génova, aunque, por el momento, la dirección nacional ha decidido posponer cualquier valoración hasta que concluya el rompecabezas del equipo cercano a Mariano Rajoy del que sólo se ha desvelado el primer acto, el de sus ministros.

Isabel Carrasco no es capaz de aglutinar las diversas corrrientes que funcionan casi en la clandestinidad dentro del PP, como ha sucedido con las Juventudes, y por eso no pocos altos cargos institucionales y orgánicos, tanto en activo como en la reserva, consideran necesario un congreso extraordinario que abre una salida para todos.

Desde hace ya varias semanas se da por hecho, como salida al enroque de Carrasco, el salto de la presidenta provincial a la política nacional, y aunque son una amplia mayoría los que desean que así se desarrollen los acontecimientos, no son pocos los que entienden que el asunto no puede resolverse, y se agravaría, si Génova o Valladolid no toman cartas en el asunto. En ambos casos ni la dirección nacional ni la autonómica han querido, hasta ahora, entrar de lleno en el choque de intereses que se vive en León desde hace muchos meses, tal vez porque se vive una nueva época dulce, refrendada por los resultados en las urnas.

Tercera fase

La clave de este tercer gran proceso de transformación del socialismo español, una vez cerradas las etapas de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero con muy diferente epílogo, consistirá en saber hasta dónde se quiere profundizar en las causas, distintas, de los derrumbes electorales sufridos este año. En algunos grupos de presión, como “las bases en la red” se demanda una crítica más profunda y seria que ponga sobre la mesa las verdaderas causas que ha alejado al Partido Socialista de su caladero de votos, clase media, trabajadores por cuenta ajena y autónomos.

Por eso la salida al mercado de las opciones de Rubalcaba y Chacón como contrincantes en la carrera hacia la secretaria general del PSOE se interpreta desde las bases como un simple lavado de cara, dada la afinidad de ambos altos cargos al entorno de Rodríguez Zapatero. Y con estas mimbres es difícil volver a la senda de la credibilidad, tal y como manifesitan muchas corrientes críticas que exigen una renovación de ideas y de personas que no representen el pasado y que sólo sirven, insisten, para una continuidad camuflada de un falso proceso renovador.

Queda por saber si a estos dos primeros opositores a sercetarios generales se unen otros barones territoriales como el secretario autonómico, Óscar López, un hombre de confianza de Alfredo Pérez Rubalcaba que no ha descartado dar el salto de Valladolid a Madrid.

En León, tanto en la provincia como en el entorno municipal, ya han comenzado las convocatorias de asambleas para elegir a los 13 delegados que asistirán al Congreso Federal que elegirá a la nueva Ejecutiva Federal y al nuevo secretario general. Este proceso mostrará las primeras señales de quién controla el cambio; si el sector oficial, con nombres como Miguel Ángel Fernández Cardo como aspirante a secretario provincial, o el sector crítico, en el que aún no se han oficializado nombre alguno pero que aún no ha dicho la última palabra.

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