'Hors Lits' desvela otra faceta del consumo de cultura en León

Actuación de La Pequeña Victoria Cen.

Diego Sobrecueva

Durante los días 31 de julio y 1 de agosto se celebró en León el festival alternativo 'Hors Lits'. Este festival nació a raíz de una idea del bailarín argentino Leonardo Montecchia, que residía en Montpellier en 2005 y se encontraba pasando una etapa dura de su vida. Al estar limitado por su problema, este decidió crear performances en la cama para que el público acudiese a su casa.

Esta idea se ha ido expandiendo y finalmente ha llegado hasta León, donde se ha celebrado por segunda vez, y ha sido todo un éxito con todas las entradas vendidas poco después de anunciarse. Cada año las obras son diferentes y los artistas también, lo que hace que cada edición sea un evento único.

Este año los asistentes pudieron de disfrutar de 4 obras tan diferentes las unas de otras como originales, y siempre en rincones de la ciudad en la que uno no está acostumbrado a ver este tipo de espectáculos. Los que acudieron fueron pasando por cada casa en sesiones de aproximadamente 20 minutos en las que cada artista presentaba su obra.

En primer lugar Manuel AO encarnaba a Gregorio, un hombre atormentado que odia a su familia y planea matarlos y secuestrar a su amada. La performance sobre la metamorfosis del ser humano y los cambios de la sociedad encandilaba a un público que, estupefacto, contemplaba como el personaje se dirigía a ellos para proponerles perpetrar los asesinatos. Lo más curioso de la escena es que se desarrollaba en una habitación de un edificio de la calle Ancha, convertida de improviso en una hospedería.

Una vez hecho el público sube a la casa y se encuentra a una mujer escuchando música, a cargo de la actriz María Luisa Usai, haciendo ejercicio, comiendo un tomate y realizando más acciones de la vida cotidiana mientras graba con detalle su día. Lo que inicialmente parece la vida cotidiana, pronto muestra una faceta oscura e incómoda cuando Gracia, la protagonista, revela su ansiedad social y deja vislumbrar su destierro autoproclamado de su vida anterior.

Cambiando totalmente el tono, y en uno de los rincones más inesperados de la ciudad, estaba la actuación del grupo La Pequeña Victoria Cen, con Pablo Parra (Mendo) y Elena Cennerelli. El escenario, un patio interior al final del Espacio Mortinger, no tardó en en llenarse de vida con la adaptación de su obra 'Gigante'. La llamada al despertar de Mendo trasladó a los espectadores a un mundo en el que la gravedad dejó de importar durante los minutos que duró la actuación.

Y por último pero no menos importante, un almacén de telas junto a la plaza de San Isidoro se transformaba en la antesala de un juzgado en el que Javi Arias y Javi Baillo esperaban por su juicio. El juicio hacía reflexionar a los protagonistas, que, vestidos como los Blues Brothers reflexionaban sobre sus correrías y cómo pudieron cambiar sus vidas si hubieran tomado decisiones más juiciosas.

Todas estas obras componen un collague que desde lejos puede parecer confuso, pero que una vez se experimenta deja una sensación de haber vivido una experiencia única. Para los que dicen que en León nunca pasa nada, a veces hay que entrar en las casas a encontrarlo.

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