En memoria de José Antonio Alonso, “un hombre bueno”
Emotivo, sencillo y multitudinario. Así ha sido el homenaje que la ciudad de León ha rendido este sábado a uno de sus vecinos más ilustres y queridos, el exministro del Interior y de Defensa José Antonio Alonso. Cientos de vecinos se han agolpado en el barrio del Crucero, que vio crecer al político y jurista leonés, en este reconocimiento a título póstumo que ha puesto de acuerdo a toda una ciudad.
Un acto que ha servido para renombrar la glorieta de Quevedo, que pasará ahora a denominarse Ministro José Antonio Alonso, y en el que se han concitado amigos, vecinos y familiares. También una nutrida representación de autoridades locales y autonómicas entre las que han destacado el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el exministro José Bono, entre otros. La corporación municipal, con el alcalde de León, Antonio Silván, a la cabeza tampoco ha faltado a este reconocimiento.
Zapatero, de quien partió la propuesta de que León dedicara una plaza a José Antonio Alonso, ha querido mostrar al Ayuntamiento y al alcalde de León su “profundo agradecimiento” por hacer posible este homenaje, algo que ha calificado como “un acto de justicia”. “No hay justicia en una ciudad que no honra a sus ilustres”, ha precisado.
También ha agregado que hoy la ciudad de León “es un poco mejor” por homenajear la trayectoria de quien destacó por su dignidad, honestidad y su servicio leal por España. “León está por encima de las diferencias de la pluralidad legítima de una sociedad democrática”, ha añadido.
Zapatero ha recordado a su amigo 'Toño', con el que ha dicho tantas veces paseó por la plaza que ahora llevará su nombre. “Aquí pasó muchos días de su vida, de camino al colegio, a la universidad, soportando esos fríos inenarrables de León, sus heladas profundas”, ha dicho.
El alcalde de León también ha intervenido en el acto y ha recordado a José Antonio Alonso como “un hombre entrañable, dialogante, legal y leal que creía en la justicia y que la impartía tanto dentro de la sala como fuera de ella”. Silván también ha insistido en lo merecido de este homenaje de la ciudad de León que servirá “para devolver muy poco de todo el cariño y todo lo que él hizo por León”.
El himno de León ha puesto el cierre a este sencillo, pero sentido homenaje, en el que también se ha descubierto una placa con una única frase: “En recuerdo a un hombre bueno, Toño Alonso”.
56 intensos años
Un cáncer de pulmón arrebató la vida hace poco más de un año a José Antonio Alonso tras dos de lucha contra la enfermedad que le impidió llegar a cumplir los 57. Con 43 años decidió hacer un amplio paréntesis en su trayectoria en el mundo de la judicatura para atender la petición de Zapatero, que le situó como cabeza de lista al Congreso en las elecciones de 2004. Afincado en Madrid y licenciado en Derecho, había ingresado en la carrera judicial en 1985 y desde 2001 fue vocal del Consejo General del Poder Judicial.
Asumió la nueva etapa satisfecho de haber “recuperado la calle y a la gente porque llevaba muchos años en los despachos” y con ganas de “empezar a cambiar este país”. Llegó a la política en un momento dulce para el PSOE como partido, con la primera victoria desde 1993. Fue nombrado ministro de Interior y estuvo en el cargo hasta 2007, año en el que pasó a estar al frente de la cartera de Defensa. En marzo de 2008 fue designado portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados. En 2011 sufrió un tipo de cefalea que inicialmente fue diagnosticada como un ictus y en 2012 abandonó la política por motivos “personales y familiares” y se reincorporó a la carrera judicial como magistrado de lo Penal de la Audiencia Provincial de Madrid, donde luchó sin éxito con la enfermedad.
En León, su tierra, donde vivió su adolescencia y parte de su juventud queda como parte destacada del legado de su paso por la política el V Batallón de la Unidad Militar de Emergencias, UME. En 2008, el Círculo Empresarial Leonés (CEL) le reconoció con su premio anual su compromiso con la provincia y una década después la capital deja constancia de su tributo permanente a “un hombre bueno”.