El exalcalde de Valderas elude la cárcel asumiendo que prevaricó y pagando 208.000 euros al Ayuntamiento

Eloy Rubio del Amo (en el centro de la imagen) en su etapa de concejal de Vox en Valderas.

Carlos J. Domínguez

Tampoco por malversar fondos públicos del Ayuntamiento de Valderas del que fue alcalde el exregidor del PP y luego concejal de Vox en este Consistorio, Eloy Rubio, irá a prisión.

La Fiscalía del caso que hoy lunes se juzgaba en la Audiencia Provincial y la defensa del principal acusado, para el que se pedía inicialmente un año y tres meses de prisión, han alcanzado finalmente un acuerdo por el cual Rubio admite un delito continuado de prevaricación por todos los perjuicios causados por su gestión entre los años 2007 y 2011, en los que fue alcalde popular.

En virtud de este acuerdo, al que también afecta una atenuante de dilaciones indebidas por los años que han transcurrido, se le condena finalmente a cuatro años de inhabilitación para ocupar cargo público alguno, así como al pago solidario de un total de 208.864,02 euros, que deberá abonar junto a la que entonces fuera secretaria municipal, que también era juzgada por los mismos hechos. A ambos inicialmente se les atribuía por parte de la Fiscalía presuntos delitos de prevaricación administrativa, que finalmente sí se admite, y de falsedad y tráfico de influencias, que no formarán parte de la condena final.

A Eloy Rubio se le considerará finalmente autor del delito de prevaricación y a la funcionaria pública cooperadora necesaria, compartiendo así idéntico plazo de inhabilitación y sufragando juntos la cuantía final que se ha establecido como la cantidad con que se debe compensar al Ayuntamiento de Valderas por los daños causados al patrimonio público bajo su gestión.

Hace pocas semanas se conoció otra sentencia, fruto de otro pacto con la Fiscalía, por la que el Juzgado de lo Penal Número 1 de León también condenaba a Rubio del Amo a cuatro años de inhabilitación para empleo o cargo público por uno de sus chanchullos de carácter laboral, contratando a dedo, durante su gestión municipal, que dejó al consistorio valderense en la ruina y en una situación de inestabilidad política como pocas conocida en la provincia leonesa.

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