La Escuela Oficial de Idiomas de León, campo de contacto social intergeneracional

María y Victoria, las alumnas más jóvenes de la EOI de León.

Marta Cuervo

Algunos han estudiado sólo un año, otros durante más de diez. Hay quienes han asistido para aprender un idioma, y otros que conocen más de cinco a la perfección. Los alumnos de la Escuela Oficial de Idiomas de León, más de 3.980 en la actualidad, constituyen el alma de esta casa de las lenguas, y más este año en el que la institución cumple 30 años.

José Antonio Vallejo Aller, políglota y el más veterano

José Antonio Vallejo Aller siempre sintió una gran atracción por los idiomas y por las culturas foráneas. Tiene 78 años y ha cursado todos los idiomas que oferta la Escuela. “En mis años de estudiante, tomé contacto con el francés y con el inglés, además de con las lenguas clásicas, latín y griego. Incluso, siendo estudiante, llegué a dar clases de francés a otros estudiantes, cobrando muy poco; lo hacía, más bien, por echarles una mano. Un par de años después de jubilarme, pensé en la oportunidad de matricularme en la Escuela Oficial de Idiomas de León, con la primera intención de perfeccionar mi francés y de iniciarme en el estudio del alemán, una lengua para mí desconocida hasta entonces”, explica el alumno más veterano de la Escuela de Idiomas de León.

José Antonio, natural de León, tiene tantos hobbies, que “no es capaz de encontrar tiempo para entregarse mínimamente a todos ellos”. Pero da preferencia a los idiomas y a la lectura.

Amante confeso de las letras, ha estudiado todos los idiomas de la Escuela. Actualmente, se encuentra en el último año de portugués. “He terminado ya los ciclos lectivos de italiano y de francés y, aunque me he visto obligado a posponer algunos idiomas, para evitar la saturación, el próximo año tengo la intención de matricularme en 2º de Intermedio (4º curso) de alemán y 1º de Avanzado (5º curso) de inglés”, apunta.

José Antonio habla seis idiomas: alemán, español, francés, inglés, italiano y portugués, además de algunas lenguas muertas como latín y griego.

“Alguien dijo, alguna vez, que aprender una nueva lengua es adquirir una nueva alma. Además, el estudio de idiomas sirve para mantenerse al día en otras muchas áreas de la actualidad y de la cultura. Tengo vocación de esponja; me gusta absorber todo cuanto se ponga a mi alcance, en cualquier campo noble de la actividad humana. Desgraciadamente, los seres humanos somos excesivamente limitados”, añade el leonés.

José Antonio antes viajaba más, pero conoce muchos países de Europa. “Ahora me limito a hacer algunas escapadas a Portugal, pero no lo lamento: es uno de los países más hermosos y, desde luego, el más sorprendente de cuantos conozco”, confiesa.

Entre sus anécdotas destaca una ocurrida en Innsbruck: “Un domingo por la mañana, unas veinte personas nos disponíamos a entrar en la Hofkirche, cuando fuimos detenidos por un vigilante, que impedía el paso a los turistas, porque en ese momento comenzaba una misa. Yo le expliqué, en alemán, que era católico y que deseaba asistir a la ceremonia religiosa, con mi mujer y mi hija. Nosotros tres pasamos y pudimos contemplar a nuestro placer el magnífico cenotafio del emperador Maximiliano, y las estatuas de bronce de artistas, nobles y héroes a tamaño natural que lo custodian, en una visita mucho más detenida de lo que se permite a los turistas. Los demás, por no saber alemán, se quedaron fuera”, recuerda.

J.A: Alguien dijo que aprender una nueva lengua es adquirir una nueva alma. El estudio de idiomas sirve para mantenerse al día en otras muchas áreas de la actualidad y de la cultura

José Antonio siente especial preferencia por las lenguas romances y, más concretamente, por el italiano y el portugués. “La Escuela Oficial de Idiomas de León fomenta la participación activa de los alumnos en el aprendizaje de las lenguas que imparte, convocando algunos concursos y premios. Dentro de este marco, yo he tenido la satisfacción de recibir varios galardones. Por ejemplo, por una obra de teatro y varios relatos cortos en italiano; por otra obra de teatro y un microrrelato en portugués, y alguna cosilla más”, comenta el escritor de leyendas leonesas en portugués, que también ha publicado varios poemas en portugués en la revista “Nós-otros”, y en los demás idiomas que conoce.

“La Escuela me ha servido para retomar y robustecer la gran pasión de toda mi vida: la de escribir. El estudio de Idiomas en la Escuela me aporta la oportunidad de mantenerme en contacto constante con generaciones más jóvenes -materialmente hablando, no en el espíritu; solo el cuerpo envejece-. La EOI de León, además de un excelente centro de enseñanza, con un profesorado de gran calidad, no solo académica, sino también humana, es un inapreciable campo de contacto social intergeneracional”.

María y Victoria, las alumnas más jóvenes de la EOI.

María y Victoria, las alumnas benjaminas de la Escuela

Victoria y María son hermanas mellizas y tienen 14 años. Son estudiantes de 3º de Secundaria en el Instituto de Eras de Renueva, donde su primer idioma es el francés y cursan tres asignaturas en este idioma. Fue ésta la razón por la que fueron admitidas en la EOI antes de los 16 años. Victoria y María también estudian inglés.

Las dos hermanas comenzaron a estudiar inglés en Educación Infantil, y por las tardes acudían a clases de inglés en horas extraescolares. Continuaron después en Primaria, según explica su madre, Inmaculada.

Victoria y María han comenzado este año el primer curso del nivel Intermedio de Inglés en La Escuela Oficial de Idiomas de León, donde “acuden muy motivadas pues las resulta muy gratificante adquirir conocimientos que posteriormente trabajan en su Instituto. Ello las aporta mucha satisfacción y seguridad en sus estudios”, explican las jóvenes.

Inmaculada eligió la EOI para sus hijas porque considera que “es la forma óptima de adquirir el aprendizaje de un idioma, junto con su práctica en los futuros viajes que puedan realizar”.

Además Maria y Victoria tocan la guitarra, y son muy aficionadas al dibujo y a la pintura. “También les gusta la fotografía, jugar al baloncesto y salir a patinar con sus amigas”.

Ambos idiomas, inglés y francés, les gustan por igual a las hermanas mellizas. Han viajado con el Instituto a Burdeos y París, y su sueño es viajar a Londres.

La Escuela desde el otro lado: profesores nativos

Pedro, portugués, y Philipp, alemán, son profesores auxiliares en la Escuela Oficial de Idiomas de León, y para los dos es su primer año en esta nueva andadura. “Mi experiencia en la EOI está superando todas mis expectativas. Al inicio estaba un poco nervioso con esta nueva aventura. Sin embargo, mi primer contacto con los demás profesores en la Escuela se reveló muy cercano y de ayuda mutua. También la relación con los alumnos es cercana y aunque sean todos adultos y yo un joven que acaba de empezar a trabajar, hay mucho respecto entre todos. Gracias a ellos, y a mis compañeras de portugués -un ejemplo a seguir-, estoy mejorando como profesor de portugués”, opina Pedro.

“El trabajo en la E.O.I. me gusta mucho. Los demás profesores son muy amables y cada uno tiene su propia motivación e historia. Algunos también fueron lectores de español en Alemania, así que hicieron la misma experiencia que yo ahora, y eso ayuda mucho. Mi tarea también consiste en ser transmisor de la cultura alemana, los costumbres y las diferencias”, apunta Philipp por su parte.

Pedro da clases a 6 niveles distintos, aun total de 70 alumnos, más o menos. En sus clases intenta realizar un poco de cultura (actual y antigua), no solo de Portugal y Brasil, sino también de Angola, Mozambique, Cabo Verde... Además de desarrollar los temas predefinidos en el programa del curso. Aunque los alumnos de portugués son muy variados y no existe un perfil concreto, Pedro opina que no es difícil ser profesor de españoles. “Muchos de ellos asisten a portugués porque quieren y porque les gusta el idioma. Están motivados”.

Philipp tiene 16 cursos en total, desde el nivel A1 hasta el C1. Las clases pueden ser muy variadas, desde 5 alumnos hasta 30 personas, y muy heterogéneas, hombres y mujeres de diferentes nacionalidades, de todas las edades, estudiantes, trabajadores, funcionarios hasta jubilados que quieren aprender una nueva lengua o conservar el alemán que han aprendido hace muchos años. “Esa mezcla de alumnos es muy interesante, y también influye a la forma de clase. A veces es muy difícil encontrar material para cada gusto de una clase tan diversa. Pero lo bueno es, que la mayoría de los alumnos que vienen lo hacen por sí mismos, así que están súper motivados y quieren aprender alemán, conocer esta cultura y sus peculiaridades”, explica el lector alemán.

Philipp Schuldis, profesor auxiiar de alemán en la EOI.

Según Pedro, lo que más les cuesta a sus alumnos es la pronunciación y los tiempos verbales. “Mucha gente cree que el español y el portugués son dos lenguas muy parecidas, pero en realidad no lo son. Es decir, son idiomas muy próximos pero tienen sus diferencias, como a nivel de vocabulario, muchos 'falsos amigos'. El portugués es un idioma que se habla en el continente americano, africano, europeo y asiático y, que a lo largo de su evolución lingüística y fonética contactó con muchos culturas y idiomas y, por eso, hay una grande diversidad a nivel de vocabulario y de fonética. Como curiosidad, algunas reglas de la grafía japonesa y la palabra Arigato del japonés tienen origen portuguesa”, declara el lector portugués.

En cuanto al alemán, Philipp tiene claro que lo más difícil es la gramática, porque es muy compleja y distinta a la española. “Para construir una frase correcta hay que poner atención a muchas cosas y eso cuesta mucho esfuerzo. Pero el mejor remedio es practicar, practicar y practicar, porque saber toda la gramática de memoria no implica poder hablar un perfecto al alemán. Como profesor intento que mis alumnos hablen lo máximo, porque con la costumbre utilizarán toda la teoría aprendida. Otro punto es la pronunciación como las letras desconocidas, sobre todo ü, ö, ä, pero vuelvo a lo mismo, con práctica resultará un obstáculo pequeño”.

La Escuela de Idiomas de León es mucho más que el lugar donde se aprende inglés, francés o italiano, por ejemplo. Se trata de un lugar de culto a las lenguas pero, sobretodo, un punto de encuentro social y cultural, donde personas diferentes con inquietudes similares, comparten su tiempo, el estudio y el amor a otras culturas.

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