La Duquesa de Alba celebra su boda con sevillanas

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Efe

La duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, y su esposo y duque consorte, Alfonso Díez, han salido tras su boda a las puertas del Palacio de las Dueñas de Sevilla para saludar al numeroso público allí congregado, momento en el que la duquesa ha bailado descalza al son de unas sevillanas.

Diez minutos después de las dos de la tarde, Cayetana y Alfonso hicieron su primera aparición una vez casados en medio de una gran ovación de la gente a lo que respondió la duquesa descalzándose y bailando unas sevillanas interpretadas por el grupo “Siempre Así”.

Cayetana, con un vestido rosa pálido con un lazo verde en la cintura, lanzó su ramo de novia ante el fervor de decenas de personas que gritaban “guapa” y “vivan los novios”.

La aparición de la pareja se produjo tras la ceremonia en la que el sacerdote Ignacio Jiménez Sánchez-Dalp les convirtió en marido y mujer poco antes de la una y media de la tarde ante 38 invitados.

El novio, Alfonso Díez, había llegado al palacio sobre las 12.45 horas acompañado en el mismo coche por la madrina y gran amiga de la duquesa Carmen Tello, quien iba vestida por los modistos Victorio y Lucchino, que también han asistido al enlace.

Unos minutos después aparecieron el torero Cayetano Rivera y su novia, la modelo Eva González, que fueron de los pocos que descendieron del coche para saludar y los más ovacionados por el público con gritos de “torero” y “guapo”, igual que el hermano del primero, Francisco Rivera, que asistió sólo.

De forma escalonada han ido entrando coches en los que viajaban familiares del novio, así como exparejas de los hijos de la duquesa, como María de Hohenhole, exmujer de Alfonso Martínez de Irujo, y María Eugenia Fernández de Castro, exesposa de Jacobo Martínez de Irujo, una de las ausencias más destacadas del enlace.

Además de Jacobo, ha faltado a la ceremonia la hija menor de la duquesa, Eugenia, ingresada en la Clínica Ruber de Madrid debido a un brote de varicela cuyos primeros síntomas aparecieron en la jornada de ayer.

Sí han estado representantes de la Hermandad del Cristo de los Gitanos de Sevilla, por el que la duquesa siente una devoción confesada en numerosas ocasiones.

Durante la celebración de la boda, en el exterior del Palacio de las Dueñas el público esperaba al son de una salve rociera interpretada por un coro parroquial que también había compuesto unas sevillanas dedicadas a la duquesa.

Los primeros en llegar esta mañana al exterior de la residencia sevillana de la duquesa han sido los medios de comunicación, mientras el público se ha ido congregando según se acercaba la hora del enlace para saludar a los invitados, a pesar del calor, con temperaturas superiores a los 30 grados.

Entre las notas curiosas vividas en el exterior, un hombre con una hucha pedía “Una aportación para la Casa de Alba”, mientras otro disfrazado del rey Juan Carlos saludaba a los asistentes y un trío también disfrazado con trajes de boda parodiaba el enlace.

Tras la boda, en el interior del palacio se sirve un menú bufé con platos como gazpacho rebujito con hierbabuena, tortilla española, arroz a la provenzal, ternera con salsa bearnesa y varios postres, entre ellos tocino de coco.

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