Cuatro años del grito social por el futuro de León que se ha quedado oculto en un cajón
El 14 de marzo de 2020 León entero se encerró en casa. Como el resto del planeta en esos días, a causa de una enfermedad nueva y potencialmente mortal. Pero apenas un mes antes, el 16 de febrero, cerca de 80.000 leoneses olvidaron toda diferencia para gritar al unísono: “¡Es el momento de León!”. Exigían, pacífica pero firmemente, un freno inmediato a la decadencia de la provincia y expresaban un ansia de futuro.
Aquella frase era, junto a la que reclamaba de todas las instituciones públicas y todos los partidos políticos “Soluciones ya” para evitar la agonía mortal de León, la consigna elegida por quienes impulsaron esa histórica marcha del 16F: los sindicatos Unión General de Trabajadores (UGT) y Comisiones Obreras (CCOO). Siendo más exactos, Enrique Reguero y Xosepe Vega, sus líderes entonces en León, ambos alineados entre sí con el sentir más leonesista que sus organizaciones jamás manifestaron antes.
Fue por eso, en el contexto reciente del resultado de las elecciones primero generales y después municipales y autonómicas de pocos meses antes en 2019, y tras aprobarse la moción por un 'León sin Castilla' en el Ayuntamiento de la capital, por lo que se cebó aquel masivo reguero interminable de gente, de pancartas, de políticos, de empresarios y sindicalistas, de colectivos sociales, de tractores, de trabajadores de todos los sectores, de gritos, de miles de banderas con el león rampante y de eslóganes reclamando un futuro de León sin Castilla, el cambio de una discriminación históricamente percibida como negativa hacia otra positiva. Pocos domingos de febrero se han generado tanto calor en la ciudad como aquella jornada.
Los rescoldos de la protesta prendieron mechas. Y fueron casi inmediatas. Pasaron apenas 12 días cuando en el Palacio de los Guzmanes, sede de la Diputación, el 3 de marzo se creó la 'Mesa por el Desarrollo Económico y Social de la Provincia de León', la Mesa por León. En el salón de comisiones se vivió otra escena histórica, una reunión abarrotada y al más alto nivel político, económico y sindical.
Los altos representantes de la Delegación del Gobierno en la Comunidad autónoma, de la Junta de Castilla y León, la Diputación y el Consejo Comarcal del Bierzo, de la Patronal y los sindicatos, ahora ya con protagonismo de sus líderes autonómicos, apenas cabían en la foto, en la que, por cierto, sólo había tres mujeres. Una imagen y una reunión también impensables cuando sólo once días después se decretaba el Estado de Alarma: había llegado la pandemia. Y con ella, quedaba en el aire el futuro. De todo el mundo, pero también de León.
Se cumplen cuatro años del 16F de 2020. Pronto también otros cuatro de la Mesa por León, que sólo se volvió a reunir tres veces más, una en Ponferrada sólo cinco días después de decretarse la 'nueva normalidad' pospandémica, en junio de 2020; otra en septiembre, esta vez en Villablino, que fue la última presencial; y la que resultó la cita final, el 20 de enero de 2021, a través de videoconferencia.
En su camino accidentado, tan escasas decisiones como avances hubo. Entre los pocos, el nombramiento “por consenso” de Humildad Rodríguez para dirigir una entidad que nunca terminó de cobrar forma definitiva, que los sindicatos en León pedían que funcionara como Agencia independiente pero que nunca dejó de estar vinculada a las instituciones impulsoras, y sobre todo a la Diputación que presidía el socialista Eduardo Morán, quien en una ocasión habló irónicamente de 'Taburete por León“ en vez de mesa, cuando se dilataban sus compromisos.
Humildad Rodríguez: “Estuve sola mucho tiempo, hice lo mejor que pude”
“Estuve sola mucho tiempo, no se actuó, sólo al final me pusieron algo de ayuda pero aún así yo lo hice lo mejor que pude, tiré para arriba”, rememora la exconcejala y profesora de Biológicas en la Universidad de León, que no responde a si está personalmente decepcionada o no: “No tengo nada que decir”.
Con recursos humanos y económicos casi inexistentes, no se celebró de manera oficial ningún amplio foro de debate social prometido, tampoco reuniones con alcaldes o con empresarios, ni análisis comarcales, que se habían anunciado como mimbres para que toda la sociedad leonesa aportara.
Como mayores avances públicos se dio a conocer un logotipo y se creó una web, Somosleon.es, que nunca trascendió a la opinión pública, y que siempre ha estado tan vacía como la propia Mesa por León. Pero en cerca de tres años, Rodríguez sí realizó un amplio dossier de varios sectores e infraestructuras cruciales para el desarrollo de la provincia, que llegó a entregar a los miembros de la Mesa, y hace un año culminó un llamado Plan Estratégico, propuestas de apuesta sectorial e inversiones prioritarias para garantizar un avance económico y social de León.
El Plan Estratégico 'fantasma' para impulsar León
Ella misma confirma que entregó ese Plan Estratégico a la Diputación de León. ILEÓN ha pedido una copia o acceso al mismo. No hay respuesta. Y otras instituciones y miembros de la Mesa por León consultados admiten que, si existe, nunca lo han visto. “Yo hice mi trabajo, lo mejor que pude, yo puedo decir sólo que estoy satisfecha porque cuando estuve mi compromiso fue total”, asegura su redactora, que dimitió con discreción en otoño de 2022 para “seguir igual, comprometida, pero en otro ámbito”. Y consciente de saber que “por declaraciones públicas sé que no hay intención” de aprovechar lo que de bueno pueda tener ese Plan Estratégico que ni se usa ni siquiera se da a conocer.
¿Qué fue del germen sindical leonés?
De la Mesa por León quedan algunos pero hay muchos cambios. El representante del Gobierno ahora es leonés, el socialista Nicanor Sen, y el bastón de mando de la Diputación pasó de Morán a Gerardo Álvarez Courel, que 2020 representaba al Consejo Comarcal del Bierzo. En la Patronal de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) ya no está el histórico Javier Cepedano. E incluso ha cambiado el germen sindical leonés de aquel 16F y sus masivas exigencias.
UGT y CCOO en León no muestran la misma unidad de antaño, continuando al frente Enrique Reguero en el primero mientras en Comisiones Xosepe Vega dimitió para que tomara las riendas su actual secretaria general interina, Elena Blasco.
Del “agridulce” a la “decepción”
Ambas organizaciones coinciden en señalar que aquellas protestas en la calle fueron un hito de la movilización social leonesa y también coinciden en señalar que los resultados, pandemia mediante, no han sido los esperados. Blasco lo resume en que “el balance en cuanto a capacidad de movilización y de identificación de la situación crítica que sufre León, es positivo y puso de manifiesto que la sociedad leonesa sabe y puede organizarse para reclamar un futuro. Ahora bien, si atendemos a los resultados obtenidos, creo que el balance es agridulce”. El ugetista Reguero confiesa que su valoración es “una decepción, es una frustración porque ha habido cambios importantes en las organizaciones convocantes y esto se ha dejado de lado. Todos seremos responsables pero el balance es un fiasco y un fracaso total”.
Sobre la llamada ‘Mesa por León’ que surgió después de la masiva convocatoria las discrepancias son más notorias entre las entidades convocantes. Para Comisiones Obreras “esa mesa tampoco fue realmente la respuesta a la reivindicación que CCOO hizo para León (reindustrialización, empleo, desarrollo económico, productivo y social de la provincia), pues para que pudiera salir bien, se necesitaba algo más que reivindicar y buenas intenciones: se necesitaba y se necesita inversión y presupuesto, así como programar y articular proyectos concretos, realistas y realizables”.
Volver a la presión de las calles, ¿sí o no?
Por su parte, desde UGT Enrique Reguero cree que la parálisis de la Mesa por León tiene que tener un responsable: “Me gustaría saber quién hizo parar la Mesa por León, porque alguien tiene que haberlo hecho”. Defiende el sindicalista de UGT que la Mesa por León “era una herramienta fundamental y si esto sigue así plantearemos volver a tomar las calles con una reivindicación más que justa”.
En lo que sí se muestran de acuerdo ambos sindicatos es que la situación de León es para volver a salir a las calles. Reguero defiende que “cada vez hay más motivos en León para estar en las calles”, pero cree que ahora mismo “no es el mejor momento para hablar de esta cuestión”. “Insisto en la Mesa por León porque creo que con un buen funcionamiento puede ser una buena herramienta”.
Desde CCOO Blasco señala que para su sindicato “la situación provincial es crítica por la ausencia de reconversión de las comarcas mineras, el permanente proceso de desindustrialización y deslocalización, la difícil situación en el sector agroganadero, la pérdida de servicios públicos de calidad -especialmente en las zonas rurales- y la falta de oportunidades para la gente joven que contribuye al proceso de despoblación”. “Lamentablemente las reivindicaciones siguen manteniendo vigencia, si bien es necesario actualizarlas, tanto en su forma como en su urgencia”, señala para incidir en que “Los grandes motivos de aquella manifestación, siguen vigentes” y “hacen más que necesaria una movilización intensa de la sociedad leonesa”.
¿Y el trasfondo leonesista?
El trasfondo leonesista que impregnó aquellas manifestaciones del 16F, como posible solución a los males económicos que acuciaban la provincia, como la siguen acuciando, es otra de las discrepancias actuales entre ambos sindicatos, que ninguno de los dos oculta. CCOO, que señala que no ha manifestado oposición en ningún momento a una autonomía leonesa, culpa “a las dinámicas del desarrollo capitalista neoliberal y los intereses del capital quienes marcan los polos de desarrollo y de periferia”. Por eso creen que “la única forma de combatir ese diseño económico que nos margina, es romper este marco ideológico y aplicar e impulsar otro muy diferente, aprovechando la economía social y sostenible en el marco de los ODS y la Agenda 2030”.