La porquería se ceba con una joya escultórica del Renacimiento en San Marcos en León ante la desidia de Paradores

La porquería afea el Nacimiento de Juan de Juni, joya del Renacimiento español, en San Marcos de León.

Carlos J. Domínguez

El impresionante conjunto escultórico en relieve que representa un Nacimiento, situado en el claustro del antiguo convento y hospital de San Marcos en León, obra de Juan de Juni, exponente del mejor arte del Renacimiento europeo y con casi cinco siglos de antigüedad, es pasto de los excrementos de palomas. De esta guisa, manchado en numerosas partes, con cochambre acumulada durante semanas y meses, se presenta ante los turistas que recorren el claustro de lo que hoy es un hotel de lujo de la red estatal de Paradores Nacionales.

Cuando se reabrió el establecimiento de más nivel de la capital leonesa hace casi ya tres años, no sin polémica por su raquítico y moderno resultado de la inicial primera fase que sigue sin continuidad pese a las promesas, la red hotelera estatal resaltó públicamente y por todo lo alto el esfuerzo que había realizado para restaurar una pieza única, de un valor incalculable, que data del siglo XVI.

Turespaña, entidad pública ministerial que gestiona los Paradores, nunca dio cifras de la inversión realizada, encargada a la empresa Garanza Rehabilitación. Y eso que también pagó con dinero público numerosos publireportajes en medios de comunicación resaltando que con “criterios de mínima intervención, se han llevado a cabo delicados trabajos de limpieza, consolidación y ligeras reintegraciones que permiten disfrutar en todo su esplendor de esta pieza única”. “El resultado permite descubrir todas las inscripciones y singularidades de la obra tal y como las concibió Juan de Juni en el Renacimiento y que hacen de ella una auténtica joya arquitectónica”, sacaba pecho entonces.

En efecto, la obra es magistral y única. Firmada por Juan de Juni, artista del Renacimiento discípulo de Miguel Ángel Buonarrotti, tiene casi cinco siglos. Se calcula que la talló en torno al año 1537, fecha en la que el todavía joven artista procedente de Italia, previo paso por Oporto, declaró oficialmente ser vecino de la ciudad, en la que vivió y trabajó varios años más antes y después de aquel año. Todos los detalles se encuentran en este reportaje.

Su perspectiva, especialmente en el altorelieve central, es un prodigio que se adelantó varios años a obras hoy veneradas como las de Palladio y Scamozzi en el teatro olímpico de Vicenza. Y eso a pesar de que presenta varios destrozos acumulados a lo largo de los siglos, con la Virgen está decapitada y sin manos o las columnas arrancadas, pero hay que tener en cuenta las múltiples vicisitudes por las que el edificio y el claustro han pasado, desde ser caballerizas de los franceses en tiempos de la invasión napoleónica y campo de concentración tras el golpe de Estado de Franco en 1936.

Ni el esfuerzo realizado hace tres años por Paradores para su limpieza y restauración, ni tampoco su gran valor, han hecho que al cabo de poco tiempo se proteja y cuide esta obra como se merece y se muestre con dignidad a los turistas.

A la vista de las imágenes que ilustran esta información, tomadas a mitad del mes de agosto, el de mayor afluencia de visitantes a la capital leonesa, es palpable la desidia que al menos en la limpieza del entorno del Nacimiento de Juan de Juni está manteniendo este organismo estatal. El aspecto para los visitantes a este espacio, situado al aire libre en el claustro entre el hotel y la iglesia aledaña, provoca incluso comentarios de suciedad y dejadez entre quienes van a verlo y por los carteles allí situados tras la reforma del establecimiento son conscientes del alto valor patrimonial del conjunto de relieves.

Sólo clientes... y ahora un poco más

Hay que añadir, también, que la mayor parte de esos visitantes al claustro y a la obra, como a todo el patrimonio del interior del Parador Nacional de San Marcos, son casi en exclusiva los clientes del establecimiento, ya que desde que se acometió la reforma se prohibió con carácter expreso y de manera general algo que antes de la obra sí se permitía, como es la visita libre y gratuita de toda persona interesada.

En la actualidad, son los alojados en el hostal quienes tienen incluida la posibilidad de recorrer los espacios interiores y disfrutar cada una de las muchas piezas artísticas ubicadas por Paradores, como los numerosos cuatros situados en los pasillos del gran espacio central que ahora ocupa la cafetería. Sólo ante las protestas por el hecho de que haya que pernoctar en San Marcos y pagar sus elevados precios de hasta 500 euros la noche en los casos más elevados, la empresa pública organiza ahora, aunque sin apenas darle publicidad, algunas visitas guiadas para no clientes. En su recorrido, la joya renacentista de Juan de Juni es junto con la fachada Plateresca, la 'joya de la corona' artística de San Marcos.

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