Puesta en valor del arte y el talento en el mundo rural con una reivindicación: que sea todo el año
Villabúrbula pone en valor este domingo el arte y el talento, que también tienen cabida en el mundo rural. La pequeña localidad del municipio de Villasabariego, de apenas 60 habitantes, ha sumado este verano a dos jóvenes estudiantes de Bellas Artes en Valencia como vecinas por unos meses. Paula López, nieta de 'La molinera', consiguió una de las becas 'Erasmus Rural' que otorga el Gobierno, y decidió volver al pueblo de su abuela durante julio y agosto para revivir su infancia. Con ella viajó Chiara Zazzali, una peruana de gran ciudad que descubrió en León lo que es la vida de pueblo. La experiencia no ha podido ser más enriquecedora y se convierte en exposición antes de llegar a su fin. O quizá sea semilla que enraíce.
Paula estudia de manera simultánea Medicina y Bellas Artes en 'la terreta' y allí conoció a Chiara, que se matriculó también en Bellas Artes después de terminar Administración. La pasión de ambas por las artes y su buena relación las animó a pasar los meses estivales juntas haciendo talleres para niños y mayores en la localidad leonesa gracias al Programa Campus Rural, una iniciativa del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en colaboración con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas y la mayoría de universidades públicas españolas, que permite a los estudiantes hacer prácticas en municipios rurales con problemas de despoblación.
El principal objetivo del 'Erasmus Rural' es, al fin y al cabo, contribuir al reequilibrio territorial, acercando a jóvenes a los espacios más despoblados y así dinamizar su tejido productivo, social e institucional, además de ofrecer una experiencia vital, en la que se generan nuevas formas de arraigo y vínculo, que favorecen la actividad y la creación de oportunidades de empleo en el territorio.
El arte al alcance de todos, todo el año
Un verano da para mucho si se aprovecha bien, y Paula y Chiara han dedicado el suyo a acercar el arte a todos los vecinos de Villabúrbula y de los pueblos de alrededor que quisieron acercarse y participar.
En este tiempo las dos jóvenes han pintado dos murales, uno en la plaza de la Iglesia y otro en la calle del Medio, sobre paredes cedidas por la gente de la localidad. “Uno es un collage con fotos e ilustraciones y el otro es un señor en bicicleta yendo al campo con aperos de labranza al hombro”, cuentan a ILEÓN, recordando que, precisamente, conseguir espacios donde plasmarlos fue una de las cosas que más les costó al principio, porque “había ciertas reticencias, no sabían qué íbamos a hacer o cómo iba a quedar, pero después todo el mundo se implicó y hasta nos dejaron el andamio”.
Y así, de primeras y casi sin darse cuenta, entraron a formar parte de la vida rural que para Chiara era un mundo entero por descubrir. “Yo nunca había vivido en un pueblo”, cuenta a este medio: “Es todo más calmado, menos acelerado. El cuerpo lo agradece y lo noté hasta a la hora de dormir. Te cambia la perspectiva y te reciben con los brazos abiertos”. “Es un pueblo enano que, ¡no tiene ni bar!”, reconoce Paula, “en el que llegas a conocer a todo el mundo”.
Quizá sea por la falta de distracciones o de alternativas que hay en Villabúrbula que todo el mundo estaba dispuesto a colaborar con los talleres que las dos jóvenes organizaron: de acuarela, de papel reciclado, de cianotipia (revelado fotográfico) y otro de registro en el que plasmaron en barro y escayola la flora del entorno de la localidad.
“La gente está encantada y agradecida”, y se lo hace saber con las frutas y verduras que dan sus huertos o los huevos caseros de sus gallinas como forma de pago. Y es que en los pueblos como Villabúrbula “hay un sentido más de comunidad”, donde se tejen redes de ayuda y soporte.
Como colofón del verano con más actividad cultural de los últimos tiempos en la localidad leonesa, este domingo 1 de septiembre Paula y Chiara han preparado una exposición por las calles del pueblo con los resultados de los talleres y todas las piezas artísticas que se han realizado durante su 'Erasmur rural', que se trasladará a la iglesia del pueblo en caso de lluvia. Además, habrá una performance con pintura y música en vivo, con fotos antiguas de la gente intervenidas de manera artística y algunas de sus obras particulares.
“Me da curiosidad si el resto del año sería igual. Si se ofrecieran actividades culturales a la gente de los pueblos estos participarían y lo disfrutarían igual”, reflexiona Paula, con la ilusión en los ojos por “intentar vivir allí en un futuro” y el miedo por “la falta de promoción y el difícil acceso de la cultura en los pueblos”, más allá de iniciativas que nacen de las administraciones como la que tanto ella como Chiara han disfrutado este verano.