Trabajar contra los incendios en Castilla y León: entre la precariedad y el abandono

Peio García/ICAL

En un verano en el que las llamas están siendo noticia por sus devastadores resultados, los conocidos como incendios de sexta generación vinieron para quedarse a no ser que se ponga remedio. Una semana después de que se diera por controlado el devastador incendio de Losacio (Zamora), al igual que el de Sierra de Francia (Salamanca) y mientras los vecinos del Bierzo oeste regresaban a sus casas, hablamos con un agente mediambiental, una peona de incendios y la secretaria de administración de UGT León.

El primero en tomar la palabra es Alfonso Vallecillo, agente medioambiental la comarca de Sahagún y con una experiencia laboral en extinción de incendios de veintiséis años. Vallecillo expone que ahora mismo, en plena campaña de incendios, en Castilla y León hay alrededor de setecientos agentes de los mil cien que debería de haber y en concreto, la provincia de León dispone de ciento treinta y seis agentes de los ciento ochenta y nueve que forman el total de la plantilla. “Hay agentes medioambientales que están haciendo labores administrativas en la oficina de León por la falta flagrante de personal administrativo, mientras tenemos que escuchar propuestas como más policía de monte o plagar las arboledas de cámaras que a cierta temperatura dejan de funcionar. Nosotros y nosotras, los agentes mediambientales, somos los encargados de hacer esa labor, pero nos ningunean y sueltan esas proclamas de cara a la galería”.

Alfonso también denuncia que si un camión se queda sin conductor, ese vehículo se queda inoperativo. En el incendio de Zamora apenas un 40% del operativo se encontraba activo. “Se están dando vacaciones en plena campaña y la inestabilidad en el sector no puede ser más lamentable. Con contratos de tres o cuatro meses y un sueldo que apenas ronda los mil euros, ¿quién ve aquí un futuro o una forma de vida? Nadie, por eso año tras año está entrando y saliendo gente, sin estabilidad ninguna”, afirma.

Otro de los puntos que pone sobre la mesa este curtido agente forestal es el número de administraciones representadas en un incendio. Bomberos de la Junta de Castilla y León, BRIF, diputaciones, ayuntamientos y la UME. “La UME es un gran dispositivo, pero al estar tan jerarquizado lo que yo pueda proponerle a un bombero-soldado de la UME a pie de incendio tiene que pasar por la línea de mando y ese tiempo tan valioso que se va es imprescindible para nosotros”. La cuestión, recalca Alfonso, es que “no hay una integración real de los medios, porque cada uno depende de su administración, tienen sus mandos jerárquicos, y funcionan como unidades independientes”

Inma Miguel trabaja de lo que se conoce como manguero en la zona de Camposagrado. Esta trabajadora quiere dejar claro que gente sin formación no puede acudir a un incendio porque “como es lógico, no sabe lo que tiene que hacer y cómo lo tiene que hacer. Nos dan un curso de formación de dos días y nos mandan a apagar un incendio. Yo llevo trabajando seis campañas y a penas recibo formación e información, y literalmente nos estamos jugando la vida”, afirma con indignación. Inma quiere dejar claro que un camión debe llevar tres personas, el conductor, el manguero y el escudero. “Sin este último, que no hay, el que está con la manguera corre un grave peligro cada vez que se acerca a las llamas. Por ahorrarse el sueldo de una persona están poniendo en riesgo a todo un operativo”, denuncia enérgicamente.

Ambos, Inma y Alfonso, tienen como una de sus prioridades en cuanto a condiciones laborales que una persona con sesenta y dos años, como el trabajador que murió en Zamora, no puede estar en punta de lanza. “Yo no me veo con sesenta haciendo el trabajo que tuve que hacer el otro día en el incendio de montes de Valdueza, a apagar un incendio en una zona con una orografía muy diferente a la que conozco y con el esfuerzo físico que supone”, refleja Vallecillo.

También quieren denunciar que los más jóvenes que trabajan en punta de lanza rondan los cuarenta y cinco años, ya que la plantilla a penas se renueva desde 2007, quince años sin convocar oposiciones.

Reivindicaciones

“Lo primero que pedimos es empatía con el sector. En tres años únicamente recibí un curso de formación y la forma en la que se producen los incendios y cuál debe ser la manera de atacarlos cambia año tras año”, destaca Inma. Alfonso, por su parte, tiene claro que una de las prioridades debe ser que el operativo de incendios tiene que estar activo todo el año en pleno rendimiento, que tiene que desarrollarse la Ley Básica de Agentes Forestales para dar un marco jurídico a nuestro trabajo, e igualar las discriminaciones de nuestro colectivo según en qué comunidad estés. Sobre las reivindicaciones, añade que “actuamos con estructuras y organización de trabajo de hace más de un siglo y esto es lo que no puede ser”, asevera este agente medioambiental, para añadir que “después de un gran incendio debemos realizar un análisis en profundidad sobre sus causas, forma en la que lo atajamos y sus efectos, que nos sirva para aprender, y tener una continua actualización de la formación, es la base de avanzar.”

Otro punto que reivindican es que la privatización constate de servicios por parte de la Junta de Castilla y León se ha demostrado que no es la mejor forma de trabajar. “Hay cuadrillas que cobran trescientos menos que otras, empresas que tienen la posibilidad de acogerse al convenio o no y por supuesto, el beneficio empresarial. No se entiende como un servicio público puede estar privatizado, siendo público al 100% se da muchísima mas estabilidad a los trabajadores”, reclaman ambos trabajadores.

Otro punto que denuncian es la política de comunicación por pate de la Junta de Castilla y León. “La Junta solo comunica los incendios del 15 de junio al 15 de septiembre. Si hay uno en enero no lo hace público, no lo comunica”. Estos fallos en cuanto a política de comunicación fueron denunciados el pasado 20 de julio, cuando la Junta anunció la contaminación en el aire dos días tarde. Tampoco se comunican de forma correcta y fluida las restricciones, por ejemplo, horario de labores agrícolas con maquinaria como cosechadoras o empacadoras.

Casetas de escucha

Durante la última vista a las casetas de escucha de incendios llevada a cabo por UGT se denunció el lamentable estado de las mismas. En estos espacios de trabajo los y las vigilantes tienen que permanecer diez horas al día durante los cuatro meses que puede llegar a estar activo el dispositivo. La primera carencia de todas las casetas de vigilancia es el acceso a las mismas, caminos sin mantenimiento, totalmente destrozados. Varios vigilantes quieren manifestar que la Junta de Castilla y León se negó a adquirir emisoras digitales y ahora no se pueden comunicar con otros operativos.

“Tenemos que usar nuestros propios vehículos, los cuales sufren numerosas averías”, denuncia uno de los trabajadores.

Otro amplía esta queja diciendo que “tampoco se hace el mantenimiento adecuado de las mismas casetas que se deterioran cada año. Trabajamos en numerosas ocasiones con nuestros teléfonos privados, porque las averías de las emisoras, antenas, etc., tardan días y a veces semanas en repararlas, hasta hemos empezado alguna campaña sin emisora. Tampoco es normal que lleguemos a nuestro puesto de trabajo y no dispongamos de un mapa de la zona”.

Otro vigilante se indigna al reconocer que en su puesto de observación “Hay filtraciones de agua a través de las juntas de las ventanas (manchas verduzcas en las paredes) y las de la ventana norte corren el riesgo de dañar la instalación eléctrica.

Abandono de los pueblos

“Inexcusablemente, el abandono de los pueblos aumenta el riesgo de incendios forestales. Lo que antes eran pastos, ahora es una masa arbórea prácticamente inaccesible” indica Vallecillo sobre este tema. Los núcleos de población a su alrededor tienen que tener una superficie desbrozada que en muchos casos no se cumple. “Esto hace que el riesgo de que las llamas entren en los pueblos aumente exponencialmente”, agrega. En el incendio de Losacio de este domingo, en su mayoría cereal sin cosechar, se quemaron alrededor de 3.000 hectáreas, muy lejos de las 30.000 de la semana pasada en zona arbolada.

Soria como modelo

Al final de la conversación sale Soria como territorio de estudio y analizamos por qué en esta provincia castellana el número de incendios forestales es tan reducido. Sobre el examen de las causas, Alfonso explica que allí todos las personas comprenden que el monte es parte suya, aquí, en las provincias del oeste, quizá no hay ese sentimiento. “En temporada de setas el aprovechamiento de este producto le beneficia a todas las personas del pueblo, la venta de madera repercute en todos los hogares del pueblo. Aquí no ocurre eso”, argumenta Vallecillo. “Recorriendo los pinares de Soria te das cuenta el que el suelo parece una alfombra, limpios, desbrozados, cortafuegos en buen estado, etc.”, finaliza el agente.

Respecto a la propuesta de Vox, Alfonso Vallecillo opina que “es pura demagogia y populismo. Necesitamos profesionalizar el sector y no precarizarlo. Se necesita gente preparada y con condiciones laborables estables que les permitan vivir con dignidad. Necesitamos profesionales, con proyectos de estabilidad laboral y personal, que fijen población en el medio rural”. Este veterano agente medioambiental reclama que “a lo mejor, si se aumenta la oferta de empleo en este sector y se hace estable, habrá menos parados, pero con esto parece que a los parados como castigo por no encontrar trabajo se les manda a trabajar al monte. Están estigmatizando el sector”.

Ruth Sanz, secretaria del sector de Administración autonómica León declara sobre el anuncio de la Junta de ampliar el operativo contra incendios todo el año que “siempre valoraremos positivamente las mejoras de las condiciones laborales. Sin embargo, queremos señalar que esta Administración tiene la costumbre de no cumplir sus acuerdos (35 horas) o los hace en diferido, como el acuerdo de mejora del operativo de 2017. Pese a este anuncio, SP UGT LEÓN le recuerda al señor Suárez Quiñones que desde hace semanas tiene 5 camiones sin cubrir con la que está cayendo”, y añade que “otra duda que tenemos es el papel que los socios y colaboradores del PP en esta administración van a tener, pues menos conversaciones en el Consejo de Dialogo Social vemos de todo”, en alusión a lo anunciado por VOX en cuanto a recorte a patronal y sindicatos“. Ruth añade un argumento más a sus dudas recordando que el pasado mes de junio, tanto el PP como sus socios de VOX votaron en contra de mantener el operativo antiincendios todo el año.

Sobre las propuestas del Consejero de Cultura del partido de extrema derecha, Gonzalo Santonja, como el obsequio de maillots a los alcaldes de las zonas afectadas por los incendios, inscripciones gratuitas a eventos deportivos y la búsqueda de solidaridad de tenistas en el Open de Tenis de Castilla y León prefieren no entrar a valorarlas porque no le salen las palabras.

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