Nino Fernández y Marina Sánchez, relevo en Promonumenta: “Hay que asociar las recuperaciones a actividades culturales”
La Asociación de Amigos del Patrimonio Cultural de León Promonumenta estrena etapa. El colectivo nació en 1992, con el terreno todavía poco abonado y entre el escepticismo de la población. La mentalidad de la población fue avanzando durante los mandatos de Nino Fernández, que tomó los mandos en 2007 y deja ahora la organización en manos de Marina Sánchez, a la sazón delegada en la provincia de León de Hispania Nostra, una compatibilidad que ve como una “suma”. La nueva presidenta, formada también en cuestiones relacionadas con el tercer sector, se marca retos como la búsqueda de implicación empresarial, el incremento de una masa social que hoy ya supera los 500 integrantes, la colaboración con otras entidades (acaba de firmar un convenio con el Colegio Oficial de Arquitectos de León) y la presencia en redes sociales (su cuenta en instagram es pro_monumenta_león).
¿Cómo se ha gestado el relevo?
Nino Fernández: Muy bien. Si lo comparo con el que me tocó a mí... Hay una colaboración total. Nadie ha echado a nadie. Yo planteé irme. Llevaba muchos años. Hace falta gente joven, con nuevas ideas y que maneje las tecnologías. Los años no pasan en balde. Era el momento del relevo. Y como hay un relevo bueno, no ha habido ninguna duda.
Marina Sánchez: Esto es un equipo; no es una figura unipersonal en absoluto. Yo estoy encantada y agradecida. Cada uno es muy bueno en lo suyo. Donde no llega uno, llega otro.
¿Cuál es el estado de salud actual de Promonumenta?
N.F.: Ahora mismo no hay ningún problema interno. Si tenemos algún problema, es con algún alcalde porque no hace lo que tiene que hacer. Y el relevo ha sido natural. Yo no me voy a ninguna parte. Procuraré no meterme. Y para lo que haga falta, aquí estoy.
M.S.: Promonumenta goza de una salud excelente gracias al esfuerzo hecho hasta la fecha. Hay que actualizar gestión interna en el ámbito de las tecnologías y uso de nuevos sistemas de comunicación como las redes. Los socios tienen el mismo compromiso. Y en los últimos tiempos estamos llegando a gente joven. El objetivo es aumentar el número de socios. Nuestra metodología, con nuestras hacenderas, es lo que hoy la Comisión Europea está demandando como algo muy necesario. Para nosotros, crea una cohesión interna, llega al punto donde se necesita y tiene una repercusión para conseguir nuevos usos para ese patrimonio.
¿Cuál es el estado de salud del patrimonio?
N.F.: Ya no es lo que era cuando nosotros empezamos, el 4 de junio de 1992, hace 33 años. En aquella fecha te recibían en los pueblos así (y hace el gesto de sacar las uñas). Y no se fiaban de nosotros. Nos decían: “¿Y cuánto les pagan por venir aquí?”. Y no se creían que no nos pagaran nada. “Y, además, esto son cuatro piedras viejas”, decían también. Y se les explicaba que si conseguíamos ponerlas en valor, lograríamos que la gente no se marchara de los pueblos como se estaba marchando. Todavía quedan un par de alcaldes un poco atravesados. Pero el cambio ha sido total.
¿Cómo se ha trasladado el cambio de mentalidad a la propia intervención sobre el patrimonio? ¿Ha ido a la par?
N.F.: Ahí interviene la administración pública, que es la que tiene la última palabra y la que tiene el dinero. Los ayuntamientos son una pieza clave. Allí donde los alcaldes se implican, se consiguen las cosas. Acaba de dejar la Alcaldía la alcaldesa de Vega de Valcarce (María Luisa González Santín), después de 26 años. ¡Lo que ha peleado con nosotros por el Castillo de Sarracín! Y ahí está el resultado. Hoy ese castillo no existiría si Promonumenta no llega a empezar a ir a solucionarlo. Y hoy ya no se cae. Y, como ese, hay muchos ejemplos.
¿Cómo lo ve la nueva presidencia, con su perspectiva añadida de su responsabilidad en Hispania Nostra?
M.S.: No es fácil hacer un diagnóstico directo. Hay muchos tipos de patrimonio, también el industrial, natural o el concepto de paisaje cultural. Todo al final está íntimamente relacionado. León tiene tipologías geográficas y culturales bastante dispares. Eso repercute en su patrimonio. En comparación con otras provincias, León necesita una atención muy especial, por número de bienes culturales que necesitan recuperación y puesta en valor. Hay que asociar la recuperación a un concepto empresarial para crear un foco cultural, de investigación, de turismo cultural y patrimonial. Cuanto más singulares sean estas actividades, muchísimo mejor para todos. No todo son bibliotecas, conciertos o teatro, porque la sociedad demanda actividades singulares. Necesitamos más implicación ciudadana. Consideramos a Promonumenta como una especie de Seguridad Social: todos los leoneses deberían ser socios. Y necesitamos mucha más implicación empresarial. La empresa, en su faceta de Responsabilidad Social Corporativa, tiene en el patrimonio un activo buenísimo para trabajar conjuntamente en proyectos.
Allí donde los alcaldes se implican, se consiguen las cosas. Acaba de dejar la Alcaldía la alcaldesa de Vega de Valcarce, después de 26 años. ¡Lo que ha peleado con nosotros por el Castillo de Sarracín! Y ahí está el resultado
¿Y cómo se podría concretar eso?
M.S.: Si las empresas se comprometen con la restauración de un bien, les repercutirá. Pasan a ser beneficiarios, y que los trabajadores sepan que están participando en un bien social que les repercute a ellos y sus descendientes. Y, en comercio exterior, poder realizar eventos en ese bien que han ayudado a recuperar es una ventaja enorme y que ayuda a generar una imagen identitaria y muy positiva de su empresa.
¿Y ahí estaríamos en pañales?
M.S.: Totalmente. Sí hemos notado cierto interés por parte de las cámaras de comercio y responsables de las pymes, pero hay que dar más pasos.
Desde esa perspectiva de ampliar el foco cuando hablamos de patrimonio, hay una gran cantidad de patrimonio industrial que ha quedado en desuso en las últimas décadas ¿Cómo debería abordarse? ¿Todo es conservable o no?
M.S.: Hay que hacer un inventario de lo más interesante, porque hay muchísimo. Hay muchísima calidad. Para levantar ese patrimonio industrial y minero vinieron arquitectos e ingenieros de Inglaterra que dejaron una estética de la que no podemos prescindir. Lo que debemos es reconvertirlo a otro tipo de industria, ahora cultural y patrimonial. Tienen que ser lugares vivos.
N.F.: Hace años quisimos implicar a algunas empresas. Y nunca se consiguió nada. Estaban en otras cosas. Y hoy esas empresas casi todas han desaparecido. Es esencial la colaboración de los ayuntamientos, la Diputación y, por supuesto, la Junta de Castilla y León, que es la que tiene las competencias y que debería implicarse algo más. ¿Cómo es posible que a asociaciones como la nuestra y otras no nos llamen una vez al año para pedirnos opinión? ¿Tan difícil es que se reúnan una vez al año con las asociaciones culturales y escuchar a quienes estamos implicados en estas cuestiones? Yo no lo entiendo.
¿Cuál es el estado de salud del asociacionismo? ¿Hay relevo generacional?
M.S.: León goza de buena salud en asociacionismo. Encontramos muchas veces pequeñas asociaciones en pequeños pueblos, pero suelen estar ligadas a pequeños proyectos. Asociaciones grandes como la nuestra ya es otra cosa. Fuera se sorprenden enormemente del número de socios que tenemos y todo lo que hacemos, como nuestra revista, que es de primera línea. En cuanto a la juventud, estamos interviniendo en centros de Secundaria. Los hemos sacado de hacendera. Y al principio a los alumnos les sorprendía mucho hasta que cogían una herramienta. Y ahí se producía una transformación. Ya no hacía falta decirles nada más. Notabas cohesión, felicidad e ímpetu juvenil. Y, al final de las hacenderas, nos preguntan por cuándo repetir. Nosotros estamos encantados de ser su paraguas. Tenemos muy buena relación con todas las asociaciones.
Necesitamos más implicación ciudadana. Consideramos a Promonumenta como una especie de Seguridad Social: todos los leoneses deberían ser socios. Y necesitamos mucha más implicación empresarial
¿Y sería posible crear un colectivo juvenil?
M.S.: En nuestros estatutos tenemos contemplada la posibilidad de crear un Promonumenta júnior. En ello estamos. Lo lógico, dada esta relación con estos jóvenes, sería que se consolide próximamente.
¿El relevo generacional ha sido durante estos últimos años un problema real?
N.F.: Tenemos gente joven y muy preparada. Y muchos. El problema es que trabajan. Tenemos profesores trabajando fuera que vienen en verano.
M.S.: La diáspora nutre muchísimo a Promonumenta. Y, a su vez, somos una opción ante cualquier escapada que hagan a León para estar al tanto de lo que pasa aquí. Es una forma de continuar con su arraigo. Las visitas que hacemos son de muy alto nivel porque contamos con expertos, de entre los que algunos son socios y otros aliados.
¿Qué retos y caballos de batalla están planteados para el futuro inmediato cuando venimos de cuestiones como la oposición al establecimiento de rutas para BTT por los canales romanos de Las Médulas?
M.S.: Hay que añadir el vicus Ad Legionem de Puente Castro.
N.F.: Cuántas ciudades quisieran tener un yacimiento arqueológico romano del siglo I. No puede pasar una carretera por encima. Hay que respetarlo y ponerlo en valor.
M.S.: La Unesco lo define como VUE (Valor Único Excepcional). Y lo antepone a su valor estético. En este caso, aun a riesgo de parecer una barbaridad, es más importante patrimonialmente Ad Legionem que la Catedral de León. Porque catedrales góticas hay unas cuantas, pero vicus consolidadas como ciudades adyacentes a una legión romana, en la Hispania romana, sólo hubo la de León; y sólo hay otras dos en el antiguo Imperio Romano, a las afueras de Viena y de Budapest. Y en la de Viena se han reconstruido varias casas y han puesto allí centro de recepción de visitantes y de interpretación, tienda, museo, salón de actos, y realizan recreaciones. Es obvio que León debe seguir ese camino. Además, está muy cerca del Camino de Santiago. Viene a enriquecer culturalmente las zonas de Puente Castro y La Lastra.
La Junta parece ya dar por hecha la entrada en funcionamiento de las rutas para BTT en los canales romanos de Las Médulas. ¿Es un ejemplo de que la administración no escucha cuando han sido muchas las voces en contra?
N.F: Nos hemos pronunciado en contra nosotros, pero también expertos como (el arqueólogo) Javier Sánchez-Palencia. Creo que es la persona que más conoce Las Médulas. Y su posición ha sido muy clara. Javier Fernández Lozano, profesor de la Universidad de León, también se ha pronunciado clarísimamente. Pero ahí están primando otros intereses.
¿Algún mensaje más?
N.F.: Si se quiere hacer algo con los monumentos de León que están en ruinas, lo primero es sacarlos de la ruina. Pongo como ejemplo el valle del Loira, en Francia. Aquí hay cosas que no se pueden reconstruir. Pero hay casos en los que sí se puede. Y se puede restaurar Sandoval; y se puede reconstruir el Castillo de Balboa. Si se sabe lo que había, no es inventarse nada. Lo que pedimos es que haya restauraciones.
M.S.: Invitamos a la gente a que se acerque más a la asociación. Por 20 euros al año, es un privilegio pertenecer a la familia de Promonumenta. Tenemos acceso a conocer lugares que no nos imaginamos. Y podemos disfrutar de nuestra oferta cultural.