Una propuesta turística: ástures, romanos y oro
La provincia de León es un espacio con amplísimas oportunidades turísticas, en parte debido a su diversidad de paisajes y recursos naturales. Estamos hablando de un territorio con un gran arco montañoso, abundantes espacios de ribera, una llanura mesetaria y una depresión tectónica, la hoya berciana.
De esta manera, quien quiera adentrarse a conocer nuestra provincia podrá disfrutar de estampas que le evoquen bucólicos lugares de otras partes del Planeta. Así, la comarca del Bierzo, con sus viñedos, bien puede parecerse a la Toscana italiana; las comarcas de Sajambre y Valdeón nos retrotraen a las imágenes del Tour de Francia a su paso por los Alpes; las riberas del Órbigo o del Porma a estados americanos como el de Iowa –dentro de la región del ‘Corn Belt’ o cinturón del maíz–; o la Tierra de Campos a las grandes extensiones cerealistas de Ucrania (hoy tristemente bañadas por la guerra). Sin embargo, no hace falta ir a visitar esos lugares, el paraíso no está “onde Cristo perdió’l chisqueiru”, lo tenemos aquí.
Aun así, el objetivo de este artículo no es enumerar la belleza de nuestros espacios comarcales, sino plasmar un elemento que para un cierto público puede resultar de gran interés, como son los restos arqueológicos de época romana y prerromana. Así lo atestiguan los millones de personas que visitaron yacimientos arqueológicos y centros de interpretación en España, representando el 16,6% del turismo cultural total. Por consiguiente, cabe recordar que el espacio que ocupa la provincia de León en época prerromana estuvo habitado por las tribus ástures y cántabras. Ambos pueblos, después de una guerra que duró diez años, acabaron sometidos al Imperio Romano, hecho que propició la explotación de los recursos del territorio, dejando su huella en el paisaje. Así, cabe decir que León tiene mucho que aportar en este tipo de turismo.
Repasando los acontecimientos históricos, los romanos eran conocedores de la riqueza aurífera de esta zona, de ahí que decidieran enfrentarse a los combativos y aguerridos ástures. Una vez sometidos, empezó la explotación de este metal, siendo tal su abundancia que durante dos siglos Las Médulas fue la principal mina de oro del Imperio Romano, extrayendo alrededor de 800.000 kilos de oro. Pero este no fue el único lugar de la provincia de León donde se puede contemplar vestigios de la minería aurífera romana, también hay restos Cabrera, Maragatería, Omaña y otras partes del Bierzo. Sin olvidarnos de la extensísima red hidráulica de canales romanos que transportaban el agua –con sus más de mil kilómetros es una de las obras más colosales de la antigüedad– permitiendo la explotación del preciado metal.
Si a este gran reclamo turístico, Las Médulas, le sumamos otros importantes vestigios de aquella época, empezamos a vislumbrar un potencial turístico que abarca una gran parte del territorio y que, descubriendo nuestro pasado más antiguo, también nos sirve para dar a conocer nuestra provincia en la actualidad. Repasemos. Tenemos castros fortificados como los de Lancia y Castro Ventosa, que se romanizaron y acabaron derivando en ciudades que vertebraban el territorio, u otros como los de Chano (en Fornela) o La Ercina (comarca de Valdellorma), que nos ayudan a comprender como eran estos asentamientos en época de ástures y cántabros, respectivamente. Además, tenemos la famosa Ruta de la Plata o ciudades como Astorga (la Asturica Augusta, capital del convento ástur), que cuenta con una interesantísima ruta romana en la actualidad, o León, capital militar de Hispania, pues durante casi cuatro siglos hubo asentada una legión de manera permanente –primero la Legio VI Victrix y después la Legio VII Gemina– para controlar el noroeste peninsular, las rutas mineras y las revueltas indígenas.
Combinando todos estos lugares pueden salir unas propuestas itinerarios muy interesantes conectando todos estos espacios donde los carteles y la información que se muestra esté interconectada. Así puede dar como resultado una propuesta turística que abarque a toda la provincia y donde nos conecta con un mundo pasado que tiene muchas muestras en el presente.
En conclusión, creo que sería interesante hacer desde las distintas instituciones provinciales campañas de marketing conjuntas, buscando atraer a un público objetivo deseoso de sumergirse en la riqueza histórica y paisajística de León, con una propuesta de itinerarios y actividades relacionando todos estos espacios, donde se combina arqueología, naturaleza y el oro. Sinceramente, esta idea ayudaría a enriquecer la oferta turística de la provincia, interconectando puntos de gran interés, como Las Médulas, con otras zonas menos conocidas, como Cabrera. A la vez que se pudieran surgir empresas de turismo activo que se beneficien de estas sinergias, como rutas por los canales romanos, talleres de arqueología como aprovechar el misticismo de ríos como el Eria, Órbigo, Sil y Duerna para batear oro. Una idea para fomentar un turismo de calidad que vaya más allá de la Catedral de León o Las Médulas.