Enoturismo en León: ¿Un brindis efímero o un buen trago de futuro?
El Día Mundial del Enoturismo se celebra el segundo domingo de noviembre, en homenaje a la extensa cultura vinícola que se extiende por distintas regiones del planeta. Y la provincia de León tiene muchos motivos para señalar la fecha en su calendario.
Esta celebración nació en 2009, impulsada por la Red Europea de Ciudades del Vino (RECEVIN), con el objetivo de resaltar la relevancia económica y cultural de las zonas vitivinícolas. El enoturismo es una forma de turismo que pone el foco en áreas de producción de vino, subrayando su historia, evolución y contribución cultural. Se asocia con el turismo gastronómico y cultural, promoviendo las virtudes de estas áreas y sus productos mediante actividades como tours, rutas y degustaciones. Para conmemorar este día, se organizan múltiples eventos, desde visitas guiadas a bodegas y caminatas entre viñedos, hasta festivales, charlas y competencias fotográficas. Y la provincia de León se encuentra inmersa en este movimiento que combina la tradición vinícola con el placer del turismo.
Como si las raíces de las cepas se entrelazaran con la historia leonesa, esta región ha visto cómo generación tras generación se ha transmitido el arte de la vinificación. La provincia cuenta con denominaciones de origen que son auténticos tesoros líquidos, como es el caso de la DO Bierzo o la DO León. Como dice el refrán: “Donde se siembra vino, se cosecha cultura”. Y es que el vino, más allá de ser un producto de consumo, es un vehículo para contar historias, tradiciones y vivencias que se reflejan en cada copa que se degusta.
Peique
Bodegas Peique es una bodega familiar en el Bierzo. La historia del apellido Peique nació en Valtuille de Abajo, un pueblo donde las anécdotas en torno al vino eran constantes en cada casa y a través del trabajo conformaron el espíritu de una familia. Fue en 1999 cuando las tres generaciones de la familia Peique crearon una bodega en el pueblo que los vio criarse entre viñas y barricas. “Surgió de ese modo Bodegas Peique, un compromiso sostenible con la vida, un nexo entre el vino y la familia”, expresa Mar Peique, cofundadora y responsable de Bodegas Peique.
El objetivo de esta bodega es fomentar la cultura del vino en la sociedad, todo aquello que supone adquirir una botella de vino. “El Bierzo tiene nombre de vino. El paisaje que cada vino guarda en su interior, la cultura y la forma de cultivo del viñedo, el entendimiento con la naturaleza, y ante todo y sobre todo, una modo de vida”, destaca Mar. El enoturismo es una de las vías para fomentar el conocimiento del Bierzo y sus vinos. “Considero que debemos potenciar el desarrollo de experiencias cautivadoras que marquen la diferencia y creer en la unión del sector para ser capaces de llegar a un mayor número de personas”, expone la propietaria.
Actualmente ofertan dos tipos de visitas en Bodegas Peique: la cata de vinos en la que los visitantes descubren los vinos de Bierzo desde dentro, comprende el origen de las uvas que cultivan, la Mencía y la Godello; y un paseo por el viñedo donde disfrutan de la vista desde los viñedos viejos en Valtuille de Abajo, acompañado de una cata de vinos, donde aprenderán más sobre la familia y la historia en El Bierzo.
Un formato que cuidan mucho, ya que por la estructura de la bodega los grupos son reducidos de 4 personas o parejas para ofrecer una experiencia personalizada y sin prisa, por lo que es necesario pedir cita previa. Y gracias a este mimo en lo que va de 2023 ya les han visitado 150 personas.
“El perfil del enoturista es variado, aunque todos tienen en común ser amantes del vino. Un 25% se corresponde con personas de perfil técnico que quieren descubrir nuevos vinos y el resto son personas que están en la zona y se apuntan al enoturismo como una actividad que pueden hacer en el Bierzo”, nos ilustra Peique. Aunque la mayoría de los enoturistas que les visitan son de Galicia, Castilla y León y Madrid, incluso visitantes extranjeros que están en El Bierzo de paso o haciendo el Camino de Santiago, la propietaria de la bodega hace una mención especial a los leoneses, “creemos que el público leonés está muy arraigado a la tradición y a la cultura de sus pueblos. Y el enoturismo es crear o transmitir cultura y patrimonio. En nuestro caso, la riqueza vitivinícola del Bierzo”.
Aleavini S.L.
Ruth Andrés de Prado, fundadora de Aleavini S.L. -una empresa dedicada desde 2005 a la exportación de bodegas españolas a mercados internacionales-, considera que el enoturismo ha venido para quedarse como propuesta alternativa y, sobre todo, de valor a otras formas de turismo. “La región que sea capaz de ofrecer enoturismo de calidad, junto con otras propuestas culturales, tendrá un enorme potencial a la hora de desarrollar un turismo sostenible y de alta calidad”, indica la experta, que considera que es a lo que deberían aspirar el sector vinícola. Y destaca ejemplos punteros como California, Burdeos o Mosela, donde hay bodegas que venden más del 50% de su producción a la puerta de su casa. “Recordemos, además, que venden con un margen enorme, ya que eliminan todos los intermediarios (importadores, distribuidores, tiendas…) y cobran al contado”, puntualiza.
Una riqueza más en León
Ruth considera que León es una provincia rica en cultura y con grandes atractivos como la naturaleza, por lo que el enoturismo puede posicionarse como una propuesta más. “Tanto para la gente que visita monumentos, como el que hace el Camino de Santiago, como el turismo activo y de naturaleza, un enoturismo de calidad puede aumentar el atractivo para estos visitantes”, asegura. Y es que la vinista tiene bien calado al público que disfruta de estas actividades, ya que sabe que les gusta la buena vida, comer bien y beber mejor. “No sale de su casa para, simplemente, ver una bodega, sino para disfrutar de la experiencia completa”, afirma.
Pero no sólo vale conseguir que lleguen a la bodega, para el agudo olfato de Rut la clave está ofrecer una propuesta variada y sobre todo de calidad. “No vale un enoturismo de cualquier manera. Si queremos que esto sea rentable tenemos que ofrecer una experiencia inolvidable y exclusiva. Grupos pequeños, catas exclusivas, adaptarse al cliente, visitas hechas por gente que conozca y que sepa de lo que habla y que transmita con pasión”, enumera la receta del éxito.
Éxito que para conseguirlo hay que trabajarlo, por eso la Ruth no concibe que haya bodegas que no abran los fines de semana para este tipo de actividades. “No tiene sentido”, sentencia. “El sector del turismo se trabaja cuando los demás están de vacaciones. Y si no es mejor no ofrecerlo”, aconseja como punto final.
Vile La Finca
La bodega nació en 1967 en León, en esa época sólo se elaboraban vinos rosados y tintos jóvenes. “Nadie pensaba que la Prieto Picudo tenía capacidad para aguantar largas crianzas en barrica, pero en Vile La Finca Bodega y Viñedos si creyeron en ella y en 1975, salió al mercado el primer Reserva elaborado 100% con Prieto Picudo”, relata Marta Gamarra Montes, responsable de Enoturismo de Vile La Finca. Desde entonces han seguido observando y aprendiendo a estas singulares variedades de León, Albarín y Prieto Picudo, para seguir elaborando vinos de calidad.
El patrimonio de la bodega, son viñas con más de un siglo de diferencia, que trabajan de una forma tradicional y sostenible, con el firme compromiso de preservar y mejorar lo que han heredado. En 2015 empezaron con un nuevo proyecto sobre el estudio y conservación de estas dos variedades, realizando la localización y marcaje de 100 clones diferentes de viñedos prefiloxéricos situados en las provincias de León y una pequeña parte en Asturias (Albarin).
Durante 2018 hicieron calicatas de suelo de distintas zonas de La Finca para elegir la mejor ubicación donde plantar estos sarmientos para formar lo que llaman el “viñedo experimental”. Junto con este proyecto y con la idea de combatir el cambio climático y reducir la huella de carbono también plantaron 5 hectáreas de almendros de la variedad Penta, 8 hectáreas de nogales de las variedades Chandler, Fernor, Fraquette y Fernette y 2 hectáreas de Cerezo Silvestre además de plantar encinas de la variedad Quercus Ilex Rotundifolia en los límites y entrada de La Finca.
“En 2018 desarrolla distintas actividades de enoturismo que permiten al visitante desconectar, divertirse y conocer cómo es el mundo del vino desde un enfoque diferente en un entorno incomparable como es Vile La Finca, situada a 15 km de León”, describe la responsable.
Ahora han desarrollado cuatro tipos de actividades diferentes: tapeo de una tabla de embutidos y una botella de vino más paseo por los viñedos para dos personas; cata en el viñedo con una ruta guiada y comentada en buggy tres paradas donde se degustarán cuatro vinos y un vermut acompañados de un aperitivo; degustación de una caja de picnic compuesta de alimentos de León acompañada de una botella para cada dos personas; y cata en el viñedo y comida en cueva de Valdevimbre, que aparte del paseo en buggy por los viñedos con su correspondiente degustación de cuatro vinos y un vermut con aperitivo e incluye una comida tradicional en una de las Cuevas de Valdevimbre. Además, también ofrecen planes personalizados para grupos adaptándose a las necesidades de cada cliente.
Y parece que las alternativas gustan, ya que han pasado progresivamente de 1.750 personas en 2021 a 3.200 en lo que llevamos de 2023. Desde la bodega nos indican la heterogeneidad de sus visitantes en edad y agrupaciones (familiares, amigos, parejas…) que les van a conocer. “Las personas tendemos a visitar y conocer lo que tenemos lejos olvidando lo que tenemos cerca de casa, pero desde el Covid-19 la perspectiva humana cambió y empezamos a darnos cuenta de ello y a sentir curiosidad por lo que nos rodea a unos pocos kilómetros, esto unido al boca boca está haciendo que el número de leoneses que visita Vile La Finca haya aumentado en los dos últimos años”, asegura la responsable de Enoturismo.
“El enoturismo es muy importante porque damos en valor y hacemos ver a la gente cómo se elaboran los vinos en esta zona. Pueden ver la planta, la uva, de dónde sale el producto y así la gente ve lo que cuesta que llegue a botella”, enfatiza Marta. Sin embargo, la responsable también considera que es una tendencia que ahora está muy en alza, “la gente se interesa mucho también un poco por postureo”, apunta. Pero también puntualiza, “creo que si nos mantenemos y lo hacemos bien, intentamos no bajar la calidad de las actividades que ofrecemos, eso hará que se pueda mantener en el tiempo”.
Con mil amores
El enoturismo en León surge a partir de la necesidad de mostrar las virtudes del vino de la provincia leonesa. “El enoturismo surge de la combinación del turismo rural, la cultura, la gastronomía y el vino como eje conductor. Y en León, somos unos privilegiados cuando hablamos de vino y cultura”, explica Rubén G. Franco fundador y CEO de Con mil amores – una agencia de marketing digital especializada en bodegas para asesorarlas para el crecimiento de sus marcas de vino-. Y recuerda que tenemos dos Denominaciones de Origen, Bierzo y León, con diferentes particularidades y patrimonio cultural. “Aquí nace el enoturismo: hablemos de León, pero con una copa de vino en la mano, aprendamos del vino, pongamos en valor el territorio donde hemos nacido”, propone.
El enoturismo es uno de los sectores turísticos que más crece según el último informe presentado por ACEVIN. Después de la pandemia, las visitas a zonas vitivinícolas han ascendido a un 80%, lo que supone un impacto económico superior a los 75 millones de euros. “Son datos, que afirma que el enoturismo está al alza y que los turistas buscan experiencias diferentes antes de emprender un viaje”, asegura el experto. Y hace hincapié en que aproximadamente un 55% de los enoturistas planifican su viaje antes de realizarlo, por lo que es importante que existan una serie de elementos, como servicios, productos turístico e infraestructuras, desarrollados en torno al vino en una zona geográfica.
El potencial del Camino de Santiago
“Considero que el enoturismo es una iniciativa que suma turistas a la provincia de León. Para ello es necesario que exista una organización y coordinación de las actividades enoturísticas”, recomienda. El vino unido al territorio, a la cultura y a la gastronomía es un motor que funciona. “No nos estamos inventando nada”, sentencia. Y al igual que hizo Ruth, menciona casos de éxito como Napa Valley en California y lo compara con el potencia del gran recurso que es el Camino de Santiago.
“Dentro de la provincia de León tenemos la Ruta del Vino Del Bierzo, una ruta que ha crecido en los últimos años y se ha convertido en uno de los destinos enoturísticos más demandados en España”, destaca. Y recomienda encarecidamente que se visite la página de la Ruta del Vino para descubrir las diferentes actividades. En la zona de la D.O. León han existido algunas iniciativas para crear una Ruta del Vino, pero por el momento no se ha materializado. A pesar de ello, el trabajo de ciertas bodegas (Pardevalles, Vile, Gordonzello o Leyenda del Páramo, etc.) está siendo muy activo de cara al fomento del enoturismo de la zona más próxima a la capital leonesa.
Los beneficios que el enoturismo aporta a la provincia de León son varios. Entre ellos resalta la diferenciación, es decir, la oportunidad de crear experiencias únicas que permitan mostrar la esencia y personalidad del territorio. “Esta diferenciación contribuye al fomento de la marca León y a su reputación y relevancia en el mercado turístico”, puntualiza. Por otro lado, el enoturismo sirve como una vía de información y formación sobre la cultura vitivinícola de León. “Esto nos lleva a mejorar el conocimiento de los vinos que producimos, a ubicarlos en el mapa, así como para potenciar la gastronomía local y las tradiciones”, explica Rubén.
El enoturismo es una parte fundamental de la oferta turística española, y concretamente de León, que puede generar importantes beneficios económicos y sociales, así como desempeñar un papel importante en términos de preservación de la cultura y recursos naturales. Ahora se encuentra en un camino creciente que pasa por la digitalización y por la creación de productos turísticos atractivos, a partir de una estrategia sostenible e innovadora. Es fundamental, la sinergia entre todas las empresas que participen o desarrollen este tipo de actividades en la provincia de León, así como, tener una visión global de creación de destino turístico a partir del conocimiento del visitante. “En resumen, el enoturismo es una estrategia de diversificación del turismo que trata de crear conexiones interculturales y fomentar la riqueza de una zona concreta”, define.
Pardevalles
La bodega Pardevalles es una bodega familiar fundada en 1949 por Rafael Alonso Alonso, siguiendo una tradición familiar de generaciones dedicadas al cultivo de la vid y la elaboración de vino. En la actualidad, la segunda y tercera generación de la familia rigen la bodega preservando la esencia con la que se fundó. La filosofía de la bodega se sustenta en elaborar vinos que expresen el carácter y la identidad de donde provienen, con un profundo respeto hacia el terruño y a las variedades de uva autóctonas aunando tradición, innovación y buen hacer. La bodega cuenta con el reconocimiento de ser uno de los impulsores de la D.O. León, apostando por el desarrollo de las variedades autóctonas, Prieto Picudo y Albarín Blanco.
Ubicada en el pueblo leonés de Valdevimbre, próximo al Camino de Santiago, la bodega combina unas modernas instalaciones para la elaboración de sus vinos con una cueva de más de 300 años de antigüedad donde se ubica el parque de barricas. La bodega cuenta con 38 hectáreas de viñedo propio en las cuales se desarrolla una viticultura de precisión para obtener uvas de la mejor calidad. Los viñedos se asientan sobre suelos cuaternarios con gran cantidad de cantos rodados que acumulan el calor del sol durante el día para ayudar a la planta a soportar las bajas temperaturas de la noche, así como a mejorar la maduración de la uva.
La bodega Pardevalles ofrece un recorrido, de hora y media, que comienza en el viñedo, donde se pueden descubrir las variedades autóctonas, su historia y evolución. Más tarde, se adentran en la bodega para descubrir los distintos tipos de vino que elaboran, blancos, rosados y tintos. Los procesos de elaboración tradicionales y la aplicación de las últimas tecnologías, así como la crianza y conservación del vino, también se explican en detalle. La visita finaliza con una cata de varios vinos maridados con algún producto de temporada para que los visitantes se vayan de la bodega con un buen sabor de boca. Es necesario solicitar cita previa para poder disfrutar de esta experiencia única.
El enoturismo parece tener un brillo especial en la provincia de León. Es como si se estuviera destapando una botella que guarda en su interior siglos de tradición vinícola, mezclándose con la frescura del turismo actual. Una combinación que, si se cuida y promociona adecuadamente, podría convertirse en una de las señas de identidad más representativas de León en los próximos años. Si bien es cierto que hay ciertos tintes de moda en este movimiento, la esencia y la tradición que lo sustentan sugieren que, bien gestionado, el enoturismo tiene un futuro prometedor en la provincia.