Misterios y leyendas de León

Villalfeide, un pueblo leonés en tinieblas tomado por las ánimas.

Nuria V. Martín

Si te gustan las historias de Xanas, hadas que viven en las fuentes y arroyos que salen después de medianoche para lavar sus ropas extremadamente blancas y regalan madejas de hilo que deben devanarse hacia la derecha para que no desaparezcan, o los trasgos, duendes caseros que les encantan cambiar las cosas de sitio, quédate.

Recopilamos algunas de las leyendas más fascinantes que se han transmitido a lo largo de los años en la provincia leonesa. Estas historias han capturado la imaginación de los habitantes de León y de aquellos que visitan la ciudad y los rincones de su propvincia en busca de aventuras y enigmas.

El monstruo de la laguna de Leitariegos

El Cuélebre es una serpiente de gran tamaño con cabeza y alas de dragón, cuerpo de color verde y rojo, y escamas durísimas y se dice que vive en la laguna de Leitariegos. Cuenta la historia que un peregrino desamparado en una noche de nieve, que a pesar de sus súplicas las personas locales se negaron a ayudarlo y lo dejaron morir de frío y hambre.

Sin embargo, al final, decidieron darle auxilio, pero era demasiado tarde. Antes de morir, el peregrino advirtió que su cayado sería el instrumento de su venganza por la crueldad que había experimentado. El bastón del peregrino se transformó en una enorme serpiente que, año tras año, salía en la noche de San Juan para causar estragos, devorando ganado y destruyendo viviendas. La única manera de calmar al monstruo era ofrecerle una joven virgen en sacrificio cada año.

Una colección de fantasmas

En León se cuentan diversas leyendas sobre apariciones de fantasmas en lugares emblemáticos de la ciudad. La Catedral de León es el escenario principal, donde cuatro fantasmas de figuras históricas, como el rey Ordoño II, Manrique de Lara, el obispo de San Alvito y San Froilán, se pasean por sus pasillos.

Otro edificio con historias de fantasmas es el palacio que albergó el Tribunal de la Inquisición y una funeraria, creando una leyenda negra. También la sede del Archivo Histórico Provincial, que fue cárcel en el pasado y antes el Castillo de la ciudad, se asocia con el fantasma de un conde. Y para terminar este pase de ‘Cuarto Milenio’ en Casa de Zuloaga, un palacio con azulejos del artista vasco cuenta con historias de susurros, deslizamiento de muebles y sonidos extraños, relacionados con el fantasma de Fernando Merino y un misterioso asesinato en 1892.

Las apariciones en el momento adecuado

Y cambiando a un tercio más religioso, está la aparición de la Virgen María, en el siglo XV, a un pastor llamado Alvar Simón Gómez Fernández en un lugar conocido como El Humilladero, cerca de lo que hoy es La Virgen del Camino. Sin embargo, hay otra versión a que se la vio en el siglo XVII en la Plaza del Grano durante un episodio de peste que, milagorsamente, cesó.

En ambos casos este hecho llevó a la construcción de un santuario en ese sitio, que ha pasado por varias edificaciones a lo largo de los años. La Virgen del Camino se convirtió en patrona de la Región de León en 1914 y es venerada en una basílica inaugurada en 1961. El 15 de septiembre se celebra su festividad litúrgica, y el 5 de octubre tiene lugar una importante romería en su honor, la romería de San Froilán, que atrae a peregrinos y devotos de toda la zona. La leyenda de la Virgen del Camino ensalza la profunda conexión religiosa y espiritual que ha existido durante siglos.

Otro episodio se recoge en la narración de Don Pedro Alba del siglo XIX, basada en un relato del Canónigo Antonio Fernández Álvarez y Miranda de la Iglesia de León, durante su huida de los moros, el obispo Urbano de Toledo pasó la noche en la ermita de Campo Sagrado. En un sueño, se le reveló que una imagen de la Virgen quería ser venerada en ese lugar. Más tarde, unido a Pelayo en la lucha contra los musulmanes, acamparon en Campo Sagrado y enviaron emisarios a León para exigir la entrega de la ciudad, lo que desencadenó la guerra.

La estratagema del Capitán Colinas, con la excavación de trece pozos como emboscada, llevó a la victoria cristiana en la batalla, aunque inicialmente los musulmanes eran superiores en número y habilidades en terreno llano. Después de la victoria, las tropas cristianas volvieron a Campo Sagrado, donde Don Pelayo, en un emotivo acto, dio una cruz al Capitán Colinas, cuyo linaje adoptó el apellido Tusinos. Se construyeron dos ermitas, una en honor a Santiago y otra a la Virgen, como muestra de agradecimiento. La leyenda mezcla objetos y personajes de diferentes épocas y tradiciones, típico de las narraciones míticas.

Y una de las apariciones más populares de la actual provincia, en este caso en la comarca de El BIerzo, es la de la Virgen de La Encina, a la postre patrona de El Bierzo desde 1908. Se dice que en el año 450, la primera imagen llegó desde Jerusalén con el Obispo Toribio. En el siglo IX, San Genadio la ocultó en Ponferrada para protegerla de los musulmanes, y durante siglos se perdió su rastro. En el año 1300, los Templarios, al cortar un roble en el Castillo de Ponferrada, descubrieron una imagen bizantina de la Virgen y el Niño en el tronco de un árbol partido. La imagen venerada en la actualidad data del siglo XVI y conocida como la 'Morenica', debido al color oscuro de la talla. El Día de la Encina, el 8 de septiembre, da nombre a las fiestas de Ponferrada.

El secreto escondido del Dragón

El arquitecto modernista Antoni Gaudí dejó su huella en León con la Casa Botines, una estructura que alberga su sorprendente secreto. La casa presenta una escultura de un dragón en su fachada, con San Jorge triunfante sobre él. Cuando se desmontó la escultura original en 1950, se encontró un tubo de plomo que contenía documentos de la época, incluyendo periódicos y monedas. Este misterio arquitectónico ha dado lugar a especulaciones sobre la verdadera naturaleza de este hallazgo y su significado en la obra de Gaudí.

La Santa Compaña

La Santa Compaña es una de las leyendas más conocidas del noroeste de España, especialmente en Galicia, donde esta procesión de almas errantes tiene raíces profundas en el folklore local. Según la tradición, esta comitiva fantasmal emerge en medio de la noche, llevando una alma viva que, sin saberlo, dirige el grupo con una cruz y un caldero de agua bendita. Esta figura, atrapada en una maldición, debe encontrar a otra persona para relevarla o quedará condenada a vagar cada noche hasta que enferme y muera. La presencia de la Santa Compaña se anuncia con el característico olor a cera y el viento frío que acompaña su paso, haciendo temblar a quienes la detectan. En algunos relatos, los habitantes de pueblos cercanos dicen haberla escuchado rezar y tocar campanillas, y la aparición se convierte en un presagio de muerte para los desafortunados que la encuentran en su camino.

En la provincia de León, la Santa Compaña adopta un enfoque más oscuro bajo el nombre de Estadea o “Hueste de Ánimas”. Describe a una mujer sin rostro que merodea por caminos y cementerios, anunciando la muerte de aquellos que se la cruzan. Su olor, descrito como la humedad de los sepulcros, acompaña su presencia y la convierte en una figura temida en la tradición leonesa. La Estadea es una figura que conecta con los temas de muerte y juicio final, donde las almas penan por sus faltas hasta lograr la paz o condenar a alguien más para que continúe con la procesión. Los relatos de la Estadea fueron documentados ya en el siglo XVII, mencionada en la literatura y las leyendas como un espectro que infundía temor en los habitantes de la región.

En el territorio asturiano, la Santa Compaña toma el nombre de la Güestia o “Buena Gente”, y se diferencia en varios aspectos de su homóloga gallega. Esta procesión aparece cerca de las casas de los moribundos, rodeando sus viviendas en tres ocasiones, lo que, según el mito, presagia la muerte de la persona enferma. El término “Buena Gente” se utiliza de manera apotropaica, es decir, para evitar llamar la atención de estos espíritus. Aunque se presenta como una procesión similar, los habitantes de la zona creen que quienes participan en la Güestia suelen ser personas que el moribundo reconoce.

Estas leyendas de León, que abarcan desde guardianes de tesoros hasta apariciones divinas, han sido transmitidas de generación en generación y han influido en la cultura y la identidad de la provincia. 

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