Mariano Andrés, el gran benefactor leonés que murió olvidado en un sanatorio debido a su vida disoluta
Alcalde de León entre 1917 y 1921, empresario, presidente de la Cultural. A Mariano Andrés Lescún (1882-1933) hoy se le recuerda por la avenida que lleva su nombre, pues se le recompensó su encomiable labor en la construcción de una parte de las Casas Baratas con ese honor. Sin embargo, murió sólo y olvidado en una casa de reposo en Palencia, afortunadamente sin ver el drama que vivió España y su querida León unos años después.
Con el aumento de la población obrera, muchos obreros ni siquiera podían hacer frente al pago de los alquileres sociales, por lo que el Ayuntamiento y la Caja de Ahorros, como entidad financiera, se pusieron de acuerdo para construir las Casas Baratas de colaboración obrera: se edificó igual número de casas al de obreros que trabajaban en hacerlas, y al terminarlas cada obrero pasaba a ser dueño de una de ellas.
La Caja de Ahorros adelantaba el capital y los obreros ponían la mano de obra gratis, lo que permitía construirlas por menos de la mitad de su precio. Ya se habían proyectado Casas Baratas de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad en la calle Mariano Andrés, a principios del siglo XX, y construido ahí viviendas de una planta, patio y jardín. Desde 1912 hasta 1924 se habían construido cuatro grupos o proyectos diferentes de lo que hoy serían casas protegidas.
El primer grupo lo construyó la Caja de Ahorros en Las Ventas de Nava, y estaba compuesto por cuatro edificios independientes, de una planta, que se cedieron a obreros en propiedad y que debían pagar 12,50 pesetas mensuales hasta amortizar el capital.
Y es por eso por lo que más se le recuerda hoy a Mariano Andrés Lescún. por el nombre que se le puso a una de las principales avenidas de la ciudad, donde en su día impulsó desde la Alcaldía ese antiguo sueño que promovió el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de León, heredera de los principios de la Sociedad de Amigos del País, que fue el de la construcción de esas Casas Baratas.
Y mientras a partir de 1912 se comenzaba a construir Casas Baratas en los barrios periféricos del casco urbano, a partir de los años 20 el ensanche comenzaba a ser una realidad. Ya hemos comentado que con tanto movimiento económico era lógico que surgieran disputas, y muchos de estos pioneros y atrevidos inversores llegaron a pasar serios problemas financieros.
En 1924, con la Cámara de la Propiedad recién creada, el problema de la vivienda era acuciante: ya se habían construido bastantes Casas Baratas antes de la II República, como las de Las Ventas de Nava, en la actual avenida de Mariano Andrés.
Familia burguesa vinculada a Botines
Mariano Andrés Lescún, hijo de Mariano Andrés González Luna, puede considerarse uno de los exponentes más preclaros y directo heredero de esa burguesía en constante ascenso económico y social desde el siglo XIX, cuando su padre, cualificadísimo hombre de confianza de Juan Homs Botines, emparentó con Leonarda Lescún Lubén, una de las mujeres más representativas de la nueva burguesía industrial proveniente de Francia dedicada a los curtidos (como la familia Eguiagaray), que se había asentado en la zona del barrio de Santa Ana, donde estaban sus fábricas de curtidos aprovechando el agua de la denominada Presa Vieja.
Nacido en 1882, Mariano Andrés Lescún había estudiado en los Agustinos de Valencia de Don Juan, y pasó a completar su gran preparación académica y personal a Francia, desde donde enviaba multitud de cartas y fotografías, que hoy se conservan. Fue tesorero del Ateneo Leonés, abad de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús de Nazareno a los 26 años, y como centenares de leoneses, gran aficionado a las excursiones y al deporte (en particular al tenis, presidiendo el “Tenis de Club León en 1917). Igualmente fue un gran aficionado a la fotografía.
El declive personal y social de Mariano Andrés comenzó en 1925, cuando Mariano Andrés ejercía profesionalmente (desde enero de 1923) como director general del Monte de Piedad y Caja de Ahorros. Su esposa, María del Carmen Bustamante Isasi, con quien había contraído matrimonio en 1911, le demandó y solicitó el divorcio debido a las continuas infidelidades de su marido, actividades que María del Carmen Bustamante logró demostrar documentalmente con al menos siete mujeres desde 1915 hasta la fecha de la demanda. En 1926 Carmen Bustamante logró el divorcio, que como podemos comprobar, tampoco era impedimento en favor de las mujeres en tiempos de Alfonso XIII.
Rita Álvarez, conocida por la Peñina, la mujer que motivó los primeros rumores de infidelidad, con quien estuvo desde el año 1915 hasta septiembre de 1923. Parece ser que en dos ocasiones acompañó a Mariano Andrés a Barcelona, una en diciembre de 1915, y otra en octubre de 1917, en que la pagó un vestido. En la primera ocasión fue cuando se hicieron la fotografía de aquí abajo.
Esta fotografía fue encontrada por su mujer, Carmen Bustamante, en 1923; cuando llegaron a ser tan frecuentes y detallados las noticias que recibía que, a pesar de los juramentos de su marido se decidieron a registrar los muebles de uso particular de él. Encontrando numerosas fotografías y cartas, el 23 de diciembre de ese año, de sus numerosas amantes.
También otra de sus queridas fue Matilde Rodríguez, hija de un funcionario de hacienda a quien se la conocía con el apodo de la Gallega, instalada en la casa número 8 de la calle del Paso desde septiembre de 1923, trasladándose posteriormente al hotel sito en una calle del Ensanche; María Esperanza, la Cacahuet, quien en compañía de otra apodada la Pendolilla, paseaba constantemente por León, bajo su protección; la Capotina, hija de un barrendero, con la que se le había visto a menudo por Valladolid; y otras amigas y queridas, como era prueba evidente de los retratos y fotografías que guardaba Mariano Andrés, quien reconoció sus actos de infidelidad y adulterio.
Intentó Julio del Campo mediar en el asunto del divorcio, visitando a Carmen Bustamante y manifestándole que había prometido y estaba dispuesto a dejar a la querida que tenía en el hotel del Ensanche, vender este y cambiar completamente de vida viviendo con su mujer como Dios manda. Era el mes de mayo de 1924, y don Mariano, si bien había dejado a la Gallega... ya tenía otra querida, la Capotina.
Su final en un sanatorio en Palencia
En 1928 Mariano Andrés ingresaba en un sanatorio en Palencia, donde se le trató de enfermedad venérea. Cinco años más tarde fallecería en el mencionado centro hospitalario. La vida extramatrimonial de este importante personaje de la vida social y económica de León era para entonces un secreto a voces dentro de la 'Sociedad Bien' de la época. Parece que el declive personal de Mariano Andrés coincidía con la propia decadencia de la Cultural, que en 1931 desaparecería hasta la finalización de la contienda civil…
A los diez primeros años de la creación de la Cámara de la Propiedad (1923) y de la Cultural y Deportiva Leonesa se había consumado en León la muerte trágica de tres representativos leoneses: Fernando González Regueral (asesinado), Fernando Merino Villarino (suicidado por ruina financiera) y Mariano Andrés Lescún (tras larga enfermedad). La Sociedad había cambiado a pasos agigantados. La gran tragedia nacional estaba por llegar y León, como el resto de España, ardería por los cuatro costados sacudida sin piedad por la furia y odio de todos los jinetes del Apocalipsis…