Un estudio genético muestra la importancia crucial del Reino de León en media España

El estudio genético del poblamiento de Norte a Sur de España revela que las lenguas medievales (zona inferior) coinciden con las cinco zonas de población (y éstas casi con la expansión de los reinos cristianos medievales).

Jesús María López de Uribe

Es más leonés un onubense, un sevillano o un gaditano que un castellano. Esto no es lo que pensaría en la actualidad la mayoría de españoles, incluso tildarían de chalado a quien lo defendiera, pero un análisis mediante polimorfismo de nucleótido simple de centenares de españoles para detectar las migraciones en la península ibérica (validado por nada menos que por la Universidad de Oxford, pero sin que haya sido publicado aún en una revista científica) lo deja indudablemente a la vista. Pese a que los leoneses llevan clamando años y años que no son castellanos para nada y nadie les hace caso. Como si los chalados fueran ellos.

El estudio genético, sobre los 'Patrones de diferenciación genética y huellas de migraciones históricas en la Península Ibérica', se ha desarrollado por los centros de genómica de la prestigiosa universidad inglesa y la de Santiago de Compostela. Sus científicos se dedicaron a estudiar los patrones de migración histórica mediante inferencias de los resultados con fenotipos conocidos localizados en la geografía de España. Que, oh casualidad, coinciden en primera instancia casi a la perfección con las zonas de influencia medievales de las familias de lenguas ibéricas —y, por tanto, de los reinos cristianos peninsulares— si se estudian de Norte a Sur: galaico-portugués, asturleonés, castellano, euskara, aragonés y el lemosín (que sólo desde finales del siglo XIX se conoce popularmente como catalán); con permiso de la lengua valenciana, mucho más importante en la Edad Media (las tres últimas serían de la familia Occitana-levantina).

Ojo, que esta investigación habla de la huella genética de los ancestros de las 1.413 personas en las que se basó. Es decir, de qué lugar geográfico procedían sus antepasados, y eso no significa que exista una raza gallega, astur o leonesa; y mucho menos vasca o catalana. No se deben usar estos 'marcadores' de posición geográfica de Norte a Sur de la península con motivos raciales porque no tienen nada que ver.

Y el mapa resultante es evidente para un leonés o un asturiano de hoy, pero prácticamente casi nadie que no sea de esta zona podrá entender a qué corresponde la enorme mancha roja que se ve de Norte a Sur pegada a Galicia y la frontera con Portugal. Sencillamente porque en el colegio le han ocultado la existencia del Reino de León, contándole como mucho algo de un reino 'de Castilla y León' que nunca jamás existió.

Un reino desconocido el leonés que en su máxima extensión con su último rey coronado en la Catedral Legionense (Juan I de León, de 1296 a 1300) ocupaba Galicia, Asturias, la propia Región Leonesa (León, Zamora y Salamanca), parte de las provincias de Palencia, Valladolid y Ávila, la actual Extremadura y el Reino de Sevilla (Huelva, Sevilla y Cádiz). Hace unos diez días la página de Facebook Mastín Leonés, especializada en temas leoneses aprovechando la promoción de esta sí raza canina, mostró en un mapa la coincidencia de lo rojo (y lo morado gallego) más o menos con las fronteras del Reino de León en 1262 tras la conquista de Huelva, como se puede ver aquí abajo.

La publicación se hizo famosa hace días y hasta en el digital 'La Voz de Asturias' reconocen la presencia del Reino de León en el mapa, lo cual parece más que evidente y de cajón, pero es imposible de explicar más allá de nuestras fronteras, e incluso cuando se comienza a llegar a la Extremadura Leonesa (Salamanca, Cáceres y el norte de Badajoz). Hasta tal punto que un almeriense y un sevillano están menos emparentados que un leonés y un gaditano (cosa que en Almería defienden como los leoneses, que no son Andalucía como éstos no son castellanos, y tampoco nadie les hace caso). O que hay muchísima más presencia de leoneses que castellanos en los ancestros de Valladolid y Palencia (que una vez fueron parte de la Región Leonesa) e incluso, sorprendentemente, en Ávila, Madrid y Toledo. Si supieran Historia más a fondo sería fácil de explicar: el territorio y la influencia del Regnum Imperium Legionense era mucha más de la que les han contado. Y fue Alfonso VI de León quien conquistó Toledo, y la entonces pequeña villa fortificada de Magerit.

¿Castilla la Vieja con más ancestros leoneses que castellanos?

Otros detalles curiosos. Observando con atención el mapa de genético de ancestros, la población castellana surge casi más de La Rioja que de Cantabria y Burgos (sumando el Señorío de Vizcaya, en esa provincia y la de Álava, porque también se consideraban orgullosamente cuna y puerto de Castilla antes del nacionalismo de Sabino Arana). Y aun así en la vega riojana se nota presencia navarra; lo que es normal porque en el siglo XI estuvo en disputa entre el reino de Pamplona y el de León. Todavía hay más, Segovia es también más leonesa en antepasados que castellana. Vamos, que la mayoría de las provincias de Castilla la Vieja (en realidad todas menos La Rioja y Soria, y en menor medida Burgos y Cantabria) tienen una influencia decisiva en su poblamiento de los habitantes del Reino de los Astures, que componían lo que era el centro político del reino asturleonés (es el mismo desde Pelayo a Alfonso IX pero con distintas sedes regias) que se aposentó pasados sus dos primeros siglos de existencia en el territorio de la antigua provincia de la Galaecia romana.

Eso indica la dependencia política y social de Castilla respecto al estado medieval legionense, tanto como condado desde hasta 1065, como por reino hasta el año 1157 cuando hubo una separación efectiva con diferentes monarcas a la muerte de Alfonso VII el Emperador. La anterior entre 1065 y 1072 Sancho y Alfonso, el sexto, fue en realidad una enconada pelea familiar para conseguir la primacía leonesa. Hasta el catedrático de Historia del Derecho de la Universidad de Burgos, Emiliano González Díez ,afirma que la independencia de Castilla sobre León hasta la muerte del emperador Alfonso es “un mito”; y de Fernán González mejor no hablar porque para él la leyenda de su autodeterminación en el siglo X es “pura fantasía” (escúchenle explicarlo con toda contundencia en la UNED a partir del minuto 30 de este vídeo).

Tan supeditada estaba Castilla de León hasta el siglo XIII, pese a lo que diga la historia tradicional 'a la castellana', que incluso en Galicia no se ven influencias asturleonesas en su poblamiento. Y eso estando siempre subordinado el Reino de Galicia al monarca de León. Viendo el mapa de antepasados leoneses parece obvio que hasta que no pasan las huestes castellanas en solitario por debajo de la Cordillera Central sobre el año 1180 (con Alfonso III de Castilla, VIII según la historiografía actual) no hay un poblamiento mayoritario efectivo de gentes de ese reino sobre su propio territorio (lo que luego se llamará Castilla la Nueva corresponde en realidad al medieval y musulmán Reino de Toledo y la parte oriental de Andalucía con los de Córdoba, Jaén y Granada). Todas estas nuevas pistas arman una hipótesis interesante para basar en ella un estudio histórico más serio comparando con este tipo de investigaciones las procedencias y vasallajes a nobles leoneses de las gentes en las villas, usando la diplomática de las cartas pueblas y fueros breves herederos legislativamente del Fuero de León desde el año 1017.

Tanta dependencia tenía Castilla de León hasta el siglo XIII, pese a lo que diga la historiografía actual, que incluso en Galicia no se ven influencias asturleonesas en su poblamiento

Obviamente esto indica que si Galicia era un reino menor políticamente, Castilla aún más lo fue si no pudo poblar en solitario con sus propias gentes los territorios ganados a los musulmanes dentro del estado medieval con capital en la ciudad amurallada de León. Lo empezó a conseguir cuando comenzó de verdad a ir por su cuenta veinte años después de la muerte del Emperador y tras dejar el Alfonso castellano la tutela de su tío Fernando II de León. Y más claramente tras la agrupación de los reinos (que no unión) en el trono de Fernando III, cuando tras su muerte comienza su primacía política y se le empieza a llamar al conjunto de reinos bajo un solo monarca como Corona de Castilla y de León. Con el paso del tiempo la historiografía española apocopó (cortó) lo leonés y ahora lo denomina 'Corona de Castilla'. Podría decirse que de forma incorrecta porque que su blasón continúa mostrando los dos emblemas de sus reinos principales, tratados como iguales en cuartelado heráldico; pero es que en la actualidad el reino leonés sólo se menciona un par de veces en los libros de texto o directamente se lo oculta de forma chapucerísima hasta de los exámenes de selectividad.

Y ojo, que todo esto de las procedencias genéticas que señalan la importancia del Viejo Reino en España no es nada nuevo, como indica el historiador leonés Ricardo Chao en su blog Corazón de León. Resulta que otros artículos científicos de este tipo indicaban que los descendientes de León eran muchos más de los que se pensaba. Vamos, que la disposición de los antepasados de Norte a Sur en España es clara y meridiana dejando evidencias que si juntamos a los gallegos (nótese también una ligera presencia en Zamora, en el sur de Salamanca... ¡Y hasta en Málaga!) y a los leoneses... media España está poblada por descendientes suyos, incluso la Castilla norteña de toda la vida; y hasta hay una presencia considerable de ellos en Madrid y Toledo y la Andalucía occidental. Casi nada.

Más sorpresas: la presencia bereber en Galicia y que, para variar, se vuelve a ocultar el nombre de León

El estudio genético tiene otras interpretaciones. Sobre todo si se apunta al poblamiento de la península de Sur a Norte. Aquí sí que hay una evidente huella racial en el ascendiente, aunque sea mínima, ya que la mayor sorpresa es ver cómo se encuentra en Galicia (!) la mayor proporción de presencia de descendientes antiguos bereberes en toda la península ibérica. La Ciencia lleva a veces a estas impactantes revelaciones (que pueden ser revisadas con posterioridad, no son inmutables) que contrarían a lo que pudiera parecer el sentido común (que a veces es puro desconocimiento consolidado como verdad por la 'tradición').

No: los ascendientes africanos más cercanos de los españoles no están en como cabría pensar por la tradición popular en Andalucía y Valencia; están mayoritariamente en Galicia y el norte de Portugal, como indica este reportaje en El Español. Y también aparecen en León y Zamora.

¿Sorprendente, no? Si se sabe Historia de verdad, no tanto. Resulta que la propia dinámica de avance de los reinos cristianos hacia el sur de la península ibérica en la Edad Media provocaba la despoblación de las zonas norteñas. Con lo cual varias veces se reubicaron personas que vivían en el Al Ándalus en la parte más rica del Reino de León, para no perder potencia de producción agrícola y ganadera vital en la Edad Media. Hablamos de los mozárabes (los cristianos en zona musulmana) y también de los mudéjares (los musulmanes en zona cristiana venidos de Al-Andalus o los reinos de Taifas). Sólo mirar templos como San Miguel de Escalada, monumento nacional por ser un ejemplo de arquitectura mozárabe de hace mil años, o San Tirso de Sahagún (también Monumento Histórico-Artístico español por ser arquitectura mudéjar del siglo XII) en la provincia de León, avala la existencia de antepasados africanos. Y en Galicia hay otros tantos ejemplos. Otra vez más los que son de estas zonas lo tienen claro, lo saben; pero nadie les cree cuando lo explican.

Pero posiblemente es durante los siglos XV y XVI cuando llegan más descendientes de África a Galicia y León, cuando se acoge a varias poblaciones moriscas en las tierras del noroeste de España; por lo menos hasta su expulsión entre 1609 y 1613, no en 1492 como erróneamente se cree. Un ejemplo de ello, que sonará a todo leonés es la presa del Moro en el Órbigo. Y de esos hay a patadas. La Historia rigurosa lo muestra en sus investigaciones en archivos apoyada con técnicas científicas como la Genética o la Química; incluso la Física para reproducir el clima de épocas anteriores o estudiar los materiales de los artefactos y objetos antiguos para datar su año de origen. La romántica que busca réditos y privilegios políticos (y la historiografía castellanista y cristianota del siglo XX lo era por la nefasta influencia de la dictadura), no; porque se lo inventa como un bonito cuento a conveniencia del que quiere conseguir o mantener el poder político en cada momento (como ocurre hoy en Cataluña con los separatistas).

Valencia no es 'Països Catalans', es aragonesa y castellana

También hay cosas que destacan y que no pueden dejar de contarse, sobre todo porque desmienten a la Nova Historia Catalana (también basada en el historicismo romanticista nacionalista del siglo XIX, pero cien años a destiempo). Es referente a la circunstancia del poblamiento en Valencia. Contrariamente a lo que pudiera parecer hay más influencia aragonesa y castellana en al País Valenciano que catalana, porque se ve en el mapa que sus ancestros son sólo preponderantes en su propia región y en las islas Baleares. Por ser, Murcia (que pertenecía a la Corona de Castilla y de León) es más catalana que Castellón, Valencia y Alicante. Cosas de las conclusiones de este análisis genético geográfico.

Respecto al País Vasco y Navarra, también se ven sus diferencias. En el caso del primero, la procedencia 'euskaldún' marca mucho la zona norte de Castilla (la oriental de Cantabria y Burgos y el norte de La Rioja). En el caso de los navarros, se quedan en la provicia de Pamplona y en el este de La Rioja.

De Portugal no se sabe nada, sencillamente porque no se ha estudiado la procedencia geográfica de los ascendientes de los ciudadanos de la nación vecina; pero podría suponerse que, tal y como se ve en las demás franjas verticales de Norte a Sur, seguiría una estructura similar a la gallega. Eso sí, también con mucha influencia leonesa, puesto que en Braganza y en la zona de Tras-Os-Montes todavía sus habitantes se definen como la región 'del reinu de Llión' (el país luso nació del mismo en 1143) y es el único lugar en el mundo que una de las lenguas asturleonesesas es idioma oficial del Estado (en Portugal, claro): el Mirandés. De todas maneras, sin un trabajo de campo mayor que incluya a los ciudadanos del país vecino no se puede pensar más que en especulaciones; pese a lo visto con los demás reinos medievales hispánicos.

Y sin embargo León ni aparece mencionado

Lo que sí choca de esta publicación científica, con fuertes raíces gallegas en su concepción al estar involucrada la Universidad de Santiago de Compostela en colaboración con la británica de Oxford, es la definición de las franjas de poblamiento de Norte a Sur. Gallega, Occidental, Central, Valenciano-Aragonesa y Catalano-Balear, identificada cada uno con un color (morado, rojo, amarillo, gris, naranja) se corresponden con la expansión de las fronteras políticas y lingüísticas a medida que los reinos cristianos ganaban terreno a los andalusíes entre el siglo X y el XIV. También está la franja vasca, pero dividida en dos colores (azul Euskadi y verde Navarra).

En esas definiciones León se considera 'Occidental' y Castilla 'Central'. Aún dejando en evidencia la importancia crucial del Reino de los Astures que llegó a su máximo esplendor cuando todos lo llamaban de León (porque su presencia es evidentísima en el mapa), se le oculta hasta en un texto científico serio.

¿Así podrán demostrar los leoneses que existieron y que fueron cruciales para el desarrollo de España? Pues lo van a tener difícil. Bueno, como cualquier otro día del año. Todos están empeñados en negarles su existencia por una cosa o por otra. Un análisis de este tipo, por interesante que sea (posiblemente sean necesarios otros con más precisión para confirmar lo que se apunta en éste, lo que se dice 'hacer ciencia de verdad'), no lo tiene por qué cambiar. Vamos, que se cumple eso de que en la España actual quien expone la racionalidad es tomado por loco.

Para eso se necesita Justicia con la Historia de León por parte de todos. Porque beneficia a la comprensión más adecuada de la de España, alejada de los mitos y las leyendas que tanto daño hacen en la actualidad. Quizás porque España es muy heredera de León y aprendió eso de esconder la verdad a la vista de todos.

Un magnífico e increíble Reino Olvidado por conocer

Sólo queda por preguntarse por qué a los leoneses no se les hace ni puñetero caso desde 1983. Pónganse científicos y hagan una prueba: pregunten a uno de ellos. Seguro que les contestará con una explicación tan sorprendente que les va a costar creérsela, por muchas evidencias que ponga en la mesa. Y no será porque no tenga razón en esto de que el Reino de León fue crucial para la Historia actual de España con una magnificencia y unas cosas tan increíbles que es difícil de creer que casi nadie lo conozca. Denle una oportunidad de contar qué pasó en este Reino Olvidado, cuya capital fue fundada por una Legión golpista romana a la que dieron un 'funcionariado' en obras públicas, porque aquí estaba la mayor mina de oro de todo el Imperio Romano.

Donde se firmaron las primeras leyes con Derechos Fundamentales como la Inviolabilidad del Domicilio en el Fuero de León hace exactamente mil años y que nada menos que la Unesco apunta a que es una de las Cunas del Parlamentarismo. Porque aquí votó por primera vez el Estamento del Pueblo en las primeras Cortes Medievales de la Historia. Certificado hasta por el Gran Wyoming, oigan.

Y la hermosísima Catedral Gótica de Santa María de Regla con más metros cuadrados de vitrales medievales de todo el planeta, que la llaman la Catedral de la Luz porque parece que no tiene paredes. Y un montón de cosas más con incluso legados universales que deja al mundo y otras maravillas que ya no caben en esa consideración ni en este artículo (salvo las consideradas paradisíacas tapas gratis de la ciudad sobre todo en el Barrio Húmedo y el Barrio Romántico del Cid).

Y ojo, que incluso rozando el exceso místico un leonés de aquel reino fue el creador de la Cábala: Moisés de León escribió el 'Zohar', el segundo libro sagrado hebráico en importancia de la religión judía. También es más que probable que en la Basílica de San Isidoro (donde está la Capilla Sixtina del Románico) haya estado escondida desde hace mil años la que los cristianos de Jerusalén creían que era la Copa de la Última cena de Cristo. La que en la literatura fantástica se denomina como el 'Santo Grial' (hasta están haciendo una película de ese descubrimiento) y que pueden contemplarla en persona (es la copa de ágata superior del impresionante Cáliz de Doña Urraca) y hasta en una modernísima y alucinante realidad virtual. Algo importante sería el que llegó a ser el Reino Imperial Medieval reconocido por toda Hispania (y el sur de Francia) en 1135.

Que van a flipar de tantísima Historia que tiene y se lo van a pasar pipa. Créanselo (si eres de León, pásales este artículo a ver qué pasa). De verdad. Que es muy cansado repetirlo incluso tras 'trabajarse' tantas pruebas para que al leonés no le hagan ni caso. Ni con estudios científicos como el que da pie a este artículo. Abran la mente y sean magnánimos, que ya verán cómo viene alguno a decir que todo esto es absurdo, no vale para nada y los pone verdes y de vuelta y media por atreverse a intentar demostrar que León no es Castilla. ¿Quién se habrán creído los leoneses para contradecir lo que le enseñaron en el colegio y decirle que está mal?

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