León tarda nueve meses en iniciar un estudio sobre la opción de liberar de casas la muralla junto a la Catedral
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de León ha tardado exactamente nueve meses en mover la primera ficha para, en apariencia, tratar de cumplir un acuerdo del Pleno que la oposición en bloque le impuso al PSOE para paralizar las obras de unos apartamentos turísticos cerca de la Catedral. El acuerdo en el que hicieron la 'pinza' PP, UPL y Vox, solicitaba impulsar la expropiación del solar para comenzar a liberar la muralla medieval en esa zona, a pesar de que el Consistorio ya había otorgado meses atrás una licencia y lo había hecho con los votos favorables de todos los partidos.
Con esa licencia en la mano, de hecho, la empresa continúa a buen ritmo con las obras del edificio de apartamentos en el terreno de la plaza Puerta Obispo que antaño ocupaba el restaurante Luisón.
Ese primer y tímido paso inicial, respecto a lo acordado en el Pleno del 1 de abril de este año, consiste en la decisión de encargar al Instituto Leonés de Renovación Urbana (ILRUV), una entidad municipal, el servicio de asistencia técnica a la Subárea de Urbanismo “para la elaboración de la documentación necesaria para abordar una modificación del Plan Especial de Ordenación, Mejora y Protección de la Ciudad Antigua de León en la que se analice el conjunto del recinto amurallado”.
Aunque parece un acuerdo muy genérico, el equipo de Gobierno socialista del alcalde José Antonio Diez considera, como explica en una nota de prensa, que “se da un paso más para dar cumplimiento al mandato del Pleno”, en la moción que les instaba a “abordar el estudio de liberación de los espacios anejos a la muralla”, en este caso en la calle Serradores y la plaza de Puerta Obispo. Algo que el alcalde sigue considerando a priori muy complicado porque, como ha manifestado, si la decisión sale adelante en este solar también “habría que expropiar toda la calle” Serradores.
Hasta que toda la oposición se unió contra este proyecto, después de que esa misma oposición hubiera votado 'sí' a la licencia de construcción, el proyecto de un edificio para apartamentos turísticos había pasado también el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León, obligatorio por ser un emplazamiento del Casco Histórico tan sensible, a la vista de la Catedral pero lindando con el Palacio Episcopal del Obispado de León y la propia muralla.
Eso sí, Patrimonio imponía un rediseño del edificio a construirse tras conocerse el resultado de los informes arqueológicos de las excavaciones realizadas por el promotor en el solar y revisar el valor del muro trasero, ya que resultó no ser estrictamente la antigua muralla de la ciudad de origen romano y medieval, lienzo que sí se aprecia muy cerca, sino en realidad la fachada lateral de la sede del Obispado.
La Junta, sin embargo, sí le otorga a esa fachada un valor patrimonial digno de respetarse, al formar parte del muro de Puerta Obispo, la vieja construcción que se unió con la Catedral de León hasta su derribo a principios del siglo XX. Por eso, imponía a los promotores de la obra que esa fachada pueda quedar de algún modo a la vista, aunque no sea desde el exterior. Se trataría de buscar alguna solución constructiva, como por ejemplo un acristalamiento interno o similar.
No muy lejos de esta zona, en la avenida de Los Cubos, nombre que precisamente hace mención a la muralla tardorromana de los siglos III y IV y acaba de ser peatonalizada, el Consistorio sí puso en marcha hace unos pocos años sendos expedientes de expropiación para dos casas que se construyeron adosadas al muro medieval y hoy están deshabitadas y en ruina. Se trata de los edificios de ladrillo de los números 9 y 29, que aunque su derribo se anunció hace ya tres años, con un coste de 240.000 euros, aún permanecen en pie.
La muralla, una joya en pie nacida hace 19 siglos
Tanto el tramo de Los Cubos como el de la Plaza de Puerta Obispo y la calle Serradores hacia Caño Badillo se corresponden con el perímetro más antiguo del pasado romano de la ciudad, en concreto con el primitivo trazado del recinto del campamento de la Legio VII Gemina, asentada en esta zona desde el año 74 d.C..
La muralla visible hoy en día se levantó adosada al exterior de la cerca del campamento romano, un muro de 1,80 metros de ancho, hecho con un núcleo de hormigón y un parámetro externo de opus vitatum. Se trataría de una muralla tardorromana, erigida a finales del siglo III o a comienzos del IV, en sustitución de la más antigua ya citada. En la construcción de la muralla tardorromana se utilizaron abundantes materiales epigráficos reutilizados de cementerios y edificios romanos anteriores.
La muralla perduró durante toda la Edad Media y su última gran adecuación y refortificación se llevó a cabo a comienzos del siglo XIX con motivo de las guerras carlistas. Su protección urbanística y patrimonial es total pero lo es ahora, en tiempos se construyeron añadidos y adosados, como algunas viviendas. Y su posible 'limpieza' de elementos que ocultan la muralla es lo que ahora el Ayuntamiento anuncia que analizará con una visión de conjunto. Sin embargo, será fácil que para cuando se terminen los informes y se piense en adoptar una solución, los turistas ya estarán alojados en el polémico edificio hoy en rápida construcción en el antiguo restaurante Luisón.