A León lo que le pasa es que no sabe qué le pasa

León y la bandera de España.

Los trasiegos que se efectúan para tratar, muchas veces en vano, de presentar unos artículos medianamente aceptables, llevan a efectuar algunas consultas, tratar de hacer un seguimiento medianamente presentable de las noticias que aparecen en los medios de comunicación y a revisar de forma periódica los diversos comentarios que pululan por las redes sociales.

Una de las últimas noticias que han asomado a las redes y a la prensa publicada en papel, menciona que Valladolid se lleva de León el centro del Incibe aplicado a movilidad conectada (sic). Nada nuevo bajo el sol. Otra evidencia más del altruismo leonés que prefiere pasar sin comer antes de que Valladolid tenga sensación de hambre y pudiera enojarse por ello. A nadie debería extrañarle, pero hete aquí que el descontento por tal motivo cunde en León y no se sabe si justificada o injustificadamente, las fuerzas vivas que muestran su reticencia con el metódico proceder de Valladolid, no dudan en hacer patente su reticencia.

Al cabo de más de cuatro décadas el personal leonés debiera haberse adaptado a la dinámica habitual de concreciones en un lado retirando insumos de otro. Lejos de tal cosa, aún quedan leoneses irredentos que no resignan a ceder sus bienes en beneficio del interés público. No parece que tal cosa cuadre bien con ese fervor patriótico con el que muchos de nuestros paisanos se desayunan cada mañana y que tan buen sabor de boca deja entre la clase política municipal, autonómica y sobre todo estatal. Es una falta total de disciplina y una contestación inaceptable. Con razón hablan algunos medios del reprobable 'independentismo leonés'.

Cabe suponer que más pronto que tarde estas erupciones de localismos y cantonalismos acaben por desaparecer y se termine por aceptar los acuerdos que se adopten en otros lugares, por más apartados que estos sean, y se admita, por fin, que hay que estar a lo que las autoridades dispongan. Si hemos de pasar sin el plato de la cena, todo sea porque en España se cene adecuadamente. ¡Qué poca vocación de sacrificio es la que despliegan algunos hijos de esta tierra! ¡Suerte que en León siempre hemos sido depositarios de los valores patrios y que sin León no hubiera España y todas las demás estrofas del himno!

Pero después de este plúmbeo soliloquio, lo importante es reseñar el descontento de algunas personas con nombre y apellidos propios, nada importante, sencillamente una exhibición de músculo para demostrar que todo sigue igual. Algunas quejas en las redes sociales cuya mayor prestación es colgar fotografías, dar los buenos días o las buenas noches y a la cama que mañana es otro día. Nadie se deje llevar por la primera impresión. En León es muy propio elevar quejas donde se sabe que no surtirán efecto alguno. Fruta perecedera.

Así pues, ante las encendidas manifestaciones de agravio y la soflama efímera de que hay que desenterrar el hacha de guerra, nadie deje de cenar o de dormir por ello. Es un certificado de buena conducta decir que “hay que hacer” esto o lo otro porque siempre se trata de oraciones con predicado pero sin sujeto. Nunca se define el autor de la acción que por supuesto ha de ser otro muy distinto al que profiere la arenga. En León sólo hay sujetos pero no de oraciones o frases, tan sólo hay sujetos en la acepción de sujetarse y permanecer quietos hasta el último suspiro. Sean otros los que se arriesguen, que si triunfan, ya nos apuntaremos al carro de los vencedores.

¿De verdad alguien en León está dispuesto a hacer algo por conseguir lo que se preconiza en los foros donde se saluda a conocidos y simpatizantes sin que quepa esperar daños personales? Con ese espíritu guerrero y emprendedor de cualquier hazaña heróica, León y su idiosincrasia pueden sentirse a salvo. Tan sólo se necesita quien se ponga al frente y pelee. Animadores, mentores, patrocinadores, entusiastas, patriotas y aplaudidores que den su aliento desde su casa sin salir de ella, no nos han de faltar. Respire hondo todo el mundo, alcanzaremos la victoria se pongan como se pongan en Valladolid.

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