Valderas recupera su archivo con importante documentación del Sur de León desde el siglo XVI

Abel Lobato Fernández, encargado del renovado Archivo Municipal de Valderas.

Jesús María López de Uribe

“El archivo de Valderas es uno de los mejores de la provincia de León, posiblemente al nivel del de Villafranca del Bierzo, y es fundamental para la comprensión histórica no sólo de su villa, sino de la zona aledaña tanto del Sur de León como del norte de Tierra de Campos”.

De esta forma define el nuevo archivero, el historiador del Arte Abel Lobato Fernández, la recuperación y clasificación de más de cuatro mil documentos desde el siglo XVI que se presenta hoy en el Antiguo Seminario de San Mateo, con exposición incluida.

El Ayuntamiento de Valderas dispone la inauguración oficial a la una de la tarde y a las seis el encargado del rescate y catalogación de estos valiosos documentos, Abel Lobato Fernández, ofrecerá una conferencia sobre lo que ha supuesto su trabajo de traslado y ordenación durante estos últimos meses. Después de ello se encargará de dirigir la visita a las nuevas instalaciones del archivo y explicar la exposición titulada 'Una historia entre legajos: al rescate de la Villa de Valderas' a quienes quieran acudir, ya que la entrada es gratuita. Para celebrar el día, la jornada terminará con un vino español.

Y es que no es baladí ni cosa pequeña o poco importante que se recuperen cuatro mil documentos de tantos siglos –sobre todo del XVII, XVIII y XIX– de Valderas, porque fue la antigua capital de las llamadas siete villas de Campos, una de las localidades señoriales más importantes del Sur de León, que esconde un gran pasado histórico. Sólo su urbanismo, con notables casas de piedra blasonadas muestra su poderío y da testimonio de las importantes familias que vivieron en ella.

“Aquí habitaron algunas familias, así como los principales linajes se habían ido, pues como todas partes, ya a principios del XVI se habían ido a la corte o lo que fuera. Pero aquí quedó un notable grupo de familias, los Alfonso Villagómez [uno de ellos fue Miguel Alfonso Villagómez y Lorenzana, miembro a finales del siglo XVIII del Supremo Consejo de Castilla en Madrid y luego diputado de las Cortes de Cádiz en la Guerra de la Independencia], los Charro... bueno, muchísimas familias importantes. Y la documentación así lo recoge, porque el propio municipio funcionaba con alcaldes y la nobleza tenía derecho a nombrar dos”, explica Abel Lobato.

Una villa que se hizo famosa en la Edad Media repeliendo el asedio del duque de Láncaster, pero la mayoría de los documentos son casi todos de de la Edad Moderna en la que “tuvo un papel bastante importante, sobre todo en la producción vitivinícola, que ahora casi no produce en comparación. Cerealísticamente hablando, también era un granero para toda la zona”, indica el archivero.

Uno de los archivos más importantes de la provincia

Un archivo se mide por varias cosas, y entre ellas es por la cantidad de información de la vida diaria de los tiempos antiguos que se puede extraer de ellos. El de Valderas, pese a sus tribulaciones, es de los más interesantes de la provincia de León.

Para el encargado de recuperarlo, asegura que “con el volumen de documentación e importancia histórica que tiene Valderas, pocos archivos hay tan buenos. Es más, yo creo que a nivel provincial está en el top ten de archivos municipales más ricos y con más documentación conservada. Valderas tiene que estar orgullosa de eso, de que está al nivel de Villafranca del Bierzo o del archivo municipal de lugares importantes. Porque hay otros pueblos mucho más grandes que no han conservado apenas nada. Entonces la suerte es esa. Que a pesar de todo lo que se ha perdido, fíjate todavía lo que queda aquí”.

“Es que es una suerte para reconstruir no solo la historia de Valderas sino que pra la de toda esta zona del sur de León y el norte de Zamora es indispensable este archivo. Y lo bueno es que a partir de ahora va a quedar para que cualquier investigador pueda acceder e investigar, porque hasta ahora venía alguien y decía, quiero hacer la tesis, estoy haciéndola de no sé qué de Valderas, le abrían la puerta del archivo y a la aventura, a ver qué mirabas allí en los montones y qué podías encntrar. No había nada, no había tesauro. Ahora ya empieza a haberlo”, manifiesta Lobato Ferna´nde.

Labores de conservación, restauración y catalogación

Sin embargo, pese a lo excepcional de que se hayan podido conservar los legajos han tenido un periplo muy largo. “Estuvieron en el antiguo Ayuntamiento, las casas consistoriales de la Plaza Mayor, ese edificio tan bonito que hay con dos torres; de ahí pasó al posterior ayuntamiento, luego se llevaron todo eso para los sótanos del seminario, más tarde del seminario marchó una parte para los juzgados, donde se quemó una parte allí. De los juzgados volvió al antiguo ayuntamiento, y ahora lo estoy trayendo para depositarlo definitivamente aquí, de una manera digna, en cajas, ordenado, catalogado, con un registro”.

Abel Lobato cuenta cómo tiene que trasladarlos, abrirlos y secarlos “porque estaban todos húmedos, de estar en las mazmorras allí debajo que está todo lleno de humedad”. Una vez que se secan los cataloga, los separa, y los registral. “Los meto en la base de datos, y luego ya los voy metiendo en cajas. Y esta primera fase fueron como siete remolques de un coche llenos de papeles, hasta arriba. Una locura. Pero bueno, lo bonito es que está apareciendo tantísimas cosas, ya no solo de Valderas, sino de todos los pueblos de alrededor, también de los maragatos, documentos súper interesantes como un pleito con los maragatos porque ellos estaban exentos de pagar impuestos y los de Valderas le querían pagar el portazgo y el pontazgo. O documentos relacionados con la zona de los Oteros, con la zona de aquí del Sur de León y su conexion con el norte de Zamora, Villanueva del Campo, todos esos pueblos”.

“Esto estaba todo mezclado, aquí no había ni tipologías ni nada, eran un montón de legajos, muchísimos, desde el suelo hasta el techo, tirados por todas partes, atados con cuerdas de alpaca, literal, y en algunos sí que había un cura, creo que de Villaquejida, que intentó un poco arreglar el tema, pero la mayoría de la documentación está toda mezclada. Ahora abres un legajo y te pueden salir en un solo legajo 40 o 50 documentos de 7, 10, 15 tipologías diferentes”, indica el archivero sobre cómo se encontró la documentación.

Los documentos más valiosos

Para Lobato, como historiador, todos los documentos tienen un importante valor, pero preguntado cuáles destaca comenta que “el más antiguo es de los Reyes Católicos, pero del último periodo de su reinado, ya muy finales. Y la mayoría de lo que hay es de los siglos XVII, XVIII y XIX”.

“Hay muchos documentos muy interesantes, pero por ejemplo, para mí en cuanto a estética, claro, porque soy historiador del Arte, pues hay uno de 1941 que es un diseño original de los arquitectos Ramón Cañas del Río y Juan Torbado Franco, que son muy famosos en León porque son los que hicieron gran parte del Ensanche y demás, del Cine Teatro Panduro. Un edificio ya desaparecido; el antiguo cine de aquí que se derribó hace unos años, como casi todo aquí se derribó. Pero el diseño es muy bueno, es un racionalismo espectacular. Y luego también ha aparecido, de finales del XIX, los planos originales de las Escuelas”.

Cuenta la leyenda que el mismísimo Napoleón durmió en el Antiguo Seminario de San Mateo, el emperador francés que en su blasón tenía tres abejas destacando su laboriosidad por su gran capacidad de trabajo. El mismo que ha llevado poner en valor el archivo de Valderas; que se podrá aprovechar por todos los historiadores y curiosos que quieran saber más sobre el pasado de una zona que fue fundamental para toda la península por su potencia cerealística.

Y todavía queda la segunda fase por catalogar. Una joya histórica de altísimo nivel para aprovechar mucho y bien. Y que dará que hablar debido a la aún no tan conocida y bien ponderada importancia histórica de Valderas. Seguro que crecerá en los próximos años gracias a la recuperación de tan importantes documentos. Nada como las verdades ocultas de un buen archivo.

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