Mañueco, la usurpación y el Lexit

Alfonso Fernández Mañueco y el delegado de Gobierno Nicanor Sen.

Vamos a tomar la postura de Mañueco, en su afán manipulador de todos los patrimonios leoneses, en principio como boutade dicente. Afectando, para la ocasión, más a los legionenses que a los leoneses en general, a fin de que toleren lo festivo autonómico, que, con malévola intención, tratan de imponer a domicilio desde el centro del poder autonómico

Cabe mayor absurdo que la petición/aviso a los leoneses para que respeten la presencia festera autonómica, propaganda y tufo, en nuestro Legio, una milenaria ciudad, sede imperial de un reino, que lo fue, y en la actualidad Región Leonesa... ¡Que se niegan a reconocer! Y no solo la borran en lo histórico, sino que la frenan todo proyecto socioeconómico... ¡Hasta el hundimiento!

¿A qué personas cree el ínclito presidente de un ente impuesto que se está dirigiendo? De inocentes nada. ¡Demasiado permisivas, ¡eguro!

Vístase de peregrino: humildad, sentimiento y comprensión. Y atraviese León observe y converse con el paisanaje; constate los valores de un pueblo, que son amor, pertenencia a una tierra, ésa que los autonomistas y usted como máximo dirigente del ente, se niegan a reconocer. O como embarulladores arteros, solapándola con la castellana, confundida y hundida. ¿O es que acaso no imponen lo castellanoleonés, en intolerable amancebamiento?

“Magnánimamente nos toleran lo folclórico”, que en nuestro conformismo elevamos a tradicional, pues nos calma los pruritos, en tanto que la consunción anímica parece que se diluye. Y nada más lejos de la realidad. Así vamos por el sendero de la nada…

Humildad. Para los leoneses no es un caro complemento, tiene por urdimbre la satisfacción de ser, no sólo por lo que fuimos, sino porque lo somos junto al orgullo de donde venimos. Obsérvela con delicadeza pues sobre ella se debería tejer la mejor de las lecciones, la mutua confianza. Y recapacite, si es que dentro de su soberbia política le queda capacidad para ello.

¡NUNCA! Nunca han buscado hermanamiento desde el ente, siempre imposición.¡NUNCA! compartir, siempre acopiar con centralidad insana, sin importarles Estatuto ni Constitución. Ítem más, confabulados PP y PSOE, para un amarre que algún día han de explicarnos... ¡¡¡Cuando el furor social imponga el LEXIT!!!

¡Entre tanto no nos venga a hablar de respeto a 'su' fiesta! Empiecen por escucharnos y respetar nuestros derechos constitucionales. ¿Díganos por qué hemos de transigir y admitir su imposición festera, que para nada se comparece con el sentir leonés?

Hemos citado una virtud que en nuestro caso leonés, no se equivoque señor Mañueco, en modo alguno se asemeja a cobardía. El leonés no es cobarde, sí tolerante en demasía, entre otras cosas por la introspectiva reafirmación, que, bien embuchada, la consideramos intocable. ¡Un gran error!

Sentimiento. O presencia de ánimo en los leoneses, puede quedar reflejado en la palabra leonesismo, de enorme valor al acompañar al ser leonés. Complementarias si se quiere, pero ambas con el mismo valor reivindicativo. Somos como somos y no moldeables por imposición política.

Comprensión. Se ha dicho que es más fácil negar la realidad que entenderla. Es tal la niebla que se ha ido generando desde el impuesto olvido a los leonés, que según podemos comprobar ni la presencia humana reivindicativa Lexit en el hemiciclo autonómico, causa sorpresa, poco más allá de quedar recogido en los disciplinados medios, cual gracieta, o con desigual euforia.

“Los castellanos y leoneses, los leoneses y castellanos, estamos a favor del entendimiento”, ha dicho Mañueco. Lo que no pasa de ser una interesada visión de un panorama, que anuncia, y es, todo lo contrario a la realidad vivida por los leoneses. Ni compartimos ni asumimos: ¡Rechazamos!

Va a pedir amparo policial para venir a Legio con su fiesta. Bueno, la elegida para el ente, sabedor de que ninguna de las dos cosas aceptamos. Eso supone intentar “que demos el cante”. O dicho con puridad lingüística, señalando una intransigencia... ¡Inexacta! Por cuando lo suyo, previo y alevoso, es provocación, al paso que marca una descarada incomprensión hacia el pueblo leonés.

Los Santos Inocentes tuvieron ayer su día. Con tal envolvente pensé ofrecer hoy la prédica…

¡¡¡Vaya inocentada presentar al señor Mañueco vestido de peregrino!!!

Etiquetas
stats