Las históricas trombas de agua de junio han dañado más al campo leonés que la sequía de 2017

“Con la sequía del año pasado, para el regadío fue un buen año; y éste con toda el agua, con nuestros embalses al 96%, va a ser un mal año agrícola”. Lo dice Matías Llorente, líder provincial del sindicato Ugal-UPA, y comienzan a corroborarlo los datos que se conocen, y que asustan, de las históricas precipitaciones que han sacudido, en forma de lluvia torrencial, fuerte viento e incluso granizo, a la provincia de León especialmente en el mes de junio que ha terminado.
Con los primeros datos ya cerrados, aunque provisionales, de las precipitaciones en junio de 2018, está claro que unido a una primavera excepcionalmente húmeda parece que hemos “disfrutado” del junio más lluvioso registrado. Por ejemplo, en la estación de medición de León -ubicada en el aeropuerto de La Virgen del Camino- se ha estado cerca del récord del año 1988, cuando se contabilizaron 119,8 litros por metro cuadrado: este año han caído 109,6. En León ciudad fueron 119.2 litros en el barrio de La Serna y hasta 145 litros en Las Lomas.
Y sin embargo no han sido las más cuantiosas. Astorga con 143 litros por metro cuadrado ha batido todas las marcas anteriores en toda la serie histórica. En el Alto Sil, en Salientes, han llegado a sumar la friolera de 290 litros y suman ya 1.244 litros en los primeros seis meses del año.
En Ponferrada, la estación oficial de Aemet mantenía el récord anterior de 114.2 litros en junio de 1957. Este año, la suma alcanza los 130.4 litros por metros cuadrado. Más: Burón, a los pies del embalse de Riaño, ha recogido 110 litros, 778 en lo que llevamos de año. Boñar, 99 litros en el mes, y 525 en el año. La zona sur de la provincia mantiene niveles más bajos y aún así La Bañeza ha sumado 56 litros en junio, 320 en el acumulado anual.
Tales trombas han dejado un paisaje agrícola bastante desolador. En el cereal de regadío, un trigo que estaba excepcional se ha visto 'encamado' por los fuertes vientos, perderá grano y podría hasta pudrirse, ante la dificultad añadida de una cosecha que debía comenzar ya.
Maíz y remolacha también llevan daños cuantiosos, pero sobre todo el cereal y las leguminosas. La alubia de buena parte del sur permanece arruinada, no menos que las patatas. Y el pimiento de la Vega, asolado. Hay pérdidas del 100% en Fresno de la Vega. Desde mañana lunes, las aseguradoras trabajarán a destajo para realizar las primeras valoraciones económicas, que se prevén muy cuantiosas, en todo caso peores ya a estas alturas que la durísima sequia parecida el año pasado.
“Al menos en la zona de regadío, algo pudimos regar”, recuerda Llorente, “mientras este año con los pantanos al 96% las tormentas nos han obligado incluso a parar las estaciones de bombeo y el riego por inundación”. Porque bastante se ha inundado ya todo.