La dignidad se les quedó en una pancarta

La pancarta del colectivo Baldomero Lozano del PSOE.

Así queda epigrafiado mi parecer, que surge, con sinceridad extrema, al leer la pregunta que formula a los socialistas de León, encabezados por Cendón,  don José Luis Prieto Arroyo, en un artículo publicado en este medio en abril del 2021, y pocos días atrás activado “en las redes”.  

Para muchos leoneses, desde el sentimiento de pertenencia a esta tierra, una apabullante mayoría, el deseo de autonomía propia era la mejor opción. Y de ir con alguien, poco deseado y menos intentado, siempre sería a partir de una consulta popular. En el caso de los socialistas que tan bien recoge el artículo, estaba implícito al citar a Baldomero Lozano, su firme propuesta de no tomar decisión autonómica sin contar con el pueblo. 

Cito esto, y ahora, para refrescar la memoria socialista leonesa, que tapando todo mediante un ¡bluf!, más que una incongruente promesa, que también lo era, al hablar de “un trabajo especial por León” reconociendo haber “una cuestión leonesa”, del tiempo de Villalba, como secretario General del PSCL-PSOE, por aquel entonces, incapaz de imponer la nominación de la Región Leonesa en el estatuto a reformar (2006), puesto que, según él, tal cosa colisionaba con la Constitución.  

¿Cabe mayor absurdo que decir esto? Cuando además lo adobaba con lo del “mapa autonómico cerrado”. Intentando camuflarse, al abrigo de lo escrito en el preámbulo estatutario, lo de “dos territorios históricos”. Pero que de seguir leyendo, nos encontramos con la galopante falsedad, en especial en alusión al pueblo leonés, al decir “que han decidido caminar juntos”. ¡Los leoneses nunca lo hemos decidido, ni nada que se le parezca! 

Sobre lo dicho en los dos anteriores párrafos, Estatuto, año citado y consecuencias, habría que hablar y mucho de Margarita Torres, apoyada entonces por el PSOE, en la fatal Fundación Villalar.  

Zapatero, como apreciación personal, me permito apuntar que nunca fue leonesista. En los medios lo he dicho muchas veces. No a él directamente, pues no teniéndolo contrastado por entonces, no procedía, ni era óbice para la gestión, cuando siendo yo coordinador de la Asociación pro-Identidad Leonesa, intentábamos que firmara el 'Acuerdo por la Identidad Leonesa'; cosa, hay que decirlo, a la que se avino sin regateos. Aquí debo dejar una especial mención a David Díez Llamas

En las charlas que con Zapatero sostuvimos, de modo especial Pablo Muñoz y yo, cuando ya apuntaba hacia la meteórica carrera, puede que, como defensa, ante el leonesismo que exhibíamos, nos hablaba de los jóvenes socialistas, sin aplaudir, pero tampoco corregir, que se sentían leonesistas en su acomodo y función.  Yo... –¡Inocente!– aún espero su reacción, acompañando al pueblo “cuando arranquemos” para la salida del ente.

Es en el pueblo leonés, para el que marca el profesor tres pilares, cultura, economía y política,   donde se ha de generar el deseo de salir de un ente que nos está asfixiando en todos los órdenes.  Sin más bagaje que mi apreciación personal, estudio y seguimiento de las situaciones vividas, con moderada implicación cuando me correspondía, y en alerta desde los momentos iniciales, me vengo permitiendo señalar que cada vez se palpa menos la existencia viva del pueblo leonés como tal, en el amplio concepto triprovincial.  Algo nada difícil de comprobar.

Estudio sociológico

Vengo clamando, de modo especial en mis artículos de opinión, por la realización de un estudio sociológico, al menos una generosa aproximación, bien dirigida, realizada y al final expuesta sin cortapisas, sobre la existencia, arraigo, y revitalización del pueblo leonés. Lo buscado sería ni más ni menos que alcanzar un convencimiento de su existencia sociocultural. Qué signos permanecen más o menos estables y si sobre ellos se puede edificar.  Algo que a nadie parece interesar, y mucho menos a los componentes del pilar político que, satisfechos con el logro de un ente bien centrado en Valladolid, se obstinan en no escuchar las voces conscientes de los que nos consideramos pueblo leonés, como tales nos sentimos, y nos vemos marginados o bajo el influjo de la imperiosa subsunción castellana. 

En el entretanto: ¿Quién lo ha de sembrar, cultivar, y con qué criterio?  Respuesta directa no tengo, y bien que lo siento.  Si al pueblo se le ha de robustecer desde la amplia faceta de lo cultural, ahí tenemos, como bien señala el profesor, el asociacionismo cultural, y añado los valores tradicionales bien diferenciados y vividos, que no son pocos…, un mosaico triprovincial, donde algunos, en su correspondiente demarcación, están bastante activos. Creo conveniente decir ante estos hechos, que se ha de reconocer que muchos aldabonazos sueltos, no pueden llegar a articularse como una común explosión, para ser luego vía y empeño. Sencillamente nos falta unión.  

Ante el fallo triprovincial, el sociocultural, que no demasiados abogamos por estimularlo, sin medida ni procedimiento por la carencia de lo antedicho, se debe poner la vista en la faceta socioeconómica, de gran urgencia salvar, e ir en busca de un bienestar social que nunca debimos de perder. Ahora podía suponer el punto de común unión, un interés regional leonés, un hermanamiento de intereses propiciado por un adecuado acercamiento. 

Acabo de citar, en buena medida supongo, o de manera comprensible, los rudimentos del pilar económico, al entender como de más amplio vuelo y definición, seguro, el aludido en el artículo motivador de estas letras. No es mi fuerte la economía, y sus entresijos me confunden, de ahí que perdóneseme si voy con la explicación apuntada un tanto a la pata la llana

Una extraña paradoja con 'lo leonés'

Con el voto a UPL, últimamente in crescendo, pero insuficiente como defensivo, venimos mostrando los leoneses de León, que estamos sumidos en una extraña paradoja, cuál es la de no estar satisfechos con la situación de aherrojamiento nefasto al ente, pero, mediante el voto ideológico de una y otra mano, caemos en el mismo cepo. Tal voto, me permito señalarlo como inconsecuente, puesto que tan sólo sirve para mantener en sus puestos, y campen a sus anchas, tanto a los del PSOE como a los del PP, que se dicen leoneses, y están a la voz de mando del partido, ya sea desde el ente, ya desde el Gobierno Central... ¡Para nada de sus conciudadanos! 

Y han de ser ellos, los políticos, quienes forman parte de este pueblo, gobiernan y hasta deciden sin consulta alguna popular, los que tirando de raciocinio, reconocida la depauperada situación de los leoneses en el ente autonómico, por mor del centralismo, deberían proponerse llevar a cabo la salida leonesa del ente autonómico. ¡¡¡Hoy nada más lejos de su intención!!! En cómo estimularlos debemos reflexionar y decidir, o ir feneciendo, cual luz de gas. Los leoneses, el pueblo, debemos hostigarlos, el silencio es la ruina. ¡Nuestra fuerza está en el voto!

Estoy ciñéndome, de modo especial, a León provincia, creo que como el  profesor Prieto Arroyo, y me pregunto: ¿Están en ello nuestros políticos?  La respuesta va sin demora: NO. ¡Para nada! 

La dignidad política socialista leonesa se quedó en la pancarta: 'Somos Socialistas pero antes Leonesistas'. Y no éramos pocos los que compartíamos su mensaje, cuando sonaba a genuino anuncio.

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