Presión para la fusión Unicaja-Ceiss

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Antonio Vega

El límite lo marcó el Gobierno con la aprobación de la enésima reforma financiera el pasado mes de agosto. El 31 de octubre de este año los grupos en proceso de fusión (caso de los bancos de Unicaja y Caja España-Duero) deberán aprobar en sus juntas de accionistas el sí definitivo al proceso si quieren beneficiarse de la norma que les permite distribuir en dos balances anuales las provisiones que deben dotar por su riesgo inmobiliario. Algo que parece inevitable en el proceso de fusión del Banco Ceiss y el Banco Unicaja, y más después de conocer el análisis de la consultora Oliver Wyman.

En concreto lo que hay que definir serían los activos tóxicos de ambos bancos que se traspasarían a la Sociedad de Gestión de Activos, el rimbombante nombre con el que han bautizado de momento al banco malo. De momento la entidad leonesa ha recibido 525 millones de ayudas públicas del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y que aún no ha devuelto y tras la forma del protocolo de fusión puede recibir 475 millones más en forma de bonos convertibles en acciones (cocos). Además, el Banco de España puso disposición de Unicaja una línea de 375 millones ampliables a 1.025 millones de euros también en forma de obligaciones convertibles, para dar salida a la fusión, en una práctica similar a un Esquema de Protección de Activos (EPA).

Según el protocolo de fusión en vigor Caja España-Duero asume la deuda con el FROB, que se obligaba a devolverla mediante la gestión de los activos que quedaban en manos de la caja y no se traspasaron al banco, entre ellos la participación del 30% en el nuevo banco.

La opinión del presidente de Unicaja, Braulio Medel.

El todopoderoso presidente de la caja malagueña (ahora con un banco), Braulio Medel, ha realizado unas declaraciones a los periodistas en las que se sostenía que la fusión “obviamente tiene que redefinirse y adaptarse al nuevo marco financiero para el sistema financiero español”, después de conocerse en detalle las cifras de las entidades tras el informe encargado por el Ministerio de Economía y Competitividad.

Medel ha asegurado que su entidad mantiene su compromiso de integración con el Banco Ceiss porque “esta entidad se reputa de ser seria, y eso quiere decir que, cuando se asume un compromiso, se asume con la decidida voluntad de cumplirlo, salvo que las circunstancias y términos exógenos a ese acuerdo cambien de tal manera que sea imposible cumplir el acuerdo en los términos inicialmente planteados”.

En los últimos días diversas fuentes han apuntado a que el objetivo de Unicaja sería una redefinición del reparto accionarial del nuevo banco debido a la mala situación financiera de Ceiss. El protocolo actual en vigor establece un 70% de las acciones para Unicaja y un 30% para Caja España-Duero. Según esas fuentes la intención de Unicaja sería elevar su participación hasta el 90%, habida cuenta de la inviabilidad en solitario del Banco Ceiss según las cuentas de Oliver Wyman. De momento desde Caja España-Duero no ha habido pronunciamientos públicos sobre la nueva petición de la entidad malagueña.

También ha apuntado que en ese nuevo marco “hay cosas que todavía no están definidas”, como “la distribución de cargas entre acreedores y accionistas o el traspaso por aquellas entidades que tengan que hacerlo de sus peores activos”, y que “todo eso está en fase de idea, pero no concretado”.

Unicaja apuesta por la fusión pero pide redefinirla

En un hecho relevante enviado a la CNMV tras conocerse las pruebas de estrés, Unicaja afirmaba que “por lo que respecta al Proyecto Unicaja-Ceiss, las cifras publicadas por el Banco de España reflejan también un superávit, tanto en el Escenario Base como en el Estresado. En el proceso de integración, en fase de desarrollo y adaptación al nuevo marco financiero, se prevé una serie de medidas que reforzarían aún más la capitalización de dicho Proyecto”.

El informe de Oliver Wyman

Las necesidades de capital calculadas para la fusión bancaria, después del efecto fiscal, ascienden a +1.300 milones de euros en el escenario base y a +128 millones de euros en el escenario adverso. Esto significa que la fusión entre el banco de Caja España-Duero y el banco de la entidad malagueña Unicaja no necesitaría capital adicional en el peor de los casos calculados por la consultora contratada por el Gobierno.

Según el informe de Oliver Wyman sobre las cifras del Banco Ceiss las necesidades de capital de la entidad financiera en el escenario base serían de 1.269 millones de euros y en el adverso de 2.063 millones de euros. Esto es que necesitaría de capital público para poder seguir en funcionamiento, de mantenerse independiente. Según los datos de la consultora el principal problema de pérdidas estimadas son los créditos a empresas de construcción y promoción inmobiliaria y los activos ya adjudicados (terrenos y promociones en curso o terminadas) recibidos en pago de deudas a 31 de diciembre de 2011.

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