El cierre de la fábrica de La Bañeza da muerte tras un siglo al sector industrial azucarero en León

Instalaciones de la Azucarera de Veguellina cerrada en 1998.

Jesús María López de Uribe

Es la provincia de León una de las que más hectáreas de cultivo de remolacha tiene en España. De hecho en la temporada pasada 2023-2024 llegó a ser la primera en todo el país, con 10.041 hectáreas superando a Valladolid por primera vez. Y no sólo eso, los agricultores leoneses de este cultivo son los que más rendimiento sacan por hectárea y más riqueza por tonelada de tubérculo (porcentaje de azúcar procesado) de toda España.

Toda una potencia remolachera que tuvo su cénit con el sector fabril con tres azucareras funcionando a la vez, y que hoy, tras el anuncio por parte de Azucarera, filial de British Sugar, del cierre de la factoría de La Bañeza, se despide más de un siglo de historia industrial. Un anuncio doloroso que recuerda también al fin del sector minero del carbón, que duró también más o menos un siglo en la provincia.

Fotografía de la construcción de la Azucarera de Veguellina en 1930.

La provincia de León no sólo es una de los lugares donde más hectáreas de este tubérculo se cultivan gracias a la gran cantidad de agua disponible por sus pantanos que garantizan la cosecha como en ningún otro lugar de la península, sino que durante la mayoría del siglo XX fue uno de los lugares con más potencia industrial azucaeraa al estar abiertas a la vez las fábricas de Santa Elvira de León, la de Veguellina y la de La Bañeza durante medio siglo.

El inicio del sector a inicios del siglo XX

El sector fabril de trituración de remolacha para fabricar azúcar nació en la provincia en la olvidada instalación de Boñar de la Azucarera Vasco-Leonesa, con fugaz vida ya que abrió sus portalones en 1899 y cerró en 1904. La segunda factoría fue la de Veguellina de Órbigo, que estuvo operativa en 1900. Este primer impulso industrial vino provocado por la pérdida de la autonomía Cuba en la Guerra Hispano-Estadounidense de 1898, de donde provenía el azúcar de caña que se consumía mayoritariamente en la época.

Aunque conocido como el Desastre de Cuba, la verdad es que económicamente a la España peninsular le vino mejor al dejar de tener que gastar ingentes cantidades de dinero en gasto militar y producirse una repatriación de capitales que se invirtió en nueva industria. Este es el caso de estas dos azucareras.

Fotografía de archivo de las instalaciones de la azucarera Santa Elvira en León capital ya cerrada en 2001.

Treinta años después, debido al éxito y expansión del cultivo del tubérculo remolachero, se crearon durante la Segunda República las fábricas de León (1935) y la de La Bañeza (1931), esta última a escasos 16 kilómetros de la de Veguellina. La mayoría de las hectáreas cultivadas en la provincia leonesa se han venido concentrando tradicionalmente en el Esla, el Páramo, la zona del Tuerto y en el Órbigo.

Los cierres de León y Veguellina

El primer cierre de las grandes molturadoras llegó en 1992 con la última campaña en Santa Elvira, en la capital de León. Tras dos decenios de quedar en ruinas pero no poder ser demolida al estar protegida por ser patrimonio industrial, el Ayuntamiento de León proyectó el Palacio de Exposiciones y Congresos de León. Se llegó a reformar el Palacín en 2011 (una de las naves almacén, que hoy es una pequeña sala multiusos), y a construir el Pabellón de Exposiciones que abrió en 2018, pero quedando a medias el proyecto de Dominique Perrault, ya que no se prevé terminarlo y la nave central tendrá un cerramiento 'provisional' aprobado el año pasado.

La fachada de la Azucarera de Santa Elvira, parte del Palacio de Congresos de León sin terminar, a la espera de un cerramiento 'provisional'.

La segunda clausurada fue la de Vegellina de Órbigo, que se produjo tras grandes protestas en 1998, con lo cual la factoría no llegó a cumplir cien años. Lo mismo que le ocurrirá a La Bañeza si se certifica el cierre tras noventa y cuatro años de elaboración de azúcar, melaza y derivados.

Estado Actual de la Azucarera de Veguellina.

En el caso de Veguellina, los terrenos de la fábrica han quedado abandonados, de tal forma que se llegaron a utilizar en 2010 como escenario para un corto de guerra sobre el Desembarco de Normandía, titulado Hidden Soldier y del realizador leonés Alejandro Suárez. En la actualidad su compañía propietaria, Ebro Foods, ha puesto a la venta los terrenos por unos escasos dosmillones de euros, sin que haya encontrado comprador, según denunció en diciembre pasado la Plataforma el Cervigal en defensa del patrimonio del Órbigo.

La Bañeza ya 'libró' en 2009

Con el anuncio del fin de operaciones industriales de La Bañeza anunciado por Azucarera, este complejo fabril de transformación de remolacha blanca habrá cumplido casi 95 años de funcionamiento, sin llegar tampoco al siglo de vida industrial. Aunque todavía está por ver si las negociaciones pueden permitir que siga abierta, como ya ocurrió a primeros del siglo XXI, cuando hubo una crisis entre 2007 y 2009 consecuencia de la reducción del 50% en la cuota de producción de azúcar reclamada por la Unión Europea y obligatoria para la industria azucarera española, y que se llevó por delante a la factoría de Peñafiel.

Azucarera de Veguellina de Órbigo a mediados del siglo XX

También comenzaron a preverse problemas para la fábrica bañezana en 2015 y 2017 con extrañas decisiones de British Sugar para la Azucarera que hacían presagiar un corto futuro.

En todas estas crisis estuvo muy combativo el líder sindical de Ugal-Upa Matías Llorente Liébana (fallecido prácticamente hace dos años, el 23 de mayo de 2023), que ya advertía que la intención de los ingleses era cerrarla a toda costa, “porque no era un problema de falta de producción ni rentabilidad”.

La azucarera de La Bañeza.

El veterano defensor del Campo leonés criticaba “los descuentos, la política de transporte de Azucarera y la imposición de las semillas” por parte de la filial de la compañía británica, que complicaba la campaña sobremanera a los agricultores remolacheros.

Hoy, posiblemente estaría preparando los tractores para clamar contra un cierre que afecta a más de un centenar de trabajos directos y centenares de indirectos, que acaba con un más de un siglo de industria azucarera en la provincia de León y que pone seriamente en peligro el sector agrícola del cultivo remolachero leonés.

Con esta decisión la única fábrica que va a quedar en Castilla y León –aparte de la de Acor en Olmedo (Valladolid)–, es Toro, en la frontera de Zamora con la provincia pucelana y a la altura de su capital. A 126 kilómetros de distancia de la factoría bañezana.

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