Ponen a la venta un pedazo del patrimonio histórico industrial de la provincia de León por 2 millones de euros
Hace unas semanas, la compañía multinacional Ebro Foods, que surgió en el año 2000 de la fusión de Azucarera Ebro Agrícolas y Puleva, ha puesto a la venta siete inmuebles con el título 'Terrenos en venta', entre ellos uno en la provincia de León. Concretamente se trata de la Antigua Azucarera de Veguellina de Órbigo. Las características de la venta, según describe el anuncio, es un solar urbano de 86.700 metros cuadrados de terreno, que se encuentra sin demoler; además, añade el anuncio, se permite edificar en el 85% de su parcela, que por lo que se presupone que el otro 15% tendrá que ver con una edificación histórica que data de 1898. El precio de venta es de 2.100.000 euros.
La historia de esta planta industrial de la Azucarera de Veguellina tiene de singular que fue la primera fábrica azucarera que se construyó en la provincia de León datando algunos de sus restos actuales de finales del S.XIX, bastante antes que la Azucarera de Santa Elvira en León que comienza a construirse en 1933, año en el que precisamente ya se produce la famosa revuelta obrera en la Azucarera de Veguellina.
Resulta llamativo que mientras que Santa Elvira (azucarera del S. XX) ha sido defendida con ahínco por expertos en patrimonio histórico industrial y con una futura inversión por parte del Ayuntamiento de León de 4.450.000 euros aprobada en agosto de 2024; la Azucarera de Veguellina se vende por la mitad de esa inversión y se trata de un patrimonio histórico industrial más antiguo, en zona rural y sin atisbo de inversión.
La protección del patrimonio histórico industrial ha sido reiteradamente defendida por organizaciones como la Unesco. Los restos materiales de la industria en la provincia de León son escasos comparados con otros espacios europeos, por el tardío desarrollo de la Revolución Industrial en el campo español. Por ello, en general, el conjunto del legado arquitectónico industrial es merecedor desde 1978 del reconocimiento expreso de la Unesco ampliando sus criterios sobre el patrimonio cultural para dar cabida a los bienes industriales heredados del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Fue entonces cuando se empezó a plantear la cuestión del futuro de esas y similares edificaciones hasta llegar a la conclusión de que muchos de estos espacios tenían un valor universal que justificaba su consideración como monumento, como obras maestras de la técnica, la ingeniería y la arquitectura.
En defensa de la conservación de la Azucarera de León 'Santa Elvira', la Catedrática de Geografía de la Universidad de León Paz Benito del Pozo advirtió en un artículo del año 2003 que esta era “una de las escasas muestras de arquitectura industrial de calidad con que cuenta la ciudad”. La misma expresión pudiera hacerse de la Azucarera de Veguellina que también “se trata de un conjunto de edificios con una volumetría y estética que lo emparentan con los modelos decimonónicos de estilo racionalista-constructivista” y también en ambos casos “las naves, oficinas, almacenes y viviendas de la Azucarera dan testimonio de una actividad —la producción de azúcar de remolacha-, de un estilo de vida y de trabajo — el industrial, el obrero-, y de una etapa del desarrollo de la ciudad que ya forman parte de la historia y la identidad de los leoneses”.
La etapa de desarrollo que significó la Azucarera para el entorno de la Ribera del Órbigo es mucho más notoria incluyendo el propio cultivo que aglutinaba la mayor zona azucarera de la provincia de León. Asimismo, es innegable que esta industria forma aún parte de la historia y del imaginario colectivo de la comarca y significativamente de la localidad de Veguellina de la que las ruinas aún perfilan su imagen por ser un espacio central del paisaje urbano. Como decía la profesora Benito: “Es innegable que la Azucarera da carácter al paisaje urbano de León, es una seña de identidad que lo particulariza como pocas […]. Y esto refuerza su valor cultural y su carácter de bien patrimonial que debe protegerse, por respeto al pasado y por sensibilidad con el futuro”.
No obstante, proteger el patrimonio no solamente puede quedarse en proteger unas ruinas, también debe servir para potenciar un verdadero desarrollo rural, con la posibilidad de realizar una oferta cultural y laboral que dotaría de interés espacios en los que el asentamiento poblacional es tan difícil. Precisamente por esto, la Plataforma el Cervigal en Defensa del Patrimonio del Órbigo opina que “la inversión es urgente y merecedora de tanta o más atención que la defensa de estos espacios en zonas urbanas”.
Señalan, además, “que las instituciones públicas, diputaciones, universidades, gobiernos autonómicos, etcétera, cuentan con cientos de programas que promueven la importancia de ese desarrollo rural, incluso con un Ministerio específico de reto demográfico, pero no se pone el foco sobre la importancia que han tenido proyectos en zonas rurales como la fábrica 'El Sucre' en Vic, conservada y rehabilitada por el Gobierno catalán; o la Azucarera de Pravia, protegida por el Principado de Asturias, entre otras”.
“Parece que están más interesados en fomentar la importancia del desarrollo rural sin hacer en realidad acciones concretas que realmente puedan revertir la situación de sangría poblacional de nuestra comarca”, exponen desde la Plataforma, que surge en el año 2024 con el objetivo de defender el patrimonio de la comarca del Órbigo pero “con el sentido de vincular a la población con su propio patrimonio, involucrando además a las instituciones para generar la sinergia necesaria si queremos revertir la cuestión de la despoblación del rural”.
Protegida y puesta en valor para beneficio del pueblo, la Azucarera de Veguellina dejaría de ser una pieza incómoda o un estorbo, tornándose, por el contrario, un elemento singular y creador de dinámicas de progreso, testimonio del pasado industrial de la Ribera del Órbigo.