“A los políticos tiránicos, corruptos o lerdos no se les gana reventándoles el cráneo”
En menos de seis meses desde el asesinato de Isabel Carrasco, es el primer libro que sale a la venta sobre un hecho aún 'caliente', histórico en León y también en España, por su significado político. ¿Habéis trabajado a ritmo de información diaria, a la que estáis tan habituadas?
Isabel Bajo.- Sí y no. El buen trabajo de los periodistas de León en este caso nos ayudó mucho en el desarrollo de la investigación y eso nos aceleró mucho el ritmo. No obstante, llegó el momento de contrastar y analizar datos, tantos los que publicaban los medios de comunicación como los obtenidos del sumario judicial, y sacar conclusiones; eso nos llevó su tiempo.
Ángela Domínguez.- Hemos trabajado con el frenesí inherente a nuestro oficio, el periodismo, conjugando información –un ámbito en el que los medios de León, como Ileon.com, han hecho una labor excepcional ¡enhorabuena!-, investigación propia, análisis especializado, entrevistas y recopilaciones históricas y personales. Abordar un crimen tan caliente, aún no juzgado y sometido a una investigación que todavía no ha concluido, ha sido un vertiginoso y complejo ejercicio.
¿Cuál es vuestra impresión sociológica sobre los motivos del crimen, el momento político en el que se produjo y el impacto que ha causado?
Á-D.- Si el sueño de la razón produce monstruos, el de la ambición perfila el rostro del crimen. Estamos ante asesinato casi inexplicable y, por tanto, fascinante: ¿por qué mujeres de la buena sociedad enlodan para siempre sus vidas? ¿por qué una madre conduce a los infiernos del delito a su hija? ¿qué extraño papel representa la agente local Gago? Y junto a una historia insólita, una sociedad hastiada de sus políticos, precipitada a juicios sumarísimos, y una tribu política tan hipócrita, en las formas, como cainita, en el fondo.
I. Bajo: Se trata de un episodio más de las numerosas luchas de poder que han presidido la trayectoria de los partidos políticos de León
I.B.- Un suceso de estas características en una ciudad como León, aparentemente tranquila, pacífica, donde la vida transcurre sin sobresaltos produjo un “shock” del que cuesta recuperarse. El crimen reúne todos los ingredientes para ser punto central de tertulias y comentarios. La mujer más poderosa de León asesinada por otra mujer, esposa del jefe de la Comisaría de Astorga, en la calle, en plena luz del día, por el hecho de considerarla un obstáculo para que ella o su hija pudieran alcanzar el poder... La sociedad leonesa necesita un tiempo para digerir todo esto. Aunque, si nos paramos a pensar un poco, se trata de un episodio más de las numerosas luchas de poder que han presidido la trayectoria de los partidos políticos en León, pese a que en este caso se han subido muchos peldaños en la pugna interna al llegar a matar a una persona.
Ambas conocíais personalmente, quizá hasta íntimamente, a la presidenta de la Diputación porque vuestras trayectorias han coincidido mucho tiempo. ¿Hace eso más fácil o más difícil una aproximación a un hecho tan impactante y violento?
I.B.- Ese es un factor que ayuda necesariamente, pero, al mismo tiempo, perjudica porque se puede perder la objetividad por las relaciones que se han tenido con la víctima o con otros políticos del entorno. Es algo que Ángela y yo hablamos mucho para evitar desviarnos del grado necesario de reflexión y mantener la perspectiva crítica.
Á. Domínguez: Aquella mujer poderosa que me desquiciaba, como a tantos otros periodistas, se ha hecho más humana
Á.D.- Es cierto. Personalmente, he cabalgado sobre mis recuerdos y, en este proceso, aquella mujer poderosa que me desquiciaba, como a tantos otros periodistas, se ha hecho más humana. Nunca fui su amiga, aunque supe de su vulnerable soledad. La he criticado y la he admirado, y he de subrayar que en nuestras disputas entre política y periodista, Isabel siempre jugó limpio. Al menos, conmigo sí.
¿Cómo valoraríais la investigación policial y judicial que hasta el momento se ha llevado del caso?
Á.D.- La investigación policial incurre en inexplicables anomalías, y eso que en aquellos días los grandes jefes del Cuerpo Policial y del Estado estaban en León, tanto el jefe regional de la Policía como el director general Cosidó. Apesta a corporativismo y presión política. Y lejos de ser un éxito policial, tal como ha sido enmascarada la historia, estamos ante la heroicidad proverbial de un único hombre, Pedro, el policía jubilado. Al margen, está la acción judicial. A Isabel y a mí, nos consta que hasta la propia judicatura se siente escandalizada por las irregularidades de la Policía.
I.B.- Sinceramente creemos que ha habido urgencia por cerrar el caso, policial y políticamente. Sólo hay que analizar los folios del sumario para percibir que apenas hay investigación pura y dura. Estamos ante un caso de los clasificados como “in fraganti”, en el que la supuesta asesina es descubierta nada más cometer el crimen, el arma homicida también es entregada a la Policía sin que, al menos oficialmente, se hiciera una investigación en el entorno de las detenidas para localizar el arma. Todos los datos que se conocen del suceso son derivados de declaraciones de testigos. Policías que mienten en sede judicial, pruebas que no se practican, investigaciones que no se realizan, confesiones de culpabilidad cuestionadas por la forma de obtenerlas... En fin, no sabemos si se depuraran responsabilidades, pero parece ser que tanto la juez instructora como el fiscal están dispuestos a que se aclaren todos los extremos.
No se me escapa la visión femenina que envuelve a vuestro libro: Dos mujeres escriben sobre la muerte de otra, política controvertida, a manos de una madre y una hija, y con la de momento presunta colaboración de una tercera, policía. Sabemos que este tipo de crímenes con una homicida femenina son estadísticamente escasos. ¿Qué aporta este caso desde ese punto de vista del género?
I.B.- Bueno, la participación de la mujer en todas las esferas de la vida, tanto privada como pública, provoca circunstancias como ésta, que cada vez haya más mujeres implicadas en cualquier situación. No obstante, está claro que no se han alcanzado todas las metas de igual porque de lo contrario no se resaltaría tanto que sean mujeres las detenidas por el asesinato de otra mujer, que lo instruya una jueza, que la investigación la dirija una mujer y que dos mujeres escriban sobre ello. Si ese hilo de referencias hubiera sido sobre hombres nadie haría hincapié en ello.
Á.D.- El género sólo es casual, un azar de cromosomas. Las protagonistas son mujeres y, es cierto, que algunas de las actitudes femeninas se trasladan a los hechos y a la psicología de las implicadas. Pero no olvides, Carlos, que ser persona implica ser tan hombre como mujer.
Bajo el punto de vista de quienes han revisado 'El crimen de León' tan en profundidad y tan de cerca, ¿qué cabos sueltos importantes quedan aún para su resolución?
Á. Domínguez: Tras el telón de esta tragedia se esconden otras historias y personajes sobre los que hemos proyectado la luz delatora
Á-D.- Nuestro libro presenta tantas preguntas como respuestas, y algunos interrogantes en sí mismos son un anticipo de la respuesta. No es una obra cómoda, molestará. Tras el telón de esta tragedia, de este abyecto asesinato, se esconden otras historias y personajes sobre los que hemos proyectado la luz delatora del relato.
I.B.- Cabos sueltos quedan muchos ¿Cómo y cuándo deciden acabar con la vida de Carrasco?¿Hay más personas que voluntariamente o de forma inconsciente han colaborado con información clave para que se perpetrara el crimen? ¿Alguien conocía las intenciones de las acusadas y no les dio importancia? ¿Realmente consiguieron el arma como han declarado?... Muchísimas preguntas por responder.
¿Creéis que con la lectura de vuestro libro se podrá transmitir fuera de León el amplio sentimiento en esta ciudad de que el asesinato de Carrasco fue una atrocidad pero no una enorme sorpresa? ¿O no?
I.B.- Nuestra intención es que cualquier persona que lea el libro pueda tener una idea de cómo es León, cómo es aquí la intrahistoria del poder, pero el asesinato sí conmocionó a la sociedad leonesa, y mucho.
Á.D.- Disiento, Carlos. Asesinar carece de cualquier justificación. Yo me niego a estar curada de espanto. Animo a quienes han jaleado la ejecución de Carrasco a leer detenidamente el informe de su autopsia. A los políticos tiránicos, corruptos o simplemente lerdos, se les gana de frente y en las urnas, no reventándoles el cráneo.
Como vuestro libro es comprometido, una pregunta personal y comprometida: ¿Vosotras habrías votado a favor de la Medalla de Oro de la Provincia de León para la presidenta?
Á.D.- Ni Medalla de Oro para Carrasco, igual que no la hubo para Alberto Pérez Ruiz, ni algún Garbanzo de Plata que anda por ahí pendiente de citación judicial, ni muchos Empresarios del Año doctorados en despidos masivos o en sueldos de hambre.
I. Bajo: La inmensa mayoría de las medallas que se otorgan a cargos políticos están desprestigiadas
I.B.- En España la inmensa mayoría de las medallas se otorgan a los cargos públicos, no son en sí mismo un reconocimiento personal por la labor desarrollada, como así debería ser. Personalmente creo que se otorgan con mucha ligereza, por eso la población no les concede excesivo valor, están desprestigiadas. Luego, en muchos casos, como se está viendo en estos días, se convierten en un arma de doble filo y hay que iniciar un proceso a la inversa para retirarles dicho reconocimiento.
¿Cómo encajan en el análisis sicológico y político que hayáis realizado para esta publicación los recientes acontecimientos que han acabado en la cárcel por seis presuntos delitos de corrupción de Marcos Martínez Barazón, su valido, sucesor y continuador?
Á.D.- Es palmario que muchos, incluido Martínez, pretenden cargar 'el muerto' a la muerta y enterrar todo el caso en la misma tumba de Isabel. Detecto el miedo de quienes temen verse salpicados por la Operación Púnica. Ignoro si la presidenta asesinada estaba implicada o no, pero, en todo caso, yo quiero conocer la verdad a fondo y que paguen los vivos por sus delitos, los difuntos ya no pueden. Sé que las buenas gentes, que son la inmensa mayoría de este país, se sienten cansadas y decepcionada y, sin embargo, cada detención de un corrupto es una buena noticia. Mal que nos pese.
Á. Domínguez: Es palmario que muchos, incluido Martínez, pretenden cargar 'el muerto' a la muerta y enterrar todo en la misma tumba de Isabel
I.B.- La detención de Marcos Martínez abre un nuevo panorama en el asesinato de Isabel Carrasco. De confirmarse las informaciones de los distintos medios de comunicación, las intervenciones telefónicas empezaron en el mes de enero, con Isabel todavía viva. Habría que preguntarse si el teléfono de la presidenta de la Diputación estaba intervenido. Fuese así o no ¿por qué no se informó a la juez de que había otra investigación abierta en la que había teléfonos intervenidos en el entorno de la víctima? En todo caso, y hablando de los presuntos delitos de corrupción por los que ha sido detenido Marcos Martínez, esperamos que todo salga a la luz no caigamos en la tentación de cargar todas las culpas sobre el muerto, es la vía más fácil para eludir responsabilidades.
En este trágico suceso, ¿hay espacio para la compasión? Hacia Carrasco, hacia las personas implicadas en su muerte...
I.B.- En este trágico suceso, como en otros muchos, hay que tener siempre claro que la víctima es Isabel y quién o quiénes son responsables del crimen, sobre las que debe recaer el peso de la justicia, sin que haya lugar a compadecimientos o justificaciones sobre su actuación.
Á. Domínguez: Loreto Rodríguez Carrasco es lo mejor de su madre y ojalá el odio no envenene su vida
ÁD.- 'Odia el delito y compadece al delincuente'. Concepción Arenal lo expresó mejor que nadie. Y más allá, de sus sabias palabras, mi compasión se dirige a otra mujer, Loreto Rodríguez Carrasco. Ella es lo mejor de su madre y ojalá el odio no envenene su vida.
¿Qué le enseñará vuestra investigación y vuestra forma de relatarla a los lectores sobre la violenta muerte de Carrasco?
I.B.- Tratamos de mostrar cómo eran los personajes principales y que se pueda ver que a veces los buenos no son tan buenos y los malos no tan malos.
I. Bajo: Mostramos cómo a veces los buenos no son tan buenos y los malos no tan malos
Á.D.- Hemos concebido este libro desde la libertad y la lealtad. Libertad a la hora de crear un relato novelado. Y lealtad con los hechos investigados y los recuerdos atesorados. Como un frontispicio en el que se narra la historia de un crimen conocido, al inicio de cada capítulo nos acercamos a la muerte, al último de los 250 pasos que dio Isabel en su cita con el destino. A partir de ahí, desgranamos otras historias, secuencias y escenas para descubrir el lado oscuro de la ambición que anida en la buena sociedad, el corrupto ambiente político y financiero en el que se libran las batallas de los poderosos del lugar, las anomalías de una investigación policial que podrían invalidar pruebas decisivas, el perfil psiquiátrico y criminológico de las implicadas en un caso insólito, las máscaras con las que el coro de la tragedia griega contempla la inevitable muerte y las grandes y miserias de una mujer más temida que amada.