Marina Gay: “Asistir a la universidad me aportó nociones lingüísticas y literarias en el campo teórico”

Marina Gay

Manuel Cuenya

Tuve la ocasión de conocer a Marina Gay en los cursos de escritura que acostumbro a impartir en la Universidad de León (ULE). Y recuerdo que mostraba una gran curiosidad por el aprendizaje, además de una sensibilidad especial. Entonces, cursaba estudios de Filología Hispánica en la ULE, que fue donde descubrió, en su opinión, una oferta cultural más que satisfactoria, la cual nutría sus demandas.

“Asistir a la universidad me aportó nociones lingüísticas y literarias en el campo teórico, no asistir y emplear ese tiempo libre en ponerlas en práctica me facilitó un trato más real de la escritura en su faceta más expresiva, en distintas intervenciones, performances, talleres, recitales, etc... León supuso además mis primeros acercamientos al jazz, donde comencé con un amigo muy querido, Alfredo Vidal, a adentrarme en la música entendiéndola de forma global y comprometida, gracias al cual empecé a comprender algunos conceptos de armonía”, rememora Marina, que también estuvo y está aún ligada a Jaula 13, el grupo nacido del aula de improvisación, que coordina el músico y escritor Ildefonso Rodríguez, “que cuenta también con Cova Villegas, y con quienes estuve tocando regularmente en 'jams', además de dar mis primeros conciertos en algunos locales de la ciudad”, apostilla esta poeta, que también se dedica a la música.

Vivió durante algún tiempo en Astorga, “la antesala de mi toma de voluntad adulta y libertad plena creativa antes de llegar a la ciudad de León... Astorga como un hiato en mi vida, desde mi partida de Madrid con mi familia hasta la universidad”, aclara ella.

Cuenta que su carrera le ha aportado conocimientos lingüísticos y herramientas retóricas a la hora de encarar la creación literaria. Asimismo, la asistencia a cursos de extensión universitaria y congresos, “tales como los que coordina la profesora Natalia Álvarez, sobre figuraciones de lo insólito y a algunos talleres de creación literaria, fundamentalmente de narrativa y relato corto”, le han permitido formarse.

Y sobre todo recuerda con afecto su experiencia en la Universidad de Valparaíso en Chile, “una de las experiencias más fructíferas de mi vida hasta el momento tanto en el plano vivencial como el musical y literario”, donde también tuvo la oportunidad de asistir a varios talleres de escritura, entre otros a “los de La Sebastiana, el taller de poesía de la fundación Pablo Neruda al que postulé y que me dio un espacio de creación y aprendizaje muy rico en el que comencé a gestar y dar forma a la idea de 'La diáspora de las aves'”. Talleres de escritura todos ellos que le resultaron muy gratificantes, y le parecieron, junto a los que recibiera en León, un medio maravilloso para ampliar conocimiento sobre autores gracias a pequeñas muestras de sus escritos como ejemplos literarios, y una práctica de escritura creativa.

“Además, lo considero una buena forma de acercarse a otros creadores de índole variada, no cortados por patrones de edad, profesión u otros sesgos y conocer la actualidad que emerge del lugar donde sea dicho taller. Creo que para las personas a las cuales les cuesta mostrar su trabajo puede ser una manera terapéutica de comenzar a hacerlo, no es mi caso, pero de haberlo sido, hubiera agradecido su existencia”, explica Marina, que pudo realizar una magnífica inmersión cultural en Chile, adentrándose en su sociedad y su política actual.

“Mi llegada a Valparaíso supuso el contacto con una proliferación artística abrumadoramente satisfactoria, y, no sólo institucionalizada, sino también autogestionada en cooperativas sociales, asociaciones culturales y literarias, talleres y comparsas, en el plano musical y demás agrupaciones. Fue una experiencia tremendamente intensa que tenía la duración de un año y finalmente extendí a tres”, agrega Marina, que tuvo la ocasión de familiarizarse con el mundo poético chileno, conociendo a autoras actuales como Elvira Hernández o Verónica Zondek, además de adentrarse en las obras de Gabriela Mistral y Pablo de Rokha, que despertaron en ella un gran interés, “tanto es así que dediqué a este último mi trabajo de final de grado, en literatura comparada, aunándolo en la relación a la retórica del jazz y al que dedicaré también mi trabajo de final de máster en líneas semejantes”.

Mi llegada a Valparaíso supuso el contacto con una proliferación artística abrumadoramente satisfactoria, y, no sólo institucionalizada, sino también autogestionada en cooperativas sociales, asociaciones culturales y literarias, talleres y comparsas, en el plano musical y demás agrupaciones

En cuanto al ámbito musical, le supuso un acercamiento aún más estrecho con el jazz, gracias a los conciertos de suma calidad a los que pudo asistir y a las jams sesión donde llegó a tocar de un modo regular.

“Allí amplié mi elenco de instrumentos y comencé a tocar la trompeta e interesarme por el saxofón, instrumentos que trabajo desde entonces... También tuve la oportunidad de tocar en la comparsa La gritona donde comencé a vislumbrar las preocupaciones sociales y la lucha que lleva a cabo el arte en Chile, como núcleo de resistencia, contra las políticas asfixiantes de los gobiernos o cualquier corporación que asedie a la población, ya sea de corte colonialista, neoliberalista, patriarcal, racista, entre otros”, comenta esta joven artista, que asimismo tuvo la ocasión de viajar al sur del país y conocer su cultura de la mano de amistades oriundas.

“Chile supuso para mí un lugar más donde sentirme y al cual, en cierto modo, pertenecer. Ahora, en su ausencia, constituye un núcleo poético al cual regresar a través de la escritura”, reconoce la creadora de 'La diáspora de las aves', un poemario editado por Eolas, a la que agradece su trabajo porque, según ella, esta editorial leonesa, comandada por el polifacético Héctor Escobar, les da visibilización a los jóvenes autores.

“El título del libro simboliza mi viaje... como un círculo de eterno retorno, en el que presencia y ausencia se van dando paso, dejando como único tránsito entre sí, la poesía, que nace de la ausencia como presencia per se... Yo ausente o mis múltiples yoes ausentes se fragmentan, no solo en las tres partes del poemario, sino en cada hecho que revela la duda y la incertidumbre. Por ello, el espacio de creación en el que abre grieta mi discurso es el espacio sustraído, en el no-lugar, que es crucial para entender cuando lo repetitivo y habitual por resultar familiar desemantiza, tanto que ese 'unheimlich' espacial nos remite al individual, desde la metafórica fábula de la metamorfosis de Kafka, hasta una pérdida del ser, que anula la presencia y observa su vacío... Refleja la dicotomía, la presencia vivencial, que constituyó el viaje a Chile y aquella otra, el doble de mí que desconocía. La oposición que ya asimilamos con Heráclito, y el juego de poderes entre los hechos dicotómicos de la ausencia y la presencia. De forma anecdótica en mi casa siempre me han llamado golondrina y preferí el término 'diáspora' a 'huida' o 'migración' porque describe la fragmentación del yo, en sus múltiples vivencias ausencias y transformaciones. El ser esparcido en cada uno de los lugares en que se siente”, sostiene Marina Gay, convencida de que se trata de un poemario en el que todo está conectado como la dinámica en una pieza musical.

El viaje como vía de autoconocimiento

“Es un viaje con su preludio, y su regreso al tema principal. Una transición de ausencias... La presencia más potente de la partida implica por lo tanto la ausencia del lugar abandonado. Una ausencia fractal, la ausencia de mi persona en su contexto familiar, entendido como habitual, social... la ausencia de todo aquello que conformaba mi día a día y que iba a ser sustituido por otra realidad, la realidad escogida. Y, paradójicamente, esta ausencia es la que genera de nuevo presencia de mi yo poético”, detalla esta autora leonesa, consciente de la eclosión literaria, de la efervescencia poética que se vive en León, con jóvenes poetas como Alba Flores Robla o Silvia Abad Montoliú, incluso Mareva Mayo, hasta ensayistas como Sergio Fernández Martínez, o bien autores más conocidos como Rafael Saravia o el propio Jorge Pascual, que ahora nos ofrece interesantes proyectos poéticos desde San Sebastián (Donosti).

Confiesa que, siendo una niña, ya escribía poemas, quizá por influencia de su abuelo, que le leía los de Gloria Fuertes. Asimismo, guarda en su memoria afectiva poemas como 'Oscuridad' de Byron o tragedias como 'Antígona'. Y reivindica la narrativa del mexicano Rulfo y las chilenas Diamela Eltit (Premio Nacional de Literatura) y Lina Meruane, o bien la poesía de Góngora y Antonio Colinas, aparte de los ya mencionados Pablo de Rokha, Elvira Hernández y Verónica Zondek.

Como apasionada, tanto de la poesía como de la música, considera que existe una relación biunívoca e indivisible entre ambas disciplinas. Se ha tratado –según ella, erróneamente– en dividir el arte de rapsodas, en poesía y música. “Se trató de asumir que lo escrito podía estar desligado de la música aunque, por mucho que lo intentemos, la curva tonal y la frecuencia de vocales y sonoridad o no de consonantes es ineludible, además de los múltiples recursos fónicos, y se ha tratado de obviar u olvidar el hecho de la narratividad que puede presentar una pieza o un tema sin verbalización vocal. Pero, a todas luces, este intento o tendencia a atomizar las artes, estas dos en particular, y dividirlas como aisladas ha sido poco justificada y nada fructífera”, precisa Marina, que ahora vive en Salamanca, que a ella se le antoja un núcleo de efervescencia cultural, “un reencuentro con el aprendizaje, tanto en materia de investigación en la universidad, como de conocer y compartir inquietudes con mis compañeros. Vivir aquí me aporta, además de un entorno muy bello, un nuevo acercamiento a las letras, en un lugar donde tanta importancia se les da y por supuesto a nivel personal un nuevo 'hogar' donde se están forjando buenas y fructíferas amistades. El hecho de que resalte en cursiva el término 'hogar' viene dado por la concepción vaga de pertenencia exclusiva que guarda el concepto para mí. Tal como asumo esa negación de pertenencia o califico de no-lugar el seno de mi poesía, asumo como abrigo diferentes 'hogares' que solo pueden tener razón de ser en la multiplicidad que los caracteriza como puntos de recalo, puertos a los cuales no pertenezco y pertenezco al mismo tiempo. Esa alternancia, la duda y el movimiento. De ahí el hecho de ser en cada uno de ellos y no ser de forma esencial en ninguno, solo en su retrato escrito o en la escritura de su ausencia”, puntualiza esta creadora, que está trabajando desde hace meses en un nuevo poemario, que espera que transgreda algunas de las leyes literarias y de mesura, “que he transgredido, afortunadamente, en los últimos meses de forma personal”, señala Marina, para quien esta pandemia es un hecho que ya ha ocurrido en la historia, “también en la historia reciente de países no 'primermundistas'”, lo que se debe, a su juicio, por la falta de objetividad, que es consecuencia de pertenecer a nuestro presente y nuestro espacio de 'confort'.

Socialmente, no podemos esperar un gran cambio empático o emocional, pues las grandes corporaciones continúan su línea especuladora y la empatía poblacional no excederá por tanto su concepción individual o social

“Sin embargo, pienso que en materia cultural dará lugar a dos hechos de creación, los coyunturales y, en muchas ocasiones, oportunistas, que sin ningún viso de reflexividad reflejarán el trauma de la pandemia como un mero tema de interés poblacional actual y aquellos en los que, quieran o no, los daños sociales e individuales, que produce esta pandemia, se verán permeados de forma inconsciente como cualquier detalle vivencial y caracterizarán de forma natural su creación en algunos detalles. Socialmente, no podemos esperar un gran cambio empático o emocional, pues las grandes corporaciones continúan su línea especuladora y la empatía poblacional no excederá por tanto su concepción individual o social. No efectuaremos, en muchos casos, lo mejor para el otro, si ello no nos repercute de algún modo positivo a nosotros mismos”, observa Marina, consciente de la precariedad que se está viviendo en el ámbito musical, debido a la ausencia de conciertos y en muchas ocasiones el trabajo en ausencia de contrato. Si bien, ella, por su parte, está retomando el estudio de la trompeta y el saxo, completando estos instrumentos con clases de armonía y piano.

“Esperando que pase la batalla pandémica y los meses de estrés estudiantil para poder continuar con los proyectos de musicalizar algunos de mis poemas y retomar conciertos”.

Entrevista breve a Marina Gay Ylla

“Escribir, como tocar, tiene la facultad de embellecer a tal grado los hechos nocivos o traumáticos que permite disfrutar de modo artístico de lo grotesco y el daño”

¿Qué libro no dejarías de leer o leerías por segunda vez?

'Los gemidos' de Pablo de Rokha.

Un personaje imprescindible en la literatura (o una persona en la vida).

Orfeo es una figura indispensable como marca mitológica de la estrecha unión entre música y poesía/ literatura.

Un autor o autora insoportable (o un libro insoportable).

El capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte.

Un rasgo que defina tu personalidad.

Inquietud en diferentes planos.

¿Qué cualidad prefieres en una persona?

Depende de la profundidad del vínculo y el ámbito que me ligue a dicha persona, en todo caso la responsabilidad afectiva en sus distintos grados me parece indispensable en cualquier relación humana y, desgraciadamente, escasea.

¿Qué opinión te merece la política actual? ¿Y la sociedad?

Pienso que debemos estar muy atentos a la historia, pues de situaciones adversas los buitres suelen hacer festín y de la precariedad contextual se aprovecha la xenofobia, el racismo, el machismo, la aporofobia y la guetificación de clases. Pienso que debemos estar muy atentos para no perder los visos de empatía en estos momentos y pensar con calma y no dejar que avancen fantasmas pasados que en su día tiraban pan de los aviones y hoy día, matando de hambre a jornaleros, dicen defender el campo.

¿Qué es lo que más te divierte en la vida?

Tocar, componer e improvisar, aunque no dejo de lado disfrutar de una buena conversación o socializar, en general.

¿Por qué escribes?

Porque no podría no hacerlo y además lo disfruto. Puede que sin un soporte no lo plasmase sobre el papel pero estaría escribiendo de forma constante en mi cabeza. Escribir, como tocar, tiene la facultad de embellecer a tal grado los hechos nocivos o traumáticos que permite disfrutar de modo artístico de lo grotesco y el daño. Tal como la Bossa Nova, en muchos casos, o el Fado, son expresiones tan magníficas del llanto que te hacen sentir una especie de adicción a su angustia o regusto amargo; la escritura ejecuta una catarsis creativa que se revela en mi mente como una realidad paralela, en la que la belleza resquebraja las heridas que hayas sufrido en el primer plano.

¿Crees que las redes sociales, Facebook o Twitter, sirven para ejercitar tu estilo literario?

Si bien no he ejercitado demasiado la creatividad literaria en redes sociales reconozco su mérito, por ejemplo, en la concisión que exigen algunas de ellas como twitter o Instagram y que pueden resultar muy beneficiosas para la práctica de escritos como el microrrelato, hasta hace poco muy infravalorado.

¿Cuáles son tus fuentes literarias a la hora de escribir?

Los tópicos latinos y griegos se traslucen en mi poesía, pero inevitablemente hay conceptos filosóficos que permean lo que escribo, pues constituyen también mi forma de entender el mundo. Podría resaltar la aleación entre la simbología del 'tardo romanticismo' y el 'malditismo', en los últimos poemas expuestos, con una férrea voluntad de asimilación discursiva de autores hispanoamericanos como Juan Rulfo, y también en su corriente vanguardista que me vincula a la experimentación.

¿Escribes o sigues algún blog con entusiasmo porque te parezca una herramienta literaria?

No escribo ni consulto ninguno, por el momento, de forma frecuente pero sí los considero útiles para visibilizar y estabilizadores de lo que el gran mercado editorial ofrece.

Una frase que resuma tu modo de entender el mundo.

La poética se encuentra en la grieta que la observa.

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