Ismael Beiro visita el San Francisco con su espectáculo 'Beiro para creerlo'

Ismael Beiro.

L. Castellanos

Hubo un tiempo en que Gran Hermano fue un “experimento sociológico” (o al menos eso decía la Milá), la casa de Guadalix de la Sierra era una comuna y hasta los periódicos serios y los pensadores de este país se hacían eco de las andanzas de sus pobladores, esos que lanzaban frases a mayor gloria de la memoria colectiva (“¡quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza!”), se comían los mocos y hasta vivían el lance catódico alimentados por cierta ingenuidad y sometidos al escrutinio de miles y miles de espectadores en las barras de los bares y en los cónclaves familiares.

Ese programa sigue sumando ediciones, sus protagonistas andan bastante vírgenes del candor de sus 'hermanos' pioneros (que pronto dejarían atrás al abandonar el claustro) y hace tiempo que alumbra toda clase de miserias para satisfacción de la cuenta de resultados y la alargada brigada 'Mediaset'. De aquella primera edición, estrenada en 2000 (17 años, uffffff), se guardan muchos recuerdos y raro era quien, por hache o por be, no sabía de las andanzas de aquellos bichejos a los que la cámara, sin demasiado pudor, retrataba hasta los recovecos de sus entretelas y la reclusión en 'la casa' (así, artículo más nombre, seña de identidad de las grandes estrellas: la Callas, la Xirgu, la Bernhardt, la Espert...) robaba algún que otro bostezo.

Hubo un ganador de aquella primera edición, un gaditano que acabó siendo cómplice de la entregada audiencia y que puso su gracejo al servicio de la relevancia del programa. Ismael Beiro mantuvo entonces un especial idilio con la cámara gracias a una personalidad arrolladoramente carismática y una inusual capacidad para caer bien a todo el mundo. Ya se sabe. El hijo perfecto, el marido perfecto, el yerno perfecto, el cuñado perfecto... Aunque formado como ingeniero marítimo, pronto descubrió que lo suyo era la televisión y en tal vocación se ha venido aplicando a lo largo de los últimos años. Un grave accidente desaceleró su trayectoria, aunque no la truncó.

Son numerosos los referentes que la jalonan y sitúan en diferentes cadenas, siempre abiertos a nuevas experiencias, como la música (llegó a grabar discos), la radio o el humor. Precisamente en este último territorio conduce sus últimas andanzas y supone la excusa perfecta para darse hoy una vueltecita por León. Desde hace unos años, Beiro se dedica al oficio de monologuista y sus vínculos con la 'stand up comedy' le han permitido abrazar varios espectáculos, uno de los cuales, 'Beiro para creerlo', se deja caer hoy por el Teatro San Francisco.

“Humor de Cádiz, fino, cercano y contagioso. Ismael Beiro trae una apuesta que se basa en su experiencia en televisión donde además la participación del público está presente en todo momento y de la que nadie está a salvo”. Así reza la publicidad de un espectáculo que se guía sobre todo por la simpatía natural que le es propia al gaditano y a la especial facilidad de este para estrechar lazos cómplices con el espectador. Sus relatos miran a la realidad y se benefician de la pasión y la vis cómica que él deposita en ellos, algo que la audiencia (perdón, el público) agradece.

El chico 'guay' de Gran Hermano está hoy en León, sobre un escenario. Fuera prejuicios...

Facebook de Ismael Beiro

Lugar: Teatro San Francisco. A las 21 horas

Día: 27 de enero de 2017

Entradas: 12 euros

Etiquetas
stats