'Flores de sangre sobre la hierba', un poemario de “una mujer que son muchas mujeres” y todas Marta del Riego Anta

La escritora y periodista leonesa Marta del Riego Anta.

Elisabet Alba

La leonesa Marta del Riego Anta, que ha trabajado como periodista de moda y viajes, publicado ya varias novelas y hasta la 'Historia sagrada del Real Madrid', saca su lado más intimista con su primer poemario, 'Flores de sangre sobre la hierba'. La poesía fue su entrada a la escritura cuando tenía 20 años, cuenta a ILEÓN, pero no ha sido hasta ahora cuando su autoexigencia le ha permitido valorar que sus poemas tuvieran la calidad suficiente como para salir a la luz.

“Hace unos años entré como en un trance poético. Acostaba a mi hijo, ponía música y me sentaba a escribir hasta las tantas”, recuerda. La poesía la salvó. “Mi padre acababa de fallecer y yo era incapaz de concentrarme en nada, ni siquiera en leer, mucho menos en continuar con la novela que tenía entre manos” y, resultó que, “solo podía leer y escribir poesía”.

El libro es “una especie de diario de una mujer con raíces rurales. Una mujer que son muchas mujeres: la niña, la adolescente, la adulta madre y la que no puede serlo, la hija y la huérfana… Son sus historias”, define. 'Flores de sangre sobre la hierba' habla, así, de las dos caras de la vida, del deseo y la muerte: “pasa del deseo, de las flores, a la pérdida, a la sangre”. Todas esas mujeres “no son yo, pero en cierto modo todas tienen algo de mí”, reconoce.

Surge de la orfandad, después de perder a su padre tras la muerte de su madre cuando era solo una adolescente. De ese sentimiento “extrañísimo” que te coloca en un lugar “endeble, como si no tuvieras cimientos. Como si una ráfaga de viento pudiera zarandearte y derribarte. No hay a quien mirar por encima, a quien agarrarse, a quien pedir consejo. Eres tú quien tiene que darlo. Te has convertido, por fin, en adulta. Qué libertad, ¿no? Puedes hacer lo que te dé la gana sin dar explicaciones. Pues no, esa libertad duele”.

De su padre, Ángel, que se convirtió en “todo” para ella, en padre y madre, heredó su amor por la tierra, la naturaleza, el río, pasear por el campo y observar el vuelo de las alondras, conversar con los labradores y leer las señales del cielo, que ha volcado en las páginas de su nueva obra. En ellas se ha atrevido, tras su pérdida, a escribir también sobre el deseo femenino que “se silencia como si no existiese”, a cuestionar el “instinto maternal” y poner el foco en la elección de tener hijos o no, de los tratamientos de fertilidad por los que “muchas mujeres, muchísimas más de lo que imaginamos, han pasado”, incluso del aborto.

Cada una de las partes del libro se introduce con una cita de una escritora, como homenaje a todas las mujeres poetas. “A Anne Carson, Alejandra Pizarnik, Ida Vitale… La historia de la literatura la han escrito siempre los hombres, ya es hora de que tomemos el relevo”, sentencia.

Y también hay homenajes particulares, íntimos. “Uno es a Randy Newman, y la gente me pregunta, por Dios, ¿por qué a ese cantautor country estadounidense? Pues porque cuando entraba en esa especie de trance para escribir poesía, ponía una de sus canciones, I´m guilty, en bucle una y otra vez. Supongo que visto desde fuera debía parecer una loca, que se mecía con la música y tecleaba desaforadamente. O a Leopoldo María Panero, que me fascina con su oscuridad, o Claudio Rodríguez, con su luz, a Yeats, a Antonio Colinas…”

Todos sus poemas hilvanados con palabras sencillas, también antiguas, alguna en llionés, “con las que crecía y que han estado susurrándome al oído desde la cuna”. Y apura ya una nueva novela que espera tener lista para el otoño. Mientras tanto, toca disfrutar de las mieles de 'Flores de sangre sobre la hierba', que estará firmando este sábado a las 19 horas en la caseta de la editorial Eolas en la Feria del Libro de León.

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