Escuela Savia, el nuevo proyecto de la leonesa Violeta Serrano para volver a los pueblos, pero de otra manera

Aprender a vivir más despacio en un mundo frenético y buscar la raíz para sanar los dolores de la sociedad actual, eso es 'Escuela Savia', el nuevo proyecto de la leonesa Violeta Serrano, online, creado desde Val de San Román, un pequeño pueblo de la comarca de Maragatería con menos de 100 habitantes y que se puede seguir por Instagram en @escuelasavia.
Savia es naturaleza y escritura, porque “escribir hoy es una revolución y una resistencia en un mundo veloz, que te obliga a parar, a analizar y a hacer las cosas a otra velocidad, tanto para el que construye la historia como para el que se para a leerla”, y qué mejor lugar para hacerlo que en el que fue el huerto de sus abuelos y con vistas al Teleno, donde ha levantado su nuevo hogar.
Ella sabe como nadie lo que es abandonar la tierra. Con apenas 17 años dejó la casa de sus padres para estudiar en la universidad. “Me quería ir de aquí porque me parecía que esto era un sitio del que había que huir” y “me fui a Barcelona”. Estuvo un año en Francia “y luego me fui a Buenos Aires buscando desafíos y buscándome a mí misma”, relata a ILEÓN. “Lo que pasa que, en ese recorrido, creo que cuanto más te alejas de tu raíz, y empiezas a ver con perspectiva, te das cuenta de lo importante que es y de lo que la necesitas para estar en eje, aunque también creo que si no te vas es difícil verlo”.
Serrano lo vio, “de casualidad”, y volvió. La declaración de la pandemia de coronavirus COVID-19 la pilló de visita. “En 2020 yo todavía estaba en Argentina y me vine veinte días para dar una conferencia que era el 18 de marzo en Logroño”, pero el confinamiento domiciliario la obligó a quedarse, “y empecé a sentir que lo único importante era la conexión con la tierra, porque en un momento en el que todo se paró fue como 'bueno, tenemos una tierra y esto nos va a alimentar en caso de cualquier cosa'. Me pareció fuertísimo pensar en qué habría pasado si llego a estar en Buenos Aires, en mi piso, 'porque si cierran el supermercado qué hago, ¿planto en la baldosa?' Nos hemos desconectado realmente de lo importante”, recuerda a este medio en la que hoy es su casa, que ha erguido sobre lo que un día fue un campo de trigo.
“Hoy vives en la ciudad y te gastas un montón de pasta en el supermercado para comprar cosas que no saben a nada. Nos están engañando un poco, ¡y nos están robando! Es un cambio sistémico. Si realmente empezáramos a cambiar las cosas a lo mejor nos plantearíamos por qué seguimos diciendo que sí, como todas las revoluciones”, expone. Esa precisamente es la pregunta de fondo que hay detrás de todo lo que hace, en su literatura, en los ensayos, en su forma de entender y ejercer la política y, también, en Escuela Savia: “¿Por qué seguimos haciendo algo que nos está dañando?”.
“Escuela Savia es un proyecto que nace después de una crisis muy fuerte”, tras su paso por política, en el que luchó por “reivindicar estas zonas como lugares de futuro en las que todo tipo de personas, pero sobre todo las personas jóvenes, pudieran tener esperanza y no frustración. No de una manera en la que haya que reivindicar las zonas rurales frente a las urbanas, sino generar una comunicación y un equilibrio virtuoso entre las dos”.
“Savia, de hecho, es un poco eso”, reconoce. “Tiene una parte de aquí, porque se hace desde aquí”, desde el rural, “pero tiene una pata online muy importante buscando a ese público que siente que algo le pasa, que algo no va bien y que tantas veces he visto en las ciudades y que puede ver a través de esto otra forma de vivir. Cristalizar, al fin y al cabo, mi propósito político en herramientas tangibles que puedan ayudar a otras personas”.
Qué es Escuela Savia
“Cuando decido volver de Argentina vengo aquí, a la antigua huerta de mis abuelos”, y en ella volvió a hundir sus raíces en su tierra. “Quién me iba a decir de niña, que tantas veces jugué aquí, que haría justamente aquí mi casa unos cuántos años después”, relata, perfectamente consciente de que “no podría tener una casa así en una ciudad grande como Madrid o Barcelona, pero tampoco en León”.
Pero su discurso va más allá de volver a llenar los pueblos, “a estos lugares no solo hay que venir de una manera contemplativa, sino que también hay que hacer y, por eso, decidí emprender, que creo que es lo que se puede y se debe hacer en estas zonas, con más posibilidades que si tienes que pagar un alquiler imposible”.
Savia es eso, una manera de intentar ayudar a los demás “después de haber aprendido yo a salir de esas crisis existenciales, que yo creo que todos tenemos, si nos atrevemos a mirar de frente lo que nos pasa y enfrentarnos”. El proyecto, que une la naturaleza desde donde se hace y la escritura -“que es lo que yo soy”-, tiene tres patas: un Club, una Escuela y un Ágora, para cualquier mente inquieta, y además de un servicio de consultoría para escritores.
En principio es únicamente online, para empezar, con la idea de tratar de hacer encuentros presenciales a futuro: “Para que la gente pueda venir y conocer esta zona que es tan mágica”.

El Club empezó en febrero y es un ejercicio transformativo en el que cada mes se lanzará un tema distinto y cada semana se abordará desde un punto de vista. Para ello, se proponen cuatro elementos, uno por semana. El elemento fuego es una lectura o una película, algo que haga pensar en el tema. El elemento tierra es el podcast 'Desde la raíz' en el que Violeta Serrano conversa con su padre poniendo de relieve las diferencias abismales que se encuentran en el diálogo intergeneracional, sin que hayan pasado tantos años. El elemento agua es la creatividad, la creación, y consiste en un ejercicio creativo en el que cada uno reflexionará sobre su propia vida, sin que haga falta ser escritor profesional. Y el elemento aire son unas “meditaciones poéticas, para integrar todo lo que se ha hecho en el mes”.
“Estoy planteando una segunda opción de Club”, valora, para cubrir “una necesidad que veo muy importante en todas estas zonas rurales”, y es hacer un Club de lectura online, “para poder unificar a tanta gente desperdigada en tantos pueblos. Hacer algo más sencillo para conectar a la gente. Estamos como aislados y si nos conectáramos veríamos que tenemos muchas cosas en común y está muy bueno tejer eso”.
Por otro lado está la Escuela, que ha empezado este mes de marzo. “En la Escuela hay cursos online, que los compras y los puedes hacer a tu ritmo, cuando quieras, durante el plazo de tres meses”. Cada uno con su 'guía savia', docentes especializados en diferentes áreas: “hay un curso que se llama 'Sembrar luz, tu voz como semilla' para tomar la vida como materia creativa, que hace Macarena Trigo, una actriz, poeta y narradora muy buena y poco conocida. Va a haber otro sobre cómo convertir una idea en libro y cómo llegar con esos libros al público, que lo hace Ana D'Atri, una editora que tiene 40 años de experiencia. Karina Miñano va a hacer un curso de poesía para sanar, sobre cómo la poesía nos puede ayudar en cosas que nos pasan en la vida. Y, luego, yo tendré cursos propios también”, adelanta Violeta, “uno que se llama 'La partera de historias', para crear buenos personajes para armar historias pero, sobre todo, como cápsulas inspiradoras para generar relatos. ¡Y unos cuantos más!”.
Tanto el Club como la Escuela están disponibles a través de una aplicación móvil, para poder llevarlos a cualquier parte y tenerlos al alcance de la mano. “Y, aparte, habrá foros para comunicarte con el resto de alumnos y un juego, con una clasificación y premios”.
La tercera de las patas del proyecto son las Ágoras, encuentros “que quiero hacer en los cambios de estación, justamente por esto de ser consciente de que son momentos importantes que hacen que cada cuatro veces en el año suceda algo que cambia un ciclo”. Serán conversaciones con personas que puedan generar “pensamientos transformadores”, y tendrán carácter gratuito. El primero será el martes 18 de marzo a las 20 horas en España, las 16 horas en Argentina, y será online. “Lo voy a hacer con un argentino que fue maestro mío y el que me dio mi primera oportunidad laboral, Carlos Skliar, es filósofo y poeta, y luego intentaré hacerlos presencialmente en los cambios de temporada hacia el buen tiempo”.
A mayores, Violeta Serrano ha puesto en marcha también un servicio de consultoría sobre libros, este sí que ya enfocado a personas que quieren escribir y necesitan guía, bien “de principio a fin o porque tienen un libro escrito y necesitan una corrección o no saben qué hacer con ese libro...”
Una propuesta para volver a los pueblos, pero de otra manera
Escuela Savia es, al fin y al cabo, una propuesta para volver a los pueblos, pero de otra manera. “Yo siempre he sido muy reivindicativa y muy rebelde” y, por ese motivo, ha nacido un proyecto fuera de lo convencional y que pretende luchar contra lo establecido.
“Creo que es posible vivir en los pueblos de otra manera y tejer redes. Posiblemente no es la vida que habíamos imaginado, pero no tiene por qué ser peor. Tenemos que hacer el trabajo de reimaginarla. Es un cambio de paradigma, algo revolucionario. El problema es que, justamente porque es revolucionario, lo que vi dentro de cierta política es que no se quiere hacer”, por eso se apartó de unas siglas que dejaron de representarla.
No obstante, su etapa más políticamente activa le enseñó muchas cosas. Durante la campaña electoral tomó conciencia de que “cuando caminas por estas zonas y escuchas a la gente, ves mucha frustración, mucho dolor y mucho olvido. La gente se siente fatal, tiene la autoestima fatal por el simple hecho de ser de aquí. Y después, cuando viajaba a Madrid, la gente también estaba rota”. En su nueva forma de vida, centrada en la naturaleza y la escritura, vio “una salida” a todo eso que la oprimía a ella igual que a tantos otros, y advierte que “voy a seguir luchando por ella”.
De Argentina ya había traído en la maleta el aprendizaje de “caerme y levantarme, que aquí se nos ha olvidado un poco porque llevábamos más o menos cuarenta años de prosperidad”, en la que “crecimos en una época en la que nos preguntaban qué queríamos ser y, de repente, ahora no se puede elegir otra vez. Nuestra generación es una generación muy educada en el deseo de lo que realmente queríamos y esa frustración está ahí”, y genera “mucho miedo, mucha incertidumbre y muchos monstruos”, pero que “también es una oportunidad de volver a pensar las cosas de otra manera”.
Y maneras habrá muchas, pero la de Violeta Serrano es “¡hacerte savia!” Para “reequilibrar lo que está pasando”, porque “para mí es la única salida transformadora a este caos”.