Investigan aspectos relacionados con la inteligencia emocional
Mientras que hace 30 años las empresas tenían en cuenta la inteligencia como el principal criterio para la selección de sus trabajadores, hoy en día este modelo está superado y las empresas buscan otros valores para sus empleados. Estos criterios están relacionados con la inteligencia emocional, un campo de investigación en el que trabaja el Grupo de Ingeniería y Gestión Responsable de la Universidad de Burgos (UBU). Según ha explicado a DiCYT el profesor Miguel Ángel Camino, quien impartirá una conferencia al respecto a partir de las 20 horas de hoy en el Círculo de la Unión de Burgos, se trata del paso de un modelo basado en el coeficiente de inteligencia a un modelo centrado en el concepto de coeficiente de servicio.
“Se están produciendo cambios en términos sociales y personales en nuestros niños y jóvenes, en los problemas que encuentran ahora nuestros universitarios y los que tienen cuando se titulan”, detalla el experto, quien recuerda que hace algunos años se insistía en que “cuanto más difícil era la carrera mejor trabajo se iba atener”, así como en el esfuerzo para sacar una oposición.
En la actualidad, prosigue, la situación ha cambiado, “primero porque ahora pueden hacer una carrera difícil o esforzarse para una oposición y tampoco encontrar trabajo”. Así, los jóvenes “tienen que hacer algo para mejorar”, y en este sentido es determinante saber qué quieren las empresas. “Cuando hablamos con directores de recursos humanos lo que buscan ya no es solo el coeficiente de inteligencia”, también cualidades como “el entusiasmo o iniciativa, algo que no viene en el curriculum”, subraya. Durante la conferencia, Camino incidirá “en las cosas que hay que tener si no se tienen, o mejorar si ya existen, porque es lo que las empresas van a reclamar a los jóvenes”.
Como recuerda, desde hace 25 años en Estados Unidos se viene insistiendo en que estas cosas además “mejoran la calidad de vida”, por lo que es importante concienciar no solo a los jóvenes, también al resto de personas. Por ejemplo, apunta, es necesario saber qué cosas originan enfado como primer paso para poder controlarlo. El control del enfado, a su juicio, es clave “para vivir mejor”, al igual que la honestidad. “Queremos tener hijos o amigos honestos, persuasivos, que sepan convencer a la gente, confiables, y esto que busca todo el mundo es también lo que quieren las empresas”, insiste.
Coeficiente de servicio
En la misma línea, señala, hay una parte de la personalidad nos viene dada, pero otra que se desarrolla, y una actitud que es la orientación a servicio. El grupo de investigación de la Universidad de Burgos ha establecido un parámetro denominado coeficiente de servicio a través del cual se quiere llegar a medir la valoración que tienen los demás de una persona a nivel servicial. “Hay que buscar el buen servicio en la administración, en las empresas, en las asociaciones, y estoy convencido de que con ello se va a ganar en profesionalidad y en buen trabajo. También hay que mentalizar a la sociedad de que cada vez que se hace un servicio hay que evaluarlo”, subraya.
En su opinión, “las cosas pueden mejorarse cuando se saben”. “Al igual que un trabajador cuando hace algo bien se le dice, cuando hace algo mal también debe decirse, porque a lo mejor no lo sabe y tiene derecho a mejorar”, añade.
Una vez conocidos los valores en los que hay que mejorar y la posibilidad de calcular el coeficiente de servicio, el paso siguiente es conseguirlo. “Hay formas de conseguir que los trabajadores sean más honestos, entusiastas, optimistas o confiables. Desde luego que una persona antipática nunca podrá llegar a contar un chiste, pero sí puede no ser desagradable, eso sí se puede mejorar. Nuestra mente es hábito y si consigues, por ejemplo, no preocuparte por las cosas en las que no puedes hacer algo, eso te va a sentar bien”, concluye.
Junto a su equipo de investigación, el profesor Miguel Ángel Camino ha publicado diversos artículos en revistas científicas sobre la influencia del alcohol en la mortalidad laboral y sobre otros riesgos laborales. En la actualidad se encuentran investigando sobre la influencia de la crisis económica en la accidentalidad laboral así como en el estrés como riesgo laboral y las herramientas para combatirlo.
