Científicas leonesas para cambiar la historia: “No es cuestión de falta de talento, sino de oportunidades”

Las mujeres han sido clave en el avance del conocimiento científico a lo largo de la historia, aunque sus contribuciones han sido, en demasiadas ocasiones, invisibilizadas. A día de hoy, la brecha de género en la ciencia y la tecnología sigue siendo una realidad, con menos mujeres en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y con obstáculos que dificultan su acceso a puestos de liderazgo.
El 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, no sólo es una fecha para celebrar los logros de las científicas, sino también para reflexionar sobre los retos pendientes. Fomentar vocaciones científicas en niñas y jóvenes, derribar estereotipos y garantizar la igualdad de oportunidades son pasos esenciales para construir un futuro donde el talento no tenga género. Y hablando de talento, nos hacemos eco de mujeres leonesas con perfiles muy diversos en la ciencia para dejar claro que con constancia y el apoyo adecuado se puede cambiar la historia.
Blanca Roa Escobedo

Blanca Roa Escobedo, Associate Manager Software Engineering en DXC Technology, es una de las profesionales que han consolidado su carrera en el sector tecnológico, un ámbito en el que la presencia femenina ha sido tradicionalmente minoritaria. Con formación en Ingeniería Informática por la Universidad de León, ha recorrido un camino marcado por la gestión de proyectos tecnológicos de gran escala, desde la Administración Electrónica hasta la banca digital.
No es cuestión de falta de talento, sino de oportunidades para cambiar los prejuicios
Su carrera comenzó con prácticas en el Diario de León, donde desarrolló su proyecto final de carrera, obteniendo Matrícula de Honor. Sin embargo, los inicios laborales la llevaron fuera de su ciudad natal, comenzando en Valladolid y regresando a León cuando surgió la oportunidad. Ha trabajado en empresas como Mnemo y HP, que posteriormente pasó a formar parte de DXC Technology, donde lleva más de 13 años en proyectos para CaixaBank. Actualmente, lidera equipos de desarrollo en la evolución de la web y la app de CaixaBank, participando activamente en la transformación tecnológica de la entidad. Su trabajo abarca desde la gestión y supervisión de equipos de desarrollo hasta la colaboración en análisis técnicos y funcionales.
Sobre el papel de la mujer en la ciencia y la tecnología, Blanca señala que, aunque históricamente las mujeres han desempeñado un papel fundamental, durante mucho tiempo su presencia en estos ámbitos fue reducida. “En mi clase de la universidad creo que no llegábamos a 10 alumnas”, recuerda, reflejando una realidad que ha ido cambiando en los últimos años. “Por supuesto, no es cuestión de falta de talento, sino de oportunidades para cambiar los prejuicios”. Su visión del futuro es optimista: “Creo que poco a poco estamos consiguiendo que las mujeres en la ciencia y la tecnología tengamos más oportunidades de demostrar lo que podemos hacer, lo que augura un futuro prometedor”. Desde su experiencia, Blanca Roa es un ejemplo de cómo el talento y la perseverancia abren puertas en un sector donde la presencia femenina sigue en crecimiento.
Carmen Robles Hernández

Carmen Robles Hernández, Geospatial Team Lead en Technosylva, es una de las figuras destacadas en el ámbito de las geotecnologías aplicadas a la gestión ambiental. Con más de 15 años de experiencia, se ha especializado en el uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG) y teledetección, herramientas clave en la toma de decisiones sobre el territorio. Su trayectoria combina la investigación, la docencia y el liderazgo de proyectos innovadores, con un foco especial en la prevención y manejo de incendios forestales.
La visibilidad y reconocimiento del trabajo femenino inspirará a nuevas generaciones a adentrarse en esta disciplina
Formada en Ciencias Ambientales por la Universidad de León y con másteres en SIG y Teledetección, su conocimiento abarca desde el procesamiento de imágenes satelitales hasta el análisis de datos LiDAR. Actualmente, en Technosylva, lidera un equipo técnico especializado en cartografía y modelos de combustibles para la gestión del riesgo forestal, contribuyendo al desarrollo de soluciones avanzadas para la conservación del entorno.
“El sector ha experimentado un avance notable en los últimos años, aunque aún enfrenta desafíos significativos”, señala la experta. Sin embargo, su visión del futuro es optimista: “A medida que las herramientas geoespaciales se vuelven más relevantes para la gestión ambiental, la presencia de mujeres en este ámbito también crecerá. La visibilidad y reconocimiento del trabajo femenino inspirará a nuevas generaciones a adentrarse en esta disciplina”. Con su trabajo, Carmen Robles no sólo aporta innovación al ámbito geoespacial, sino que también abre camino para que más mujeres se sumen a la revolución tecnológica aplicada al medio ambiente.
Macarena Ortega Pardo

Macarena Ortega Pardo, QA Data Technical Lead en Technosylva, es una profesional con una trayectoria multidisciplinar que combina la ingeniería, la investigación y la gestión de incendios forestales. Con formación en Ingeniería de Montes e Ingeniería Técnica de Obras Públicas, completó su especialización con un máster interuniversitario en Incendios Forestales: Ciencia y Gestión Integral (Máster FUEGO) y actualmente se encuentra finalizando su tesis doctoral. A lo largo de su carrera, ha trabajado como investigadora en proyectos nacionales y europeos, participando en grupos de investigación internacionales y publicando en revistas científicas de alto impacto. Su experiencia práctica en la lucha contra incendios se consolidó tras varios años en INFOCA, el dispositivo de extinción de incendios forestales de Andalucía.
En Technosylva, su labor se centra en garantizar la calidad de los datos utilizados en soluciones tecnológicas para la prevención y gestión de incendios forestales. Su equipo se encarga de que la información sea precisa, consistente y confiable, permitiendo a los clientes tomar decisiones clave para proteger vidas humanas y salvaguardar los bosques.
¡Tenemos mucho que aportar, así que, bienvenidas chicas!
Sobre la presencia de la mujer en la ciencia y la tecnología, Ortega subraya que las capacidades de una persona dependen más de su formación, experiencia y personalidad que de su género. Sin embargo, destaca que “las mujeres solemos aportar una mayor capacidad de empatía, planificación y organización, un enfoque detallista y meticuloso clave en el área de la investigación y una destacada gestión emocional”. Los datos, según explica, reflejan un reto aún pendiente: “Las mujeres constituimos el 42% del personal investigador en España, pero este porcentaje se reduce al 31% en el sector empresarial. Además, sólo el 20% de los ingenieros en nuestro país somos mujeres”. Para Ortega, el gran desafío es aumentar la presencia de ingenieras investigadoras en el sector privado, donde aún existe una brecha considerable.
A pesar de los desafíos, su mensaje es de motivación y confianza en el futuro: “El futuro de la ciencia y la tecnología necesita más mujeres capacitadas y motivadas para impulsar el desarrollo, la innovación y el progreso de la sociedad. Con nuestras ideas y esfuerzo, podemos contribuir significativamente a crear soluciones que mejoren la vida de todos. ¡Tenemos mucho que aportar, así que, bienvenidas chicas!”.
Natalia Alcoba Alonso

Con 17 años de experiencia en Tecnosylva, Natalia Alcoba Alonso, Developer Manager, ha construido su carrera en el sector tecnológico, un ámbito en el que la presencia femenina sigue siendo minoritaria. Graduada en Ingeniería Informática, actualmente lidera un equipo de 12 desarrolladores encargados del diseño y mantenimiento de aplicaciones para agencias forestales, herramientas clave en la gestión y prevención de incendios.
No me gustaría que, en nuestro esfuerzo por derribar estereotipos, estemos generando el efecto contrario
A lo largo de su trayectoria, ha sido testigo de la brecha de género en el sector STEM, especialmente en su área, donde la representación femenina es baja. “En Ingeniería Informática, solo el 15% de las matriculaciones son de mujeres, y en mi empresa, de 50 desarrolladores, sólo somos dos”, explica. No obstante, observa un crecimiento en la participación femenina en la industria tecnológica, especialmente en campos como el desarrollo web, móvil, inteligencia artificial y análisis de datos, así como una mayor presencia en puestos de liderazgo.
Si bien reconoce la importancia de fomentar vocaciones científicas en niñas, Alcoba plantea una cuestión fundamental: “No me gustaría que, en nuestro esfuerzo por derribar estereotipos, estemos generando el efecto contrario. ¿Les estamos diciendo qué carreras les debería gustar? ¿Les estamos añadiendo una presión extra si no eligen una carrera STEM?”. Su reflexión invita a pensar en la necesidad de garantizar la libertad de elección sin convertir la promoción de las ciencias en una imposición, asegurando que el mensaje sea inclusivo y respetuoso con las distintas vocaciones.
Blanca César Caballero

Desde pequeña, Blanca César Caballero, Coordinadora de Control de Calidad en el área de Materias Primas en mAbxience, soñaba con ser científica. Su curiosidad por la investigación la llevó a estudiar Biología en la Universidad de León, donde exploró distintas ramas de la ciencia a través de prácticas en laboratorios clínicos, veterinarios y de alimentación. Su primer contacto con la industria farmacéutica llegó tras cursar un máster en Producciones Universitarias, que le abrió las puertas a un sector en el que rápidamente encontró su vocación.
Es crucial que las niñas y jóvenes sepan que el futuro de la ciencia también es femenino y que tienen un espacio en él
En 2019, comenzó su trayectoria en mAbxience como analista de Control de Calidad, y en pocos años ascendió a técnico y posteriormente a coordinadora. Su rol actual combina gestión, liderazgo y supervisión técnica, asegurando que los procedimientos se realicen con los más altos estándares. Además, ha desarrollado habilidades en idiomas y técnicas analíticas, consolidando su crecimiento dentro de la compañía.
Para Blanca, la presencia femenina en la ciencia es clave: “Es importante contar con ejemplos y referentes que demuestren que las carreras STEM no solo son una opción viable, sino también apasionante”. Destaca el alto porcentaje de mujeres en mAbxience y la existencia de oportunidades reales para avanzar en la industria. Su mensaje es claro: “Es crucial que las niñas y jóvenes sepan que el futuro de la ciencia también es femenino y que tienen un espacio en él”.
Ana Margarida Almeida

Desde pequeña, Ana Margarida Loução Gomes de Almeida, Team Leader de Desarrollo Analítico en mAbxience, sabía que quería dedicarse a la ciencia y la salud, aunque descartó opciones como medicina por su aversión a la sangre. Su camino quedó claro cuando, por casualidad, una amiga le habló de su experiencia en una farmacia. Desde entonces, decidió estudiar Farmacia y Ciencias Farmacéuticas, donde destacó por su facilidad para el trabajo en laboratorio.
Las mujeres seguirán desempeñando un papel esencial en este camino
Su experiencia internacional comenzó con un Erasmus en Londres, donde trabajó en investigación y desarrollo farmacéutico. Más tarde, consiguió una beca que le permitió continuar investigando durante un año, lo que la llevó a iniciar un doctorado. Sin embargo, cuando le surgió una oportunidad en la industria farmacéutica, decidió dejar la academia para centrarse en el desarrollo de medicamentos genéricos, un sector en el que trabajó durante 11 años antes de trasladarse a León. En mAbxience, lidera el equipo que desarrolla y optimiza los métodos analíticos para caracterizar biosimilares, asegurando que cumplen los estándares de calidad antes de su producción. Su trabajo es esencial, ya que “somos los 'ojos' que supervisan todo el proceso y nos aseguramos de que los productos sean seguros y eficaces antes de su lanzamiento”.
Ana Margarida cree firmemente en la importancia de la diversidad en la ciencia: “Necesitamos nuevas generaciones con ideas frescas, diferentes enfoques y creatividad para seguir innovando”. Considera que las mujeres aportan habilidades clave como la organización, la multitarea y el liderazgo, fundamentales para el éxito de los proyectos científicos. Su visión del futuro es optimista: “Estoy convencida de que las mujeres seguirán desempeñando un papel esencial en este camino”.
María Ángeles Castro Sastre

Doctora en Ciencias Químicas y profesora en la Escuela de Ingeniería Industrial, Informática y Aeroespacial de la Universidad de León, además de directora de la Unidad de Cultura Científica y de Innovación (UCC+i). Con más de 25 años de trayectoria en la Universidad de León, su carrera ha estado marcada por la investigación, la docencia y la divulgación. El interés de Geles, como la conocen sus compañeros, por la ciencia comenzó en la Universidad de Valladolid, donde estudió Química. Fue allí donde descubrió su pasión por la investigación al colaborar en estudios sobre contaminación de suelos.
Su carrera ha sido un constante ir y venir entre la academia y la industria. Su tesis doctoral, centrada en la detección de trazas de arsénico en aguas complejas, la llevó a investigar en la Universidad de Strathclyde, en Glasgow, y a obtener el grado de Doctora cum laude con Mención Europea en 2006. Desde entonces, su labor ha estado ligada a la caracterización de materiales, la fabricación aditiva (impresión 3D) y la innovación en procesos industriales. Como miembro del grupo de investigación TAFI (Tecnologías Avanzadas de Fabricación e Inspección), ha trabajado en proyectos con universidades de toda Europa y ha dirigido dos tesis doctorales, además de publicar más de 30 artículos científicos.
Es vital trabajar desde la formación para despertar vocaciones científicas en niñas y jóvenes, mostrándoles que la ciencia está al alcance de todos y que su talento puede marcar la diferencia
Pero su pasión no se limita solo al laboratorio. Su papel en la divulgación es clave, organizando eventos como la Noche Europea de los Investigadores y la Semana de la Ciencia en Castilla y León. Desde su papel como docente, siente una gran responsabilidad en ser un referente para las nuevas generaciones. Para Geles, el futuro de la ciencia debe ser inclusivo y equitativo, donde hombres y mujeres trabajen juntos en igualdad de condiciones. “Esta transmisión debe ser compartida y vivida en igualdad junto a sus compañeros de clase, promoviendo una visión inclusiva donde todos, sin distinción de género, trabajen juntos para construir un mundo científico más diverso y equitativo”, asegura. A pesar de los avances en la incorporación de la mujer a la ciencia, Castro Sastre reconoce que todavía hay obstáculos que superar. “Si bien hemos avanzado en la inclusión y visibilidad de las mujeres en este ámbito, todavía enfrentamos retos que requieren un esfuerzo conjunto para derribar estereotipos y barreras históricas. Es vital trabajar desde la formación para despertar vocaciones científicas en niñas y jóvenes, mostrándoles que la ciencia está al alcance de todos y que su talento puede marcar la diferencia”, defiende con convicción.
Castro Sastre no sólo trabaja en el laboratorio o en las aulas, sino que dedica una gran parte de su tiempo a la divulgación científica, especialmente en zonas rurales. Como vicepresidenta de la Asociación ACienciAcierta, organiza talleres y actividades para acercar la ciencia a niñas y niños de pueblos como Laguna de Negrillos, su tierra natal. Además, participa activamente en programas STEM, impulsando la presencia femenina en áreas como la ingeniería y la tecnología. En su opinión, las niñas y jóvenes necesitan referentes visibles, algo que todavía falta en muchos sectores científicos y tecnológicos. “Si no ven mujeres en estos campos, difícilmente se imaginarán a sí mismas en ellos. Es esencial que las investigadoras tengamos presencia, no sólo en las universidades, sino en los medios, en los colegios, en la sociedad”, recalca.
En este 11 de febrero, su mensaje es claro: más mujeres en la ciencia no sólo es posible, sino imprescindible. Y la clave está en la educación, la visibilidad y el compromiso de toda la sociedad.