UGT denuncia que el 'cerebro' de Caja España queda sin apenas seguridad por siete despidos

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C.J. Domínguez

Desde el 1 de enero, el edificio de Servicios Centrales de Caja España en El Portillo, que alberga el ordenador central de esta entidad financiera, ha quedado sin apenas seguridad. Así lo denuncia el Sindicato Provincial de Servicios de UGT (Fes-UGT) en un comunicado en el que critica con dureza que el Grupo Unicaja haya pasado a prescindir de un total de siete agentes de seguridad privada, dejando sólo cinco operativos, aprovechando el cambio del contrato de la empresa Prosegur y Securitas.

“Hasta el 31 de diciembre se encontraban trabajando un total de 12 vigilantes de seguridad y a partir del 1 de enero sólo quedan cinco vigilantes de seguridad y tres auxiliares que no están autorizados por la Ley de Seguridad Privada para poder realizar labores de vigilancia, protección, control de accesos y mucho menos en una entidad bancaria”. Una situación que ha provocado la formalización de una denuncia ante la Subdelegación del Gobierno en León el pasado 30 de diciembre, debido a que “el edificio que alberga el ordenador central de la entidad y donde se encuentran trabajando en la actualidad 280 personas, queda totalmente desprotegido”.

El responsable sectorial de Seguridad Privada de UGT, Gregorio Fernández, recuerda que “los siete vigilantes de seguridad que quedan en la calle llevan 25 años trabajando por y para la entidad y en un plazo de menos de 72 horas Unicaja ha tomado la decisión de prescindir de estos trabajadores sin darles la opción de que pudiesen ser recolocados, e incluso poniendo en riesgo la seguridad del edificio y la protección de sus empleados”.

Fernández va más allá y establece una comparativa de las decisiones laborales que se están adoptando en otras provincias, resaltando que “en los servicios centrales de Salamanca y Valladolid no hay recortes de seguridad privada”, por lo que a su juicio “la lectura es muy sencilla: León acabará cerrando las puertas”.

Por último, UGT lamenta que llevan dos años intentando mantener reuniones con responsables de Unicaja pero “la entidad sigue dando largas, reduciendo plantilla”, impulsando “probablemente otro ERE que afectará a 400 trabajadores, cerrando sucursales, y sin contar para nada con los agentes sociales y mucho menos con los empleados”.

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