“La primera estrategia para superar la anorexia es no focalizar la preocupación en la comida”
Montse Sánchez Povedano, Licenciada en Psicología y Fundadora y Directora General del Instituto de Trastornos Alimentarios de Barcelona y Presidenta de Fita (Fundación Instituto de Trastornos Alimentarios) es la encargada de inaugurar, esta tarde a las 20.00 horas, la presentación oficial de la Asociación para la Prevención y Ayuda de los Trastornos del Comportamiento Alimentario (Apatca).
Su charla, en el salón de actos del Ayuntamiento de León, está dirigida a la población en general y tratará la importancia del ámbito familiar como principal prevención de estas enfermedades.
¿Por qué la familia es fundamental para prevenir los trastornos alimentarios?
El objetivo es hacer al joven menos vulnerable y más fuerte frente a la presión de la sociedad, de la moda y de los medios de comunicación, aunque no siempre son los culpables. La familia juega un papel fundamental como factor de protección, al margen de la escuela, ya que adapta los estilos y los hábitos de vida del adolescente.
Los factores más importantes a tener en cuenta...
Que la familia potencie hábitos de vida saludables como alimentación y deportes; que ensalce la autoestima del joven con un estilo educativo adecuado regido por límites y normas y basado en el respeto hacia los demás, también escuchando a los niños y fomentando la comunicación entre los miembros del núcleo familiar. Además es muy importante un adecuado manejo de las emociones y la potenciación del desarrollo de una imagen corporal adecuada. Con la ayuda de la escuela los padres deben enseñar a los niños a tener una visión y actitud crítica hacia los medios de comunicación y hacia la sociedad, rechazando, por ejemplo, el culto a la delgadez.
¿Cómo evidenciar estos síntomas en una edad tan problemática como la adolescencia?
Hoy en día los jóvenes están muy distanciados de los adultos, cuesta mucho más controlarlos que hace 20 años. Pero es imprescindible no perder la atención durante la adolescencia. No se trata tan solo de un aspecto físico, los trastornos alimentarios no solo se manifiestan con la delgadez, sino que los vómitos, los atracones de comida, se pueden producir en personas con un peso normal.
Los trastornos alimentarios no solo se manifiestan con la delgadez, sino que se pueden producir en personas con un peso normal
¿Otros indicadores?
El estado de ánimo, emocional y las conductas atípicas a la hora de las comidas: falta de apetito, aislarse para comer en soledad, evitar las comidas familiares, encontrar restos de comida en la habitación. Otros factores son los cambios de ánimo repentinos, la irritabilidad, insatisfacción con su cuerpo...
¿Cual es el perfil de un chico o chica que sufre estos trastornos?
No existe un patrón sicológico, pero lo padecen personas con una fuerte vulnerabilidad personal. También están relacionados al miedo a madurar y a una sobre sensibilidad crítica. Suelen ser jóvenes perfeccionistas, con baja autoestima y muy dependientes a lo que los demás piensan de ellos.
Además están en aumento...
Sí. Se registra un 6% de enfermos en la población adolescente (desde los 12 hasta los 23 años). En la actualidad el número de casos de bulimia es muy superior al de los de anorexia. Los datos reflejan que se han duplicado también los casos en varones: existen dos niños con trastornos de conducta alimentaria por cada diez niñas, y las edades cada vez son más tempranas, comenzando en algunos casos a los 8 ó 9 años.
¿Dónde se debe acudir tanto si eres un enfermo como si conoces a alguien que padezca la enfermedad?
Debes acudir a una unidad especializada. Es necesario que el enfermo venga atendido por un profesional que sepa atender este trastorno, se necesita una atención muy concreta y precisa.
¿Cómo se debe actuar con un joven que padece una enfermedad de trastorno alimentario? ¿Que tipo de actuaciones debemos evitar?
Es muy difícil, porque se trata de enfermedades que, al inicio, te hacen sentir bien, ya que proporcionan seguridad. La primera estrategia a seguir es no focalizar la preocupación en la comida y en el peso. Hay que abordar el problema con temas afectivos y de estabilidad emocional señalando al enfermo que la gente se está dando cuenta de que no está bien. El primer paso para superarlo es que el paciente lo reconozca.
¿Se supera?
Sí. Es difícil porque afecta a las emociones, a la conducta y al funcionamiento social. Para salir de la enfermedad se requiere ayuda profesional, este es el mensaje que debemos transmitir.