El precio de la leche de vacuno retrocede de nuevo en junio tras un atisbo de recuperación
El precio de la leche de vacuno retrocedió de nuevo en junio tras cinco meses de 2017 en los que se mantuvo estable siempre cerca de los 0,32 euros el litro en Castilla y León. De hecho, la caída es importante, hasta los 0,311, un 1,89 por ciento menos que en mayo y un 2,5 por ciento en relación a enero. Una evolución que deja simplemente en 'atisbo' la recuperación que se había iniciado tras la la puesta en marcha de las medidas incluidas en la plataforma de competitividad del sector hace más de un año. A juicio de la responsable de este sector en UCCL, Adoración Martín, sencillamente “la industria no quiere subir la leche” porque lo que “pasa en el mercado nacional es de juzgado de guardia”.
La cruz de estos datos es que la situación ha llevado al abandono de 33 ganaderos con entregas durante los seis primeros meses del año en la Comunidad, hasta alcanzar un total de 1.210 profesionales. Según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) a los que tuvo acceso Ical, en España desaparecieron en estos seis meses 351 ganaderos de leche (hasta totalizar 14.979).
No en vano, en lo que va de año la evolución ha sido ligeramente peor que la nacional, que ha caído desde los 0,316 de enero a los 0,310 de junio; frente a Castilla y León, donde cayó de 0,319 a 0,311. Si bien es cierto, que la principal bajada se ha registrado precisamente entre mayo y junio, ya que ha caído de 0,317 a 0,311. La Comunidad produjo en el sexto mes del año 74.397 toneladas de leche de vacuno, una octava parte del total nacional.
Martín recordó que cuando en 2016 el precio bajó tanto en España, lo hizo menos que en la Unión Europea (UE). Pero ahora en Europa se mantiene en 0,33 euros el litro, dos céntimos por encima de la media nacional. También alegó que en los mercados la leche sube desde hace semanas en porcentajes del siete por ciento, y la mantequilla lo ha hecho un 100, principalmente a causa de las polémicas desatadas con el aceite de palma. También la nata, que se paga a 250 euros por tonelada. “Los indicadores de mercado están al alza, pero no pagan así en España y Portugal”, denunció Martín.
Se refiere especialmente a los dos países ibéricos, pues informó de que otros estados europeos que son excedentarios, como Holanda, Bélgica e Irlanda, venden por encima de 0,33 euros el litro.
Necesidad de interceder
“Es una vergüenza que el Ministerio de Agricultura no meta mano. Ahora que la leche ya no se utiliza como producto reclamo, como justificaba antes la industria, alega que se ha reducido el consumo un siete por ciento, cuando somos un país deficitario que importa el 30 por ciento”, explicó.
Martín cargó principalmente contra la multinacional francesa Lactalis, “culpable de lo que sucede en España” al ser el principal comprador. “Al sector productor lo está hundiendo”, incidió. Así, recordó que recientemente publicó un comunicado en Francia de que subía de 0,34 a 0,36 euros el pago a los ganaderos franceses. “Esa misma industria está consentida por el Ministerio en España. Lo que paga de más a los ganaderos de Francia nos lo quita a los españoles”, concluyó, visiblemente molesta.
Lactalis suscribía los contratos a cuatro meses para “bajar los precios”, pero cuando han observado que a nivel mundial “los precios van hacia arriba, firman a largo plazo pero a 0,28 o 0,30”. Por ello, exigió al Gobierno que obligue a informar al consumidor a través de los etiquetados de los productos, porque en muchas marcas “la gente piensa que son españolas, pero se elaboran con leche francesa”. También avanzó que otra posibilidad sería que los ganaderos rompieran los contratos.
Por último, en cuanto a la plataforma de competitividad suscrita por la Junta, Adoración Martín señala que se trata de “medidas estructurales” que la consejera de Agricultura, Milagros Marcos, argumenta que “darán resultado a largo plazo”. “Pero no sabemos cuánto es ese tiempo, porque la sangría no frena”. También criticó al acuerdo firmado en 2015 con el Ministerio para la sostenibilidad del sector, “que de nada ha servido”, o las “imposiciones” reguladas en el marco del paquete lácteo.
