El PP también defiende las 'terrazas Covid' en León, porque “nos hemos acostumbrado”, pero pide cambios en la ordenanza

Una terraza prototipo situada en la calzada de una calle de León.

Carlos J. Domínguez

Ordenanza municipal y regulación más puesta al día sí; terrazas en las calzadas (las llamadas 'terrazas Covid') también, a pesar de que casi ninguna ciudad similar a León las mantenga; pero todo más completo, más claro, más ordenado y mucho más consensuado “con vecinos y hosteleros de la capital”. Esta es oficialmente la postura del Grupo Popular en la oposición en el Ayuntamiento de León ante la nueva ordenanza reguladora de las terrazas que ha diseñado el equipo de Gobierno del PSOE y para la que no suma mayoría de votos.

Es por eso que de momento, entre varias críticas por ausencias e indefiniciones, el PP se muestra dispuesto a negociar una serie de cambios y mejoras que hoy han desgranado en rueda de prensa el viceportavoz municipal, José Manuel Frade, y la concejala Ana Franco, que abogaron por un documento final que “debe contener menos prisas y mayor consenso”, también dentro de la Corporación, pidieron al PSOE y al alcalde José Antonio Diez. “Hay que mojarse”, le retaron.

Entre otros detalles que pretenden enmendar al texto original, los ediles populares destacaron algunos como que en las terrazas 'de carretera', que justifican porque “nos hemos acostumbrado” a ellas tras la pandemia y también porque “muchos establecimientos no tendrían opción al no disponer de aceras”, se pueda eliminar un máximo del 25% de los aparcamientos, no el 33%, un tercio de los existentes, que propone el texto del equipo de Gobierno. En todo caso, piden que la ordenanza sea tajante para que las terrazas“ no sean antiestéticas ni invasivas, que no agredan a la ciudad ni a los ciudadanos”.

Por eso, por ejemplo, en el caso muy concreto de la Plaza Mayor, cuya propuesta especifica contempla un 40% de ocupación de su superficie, el PP pide ampliar los espacios obligatorios de paso peatonal a 2 metros, frente al 1,80 general de la ordenanza, y así de este modo “no permitir” veladores “bajo los soportales”, igual que no se permite en ningún otro soportal de la ciudad. Y también reclamaron que sea homogeneo el trato “en todas las plazas por igual”, lo mismo en la Plaza Mayor que en Don Gutierre, San Marcelo u otras.

En cuanto al debate sobre las molestiasvecinales, además de censurar que la Mesa del Ruido sólo se ha reunido una vez en todo el Gobierno municipal con Diez como alcalde, lamentaron incongruencias como que “se considere infracción grave la perturbación por ruido excesivo a los vecinos ubicados en plantas superiores de los edificios en los que se encuentre el establecimiento, pero ¿qué pasa con los vecinos de edificios colindantes o que se encuentran enfrente de la terraza, no pueden estar perjudicados?”.

Frade defendió que “no debe aprobarse la ordenanza si no va unida a la que regula las tasas que deben aplicarse como consecuencia del cumplimiento de ésta”, y para eso exigió “saber qué número de terrazas existen en la actualidad, el número de plazas de aparcamiento que ocupan, la media de ocupación de los aparcamientos cercanos”, porque tiene un impacto amplio sobre la recaudación del Ayuntamiento.

En todo caso, insistieron en ser favorables a regular la nueva realidad de las terrazas, aunque abogando por una “ordenanza con gran duración en el tiempo”, porque “no se pueden cambiar las normas de juego cada poco tiempo”, en aras a dar seguridad jurídica a los ciudadanos, para quienes pidió además ordenar los contenidos con un índice y muchos más gráficos explicativos.

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