El otoño comienza este domingo con temperaturas veraniegas hasta principios de octubre

Faedo Ciñera Otoño Arroyo

Ical

El otoño, que comienza a las 22.44 horas de este domingo 22 de septiembre, se comportará, al menos en sus primeros días como el verano. Según las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las temperaturas de los próximos días serán veraniegas con máximas del entorno de los 27 grados y así continuarán hasta, al menos, el próximo domingo 29 de septiembre.

Tardía será la llegada del otoño como fue la del verano, según señaló el director territorial de la Aemet, José Pablo Ortiz, quien indicó que el verano casi no llegó hasta el mes de julio y ahora el otoño no lo hará hasta octubre. Así, según añadió el jefe de Predicción de la Aemet en Castilla y León, Juan Pablo Álvarez, si las temperaturas normales para estos últimos días de septiembre rondan los 20-22 grados, en esta ocasión se situarán entre los 27 y los 29 grados.

A partir de ahí, continuó, lo más probable es que entre un frente que deje chubascos y tormentas en un otoño que, según las previsiones, será normal en cuanto a temperaturas y precipitaciones. En concreto, habló de un mes de octubre en el que las mañanas serán frías pero las tardes serán “tranquilas”, para dejar un noviembre con frentes y masas de aire frío y con las primeras nevadas y nieblas. Además, diciembre traerá ya las temperaturas de cero grados.

En lo que se refiere al verano, José Pablo Ortiz lo calificó de “cálido, seco y un poco tardío” porque las temperaturas típicas de esta estación no se alcanzaron hasta el mes de julio. No obstante, aunque tarde, las temperaturas en Castilla y León se situaron entre uno y dos grados por encima y con una temperatura media de 20,2 grados, 0,8 grados por encima del periodo 1971-2000.

Además, se produjeron diferencias notables entre las temperaturas máximas de junio y de julio, que normalmente guardan una diferencia de tres grados y que este verano fue de seis porque el mes de julio en la Comunidad fue el cuarto mes más cálido desde 1950, donde la temperatura máxima fue de 39,4 grados en Candeleda (Ávila).

Por el contrario, junio fue frío, con 0,7 grados por debajo de los valores normales y con cambios bruscos en 24 horas de hasta 12 grados. Mientras, agosto fue cálido pero menos que julio y con temperaturas no tan mantenidas durante los días. Además, hubo mayor heterogeneidad entre las provincias. Así, por ejemplo, la diferencia normal entre Burgos y Zamora suele ser de 2,8 grados y este verano se situó en los 3,8.

También fueron extraordinarias algunas temperaturas mínimas como las registradas en junio en Ucero (Soria) de cero grados. Mientras, en julio los valores más bajos de temperatura se registraron el día 28 con máximas de 26 grados, si bien se recuperaron rápidamente. En cuanto a las mínimas más altas durante el mes de julio fueron superiores a los 20 grados en Ávila y Segovia.

Agosto fue más normal, en general con carácter ligeramente cálido en el sur y suroeste, mientras que fue más habitual en el norte. Las temperaturas más altas se registraron entre los días 3 y 8 y a partir del 24. Destacó, asimismo, el importante ascenso de temperaturas máximas entre los días 7 y 11, cercano a los 11 grados, mientras que el día 7 sólo se superaron los 25 grados en la mitad sur de la Comunidad y el día 11 se rebasaron los 30 en toda la región.

Por provincias, todas superaron la media, excepto Soria, que se quedó un 0,1 grados menos que la media de 1971-2000 y donde más diferencia hubo fue en Ávila (1,6 grados más).

Precipitaciones

En lo que se refiere a las precipitaciones, lo normal en el verano es que caigan en forma de chubascos 81 litros por metro cuadrado, si bien este año fueron 59, un 28 por ciento menos que el año anterior, cuando en España el descenso se situó en el 13 por ciento. “Afortunadamente fue una primavera lluviosa”, sostuvo Ortiz.

Los valores más altos se registraron en el tercio nordeste lo que provocó una valoración de verano normal o húmedo. En el resto, el verano ha sido seco o muy seco a pesar de las numerosas situaciones de inestabilidad. Hubo 13 días de tormentas y algunas de ellas se produjeron, sobre todo en julio, con intensidades fuertes e, incluso, torrenciales hasta alcanzar, por ejemplo, el 14 de julio en Benavente (Zamora) se registraron 111,6 litros por metro cuadrados y en Laguna de Duero el 7 de septiembre se recogieron entre 90 y 120 litros por metro cuadrado.

Mientras que junio tuvo un carácter heterogéneo con una precipitación máxima de 131 litros en Soto de Valdeón, julio fue el más inestable y húmedo con numerosas tormentas y agosto fue el más seco desde 1991.

A pesar de estos datos del verano, el año hidrológico que concluye en octubre se cerrará con superávit, fundamentalmente por las precipitaciones de la primavera y se situará por encima de los valores normales, en concreto, un 24 por ciento por encima en España y un 15 por ciento en Castilla y León.

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