Una noche en la vida de un bombero

El parque de bomberos de León cuenta con una superficie total de 4.000 metros cuadrados.

Marta Cuervo

Aviso recibido, los bomberos de León se ponen en marcha hacia el lugar del incendio. ¿Cómo es un día en la vida de un bombero?

La jornada nocturna de un bombero comienza a las 9 de la mañana de ese mismo día, finalizando a las 9.00 horas del día siguiente. Es decir, en el cuerpo de bomberos no existen horarios de día o de noche, sino turnos de 24 horas. “Nuestra rutina está muy organizada porque se desarrolla en turnos muy largos”, explica Juan Carlos Duque, un veterano bombero del Parque de León.

Distribución de las horas

A primera hora, cuando se produce el cambio de turno, se realiza una revisión del material, detallando las anomalías con partes. A las 10.00 horas toca gimnasia con un monitor especializado, y una hora más tarde los trabajadores tienen 30 minutos para ducharse. “Siempre estamos preparados y en disposición de una posible salida de emergencia”, comenta Juan Carlos.

Llega el medio día, 12.00 horas, y los compañeros de guardia realizan prácticas variadas: “de siniestro, fuegos y accidentes”.

Además, los bomberos de León reciben visitas de colegios muy a menudo, que atienden y con quienes realizan algunas actividades para explicarles el funcionamiento de su trabajo. Tras la comida, a las 16.00 horas, de nuevo acuden a prácticas, pero teóricas esta vez. Y a partir de las 18.00 horas están libres por el parque, “pero siempre atentos al aviso de la alarma” que en pocos segundos les hace entrar en acción.

En comunicación siempre se quedan dos personas, los demás bomberos pueden subir a las habitaciones a descansar. “Nunca te duermes, estás tumbado vestido y preparado y muy pendiente de la alarma”, comenta Juan Carlos.

El número de bomberos de guardia ronda las 14 personas: 2 en comunicación, 2 mandos, 3 conductores y 7 u 8 bomberos.

Juan Carlos lleva más de 20 años en el cuerpo y “nunca se ha arrepentido de su trabajo. Asegura que más que un trabajo vocacional es ”algo que llevas siempre contigo, un compromiso social“.

El número de salidas es variable, “de día la alarma es más inmediata y por ello los siniestros que se producen suelen ser de más pequeña envergadura”. Por esta misma razón, cuando se produce un incidente por la noche, el siniestro suele ser de mayor gravedad. Las alarmas más frecuentes: “farolas que se caen, personas que se quedan atrapadas en ascensores, rescates de animales que se caen a pozos, avisos de gente mayor que se cae, y por ejemplo, se rompe la cadera, ...”.

El Cuerpo de bomberos de León cuenta con 12 camiones en uso.

Pero entre tantos siniestros, Juan Carlos también cuenta con alguna anécdota graciosa: “En una ocasión fuimos a abrir una puerta y nos quedamos nosotros mismos encerrados en el ascensor. Tuvimos que llamar a los bomberos”, bromea.

A pesar de que Juan Carlos alega que encuentra muchos inconvenientes al trabajo nocturno, como trastornos en el sueño, dejar en soledad a la familia y el deber de ofrecer disponibilidad 24 horas diarias los 365 días al año, asegura que lo que más le gusta de su trabajo “es la disposición continua de ayudar a alguien”. “El rescate de una persona, la mirada de un niño al que has ayudado, o la visita de un accidentado al cabo de dos años para agradecerte lo que hiciste por él no tienen precio”.

Etiquetas
stats