El despilfarro de la Junta en el centro de salud de Pinilla: un intento por ahorrar dinero que va a salir caro

Las obras del centro de salud de Pinilla llevan más de un año paradas.

Elisabet Alba

Las obras en el ambulatorio de Pinilla van camino de convertirse en una de las mayores chapuzas de la Junta de Castilla y León en la provincia leonesa. Hace más de una década que la administración autonómica reconocía como “una prioridad” la remodelación del centro asistencial que da servicio a 21.000 usuarios de San Andrés del Rabanedo, pero lo cierto es que los trabajos no se adjudicaron hasta octubre de 2020 para paralizarse diez meses después. Y así siguen dos años más tarde, con el edificio desmantelado y sin obras.

El motivo, el deficiente estado de los cimientos del edificio que la empresa adjudicataria detectó y se negó a seguir adelante con lo acordado, que planteó a la administración autonómica asegurarlos por 260.000 euros, pero la Junta no quería pagar más de 90.000 por lo que acaba de readjudicar esa misma tarea a otra constructora por más de 300.000.

Un intento de ahorro que le va a salir caro porque no solo se va a pagar más, sino que hay que sumarle el alquiler todo este tiempo de las instalaciones del hospital privado San Juan de Dios donde se está atendiendo a los pacientes del consultorio público desde abril del año pasado. Y eso que este hospital de San Juan de Dios ya recibe casi 44 millones de euros públicos en cuatro años en virtud de un convenio con Sacyl para derivar numerosos servicios sanitarios públicos hasta este centro privado.

“El Centro de Salud de Pinilla es prioritario”

Corría el año 2012. En el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo gobernaba el 'popular' Goyo Chamorro. En la Junta de Castilla y León Juan Vicente Herrera. Sentados en torno a la misma mesa el regidor del tercer municipio de la provincia de León, con sus entonces concejalas de Sanidad, Noelia Álvarez, y de Atención al Ciudadano, Aurora Baza, representantes de la Asociación de Vecinos del Barrio de Pinilla y los que fueran consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, y director general de Asistencia Sanitaria en la Conserjería de Sanidad, José María Pino, convinieron en la urgente necesidad de remodelar el centro sanitario.

No se fijó la cuantía de las obras, que no solo servirían para acondicionar el centro de salud sino que tendrían como finalidad, además, la incorporación del servicio de rehabilitación y fisioterapia, para reducir las listas de espera del Centro de Salud de Trobajo del Camino. Tampoco se puso ninguna fecha para realizarlas, más allá del compromiso de llevarlas a cabo “en el momento en el que se disponga de liquidez”.

Adjudicación en 2020, diez meses de obras y un año de paralización

La liquidez tardó en llegar ocho años. No fue hasta el 10 de diciembre de 2020 cuando la Junta de Castilla y León, en manos de la coalición que conformaban el 'popular' Alfonso Fernández Mañueco y su entonces socio Francisco Igea de Ciudadanos, autorizó en Consejo de Gobierno la contratación de las obras de reforma del centro de salud Pinilla, con un presupuesto de 2,95 millones de euros que se acabaron adjudicando por 2,71 millones a la empresa Contratas Vilor SL. El plazo de ejecución eran 14 meses, que ya habrían expirado.

En el mes de abril de 2021, la Consejería de Sanidad empieza el traslado de los servicios asistenciales del centro de Pinilla al hospital privado San Juan de Dios, después de llegar a un acuerdo económico por el alquiler de dos plantas de sus instalaciones, si bien el material y los profesionales seguirían siendo los del Sacyl. La previsión era un traslado provisional de un máximo de 18 meses, mientras durasen unos trabajos que iban a estar finalizados este 2022.

Pero a los cuatro meses, en agosto del año pasado, la empresa para las obras porque, dice, se precisa de un mayor número de elementos estructurales a consolidar, circunstancia corroborada por el director de obra en un informe con fecha 10 de septiembre de 2021. Según informes técnicos, “se constata como principal problema de la estructura, la generalizada carbonatación del hormigón de recubrimiento con la consiguiente oxidación de la armadura, y como consecuencia, la consolidación de la estructura y la protección de las cubiertas del edificio deberían llevarse a cabo en el menor plazo de tiempo posible, en evitación de un deterioro progresivo de las citadas partes del edificio”. Por ello, pide a la Junta 260.000 euros más para asegurar una estructura absolutamente inestable.

Varios informes advierten de “los riesgos para los distintos elementos estructurales que conllevaría un procedimiento administrativo demorado en el tiempo, habida cuenta que los forjados, vigas, pilares, etcétera, se encuentran a la intemperie como consecuencia de haberse levantado las cubiertas del edificio”.

Igualmente, se señalaba ya en ese momento que, “la exposición prolongada de dichos elementos estructurales a los agentes atmosféricos y meteorológicos (lluvias, heladas, nieve, contaminación ambiental, etc) contribuiría a un agravamiento de las patologías y/o deterioro de dichos elementos estructurales”. Aunque así siguen un año después.

En septiembre del año pasado se firmó el acta de suspensión temporal total de las obras, pero no fue hasta febrero de este mismo año cuando vecinos del barrio de Pinilla denunciaban públicamente la paralización de unos trabajos por la que nadie daba explicaciones ni soluciones. En una reunión entre el nuevo equipo de Gobierno socialista del Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo liderado por Camino Cabañas y el arquitecto técnico de Sacyl, José Luis Santos, la Junta reconocía en abril las dificultades que se habían encontrado en la ejecución de las obras y descartaba tirar los deficientes cimientos y hacer el centro de salud completamente nuevo, asegurando que se daría la oportunidad a la empresa adjudicataria de arreglar los desperfectos por 89.000 euros o invitarla a romper el contrato.

La cantidad que ofrecía la Junta era casi tres veces menos de lo que pedía la empresa, por lo que ésta pidió la rescisión del contrato que la administración autonómica anuló en mayo. Un nuevo informe del arquitecto técnico de la Gerencia de Salud de Área, de julio de este año, señalaba, “desde un punto de vista exclusivamente técnico”, que “la consolidación de la estructura y la protección de las cubiertas del edificio deberían llevarse a cabo en el menor plazo de tiempo posible, en evitación de un deterioro progresivo de las citadas partes del edificio con consecuencias impredecibles”.

En base a eso, la Junta adjudicó las tareas este pasado septiembre, a través de un procedimiento abierto simplificado, tramitado como urgente, a la única empresa que se presentó, Citanias Obras y Servicios SLU. Le pagará 313.414,02 euros por ser “la mejor oferta”, solo 5.647,38 euros más barata del precio tope por el que sacaban a concurso los trabajos (319.061,40 euros), por encima de los 260.000 euros que pedía la anterior concesionaria que iba a desarrollar la obra completa del centro de salud y muy superior a los 89.000 que proponía en un principio la administración autonómica .

Consolidación de la estructura pendiente, con el resto de la obra en el aire

Salvada la parte administrativa de la consolidación de la estructura del edificio, lo cierto es que las obras todavía no han empezado. Si bien el plazo de ejecución es tan solo de cuatro meses, acabará 2022 con las vigas de Pinilla al aire. Y ya el año que viene, como pronto, una vez que los cimientos sean estables, la Junta tendría que volver a sacar a concurso público la obra propiamente del centro de salud.

Lo que está claro es que, por ahora, el supuesto ahorro ya está saliendo caro y habrá que volver a renegociar con San Juan de Dios el alquiler de las instalaciones por las que la Junta está pagando 7.000 euros al mes.

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