La crisis reduce proyectos tecnológicos y personal dedicado en Castilla y León

R. Travesí/Ical

Los proyectos que el año pasado gestionaron los cinco centros tecnológicos existentes en la Comunidad Autónoma repuntaron ligeramente al pasar de 302 a 370 aunque están aún muy lejos de las cifras existentes antes de la crisis cuando llegaron a superar los 800 (886 en 2007 y 821 en 2008). Los centros, muchos de ellos conformados como fundaciones privadas sin ánimo de lucro, tienen como objetivo contribuir al desarrollo económico y social de Castilla y León, ya que facilitan uso de tecnología al tejido empresarial. Todos ellos cuentan con convenios de colaboración con la Junta a través de la Agencia de Innovación, Financiación e Internacionalización Empresarial.

El incremento de actividad en los centros tecnológicos ha traído consigo una subida de los ingresos totales al pasar de los 28,4 millones de euros de 2012 a los 32,5 millones de 2013. Es un 14,2 por ciento más pero es una cifra muy inferior a los ingresos logrados en 2007 (64,6 millones) y 2008 (62,4 millones).

Tanto el número de proyectos de desarrollo tecnológico como los ingresos totales están relacionados con las subvenciones públicas que durante el año pasado se duplicaron en el caso del dinero procedente de la Comisión Europea (de 2,6 a 5,3 millones de euros) mientras que las partidas de la Junta de Castilla y León aumentaron un 42 por ciento hasta los 1,3 millones. Solo hubo una disminución del 1,4 por ciento entre las subvenciones de la administración central hasta los 2,1 millones de euros.

La administración autonómica ha sido el principal valedor de los centros tecnológicos y esa apuesta estratégica tenía su traducción en el apoyo financiero. En los años de crecimiento como 2007 y 2008, las subvenciones de la Junta llegaron a superar los 21 millones de euros mientras que el resto de instituciones públicas (Estado y Europa) rondaba entre los dos y los cuatro millones. A la vista de la evolución, el descenso de las ayudas provenientes del ámbito nacional ha traído consigo un mayor protagonismo de los fondos comunitarios.

En la actualidad, la Comunidad cuenta con el Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) en Burgos, especializado en la ingeniería de procesos y tecnologías de automatización; el Centro Tecnológico de Miranda de Ebro (CTM), dedicado a las tecnologías metal-mecánicas y servicios tecnológicos; la Asociación de Investigación Inbiotec, en León, centrado en el desarrollo biofarmacéutico y biotecnológico; la Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía (Cidaut) y Cartif (Fundación Automatización, Robótica y Tecnologías de la Información y la Fabricación), ambos en el parque tecnológico de Boecillo (Valladolid). Hasta 2011, existía el Centro para el Desarrollo de las Telecomunicaciones de Castilla y León (Cedetel), también en Valladolid, ya desaparecido.

Los centros tecnológicos tienen entre sus cometidos la transferencia de conocimientos a las empresas, especialmente a las pymes de la Comunidad. Y eso se deja notar en su cuenta de resultados ya que la facturación a empresas se elevó en 2013 a 21,8 millones de euros, un 14 por ciento más que en 2012. Una cifra nada comparable a los 33,7 millones facturados antes de la crisis, en 2007.

El personal que trabaja en los centros integrados en la red autonómica aumentó un 2,6 por ciento respecto a 2012 hasta los 590 empleados. Destaca el mayor número de titulados superiores (274, con una subida del 7,8 por ciento) frente a la disminución del personal administrativo y de Formación Profesional (153) y, sobre todo de los becarios que pasaron de 33 a 21. La mayor parte de la plantilla está a tiempo completo y es, comparativamente, el parámetro que menos ha variado con la recesión puesto que en 2007 había contabilizados 761 trabajadores (con 91 personas a tiempo parcial y 61 becarios).

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