Los bomberos evitan desprendimientos de un edificio de Ordoño II en el centro de León
Las cartas que desvelan cómo era de verdad la vida cotidiana en el León del siglo XIX

No siempre los libros de Historia aciertan con lo que realmente ocurría hace cientos de años. Es más, las interpretaciones históricas anticuadas suelen estar afectadas por el romanticismo político en pos de un objetivo nacionalista común que obviaba lo que los propios protagonistas de la Historia decían y pensaban de sí mismos. ¿Es justo llamar rey de Castilla a Alfonso VII que jamás se intituló el mismo más que como rey de León? ¿Es justo decir que León no existió como afirman algunos castellanistas o gallegistas? ¿O que la gente de alta alcurnia leonesa que recopilaba de forma etnográfica las hablas del Bierzo era más gallega que de donde nació o del idioma que íntimamente habló con la convicción de ser el suyo materno? ¿En esencia, es siquiera aceptable decir siglos más tarde que una persona no era lo que ella decía de sí misma cuando vivía?
La Fundación Banca Fernández-Llamazares es experta en desmentidos de este tipo. Las cartas y documentos personales que atesora de la nobleza y la gente de alta alcurnia o burguesía leonesa tanto del siglo XIX como del XX dejan en bastante mal lugar a las interpretaciones poco afortunadas y nulamente trabajadas de algunos historiadores en la cuestión de cómo comenzó la Guerra Civil en León. Más cuando estamos hablando no sólo de sus opiniones íntimas, sino de contratos y de cuentas corrientes, de sus números y sus pagos y a quiénes lo hacían y por qué. El dinero sí va a misa en cuestiones de la vida de cada personaje. Y tras permitir toda esa documentación la salida a la calle de libros como 'Los leoneses que financiaron a Franco' o 'Crónicas De La Burguesía Leonesa, Sobre Un Episodio De La Guerra Civil En León', y otros que darán que hablar sobre el inicio del conflicto fratricida, ahora le toca el turno a la Sociedad Leonesa del siglo XIX.
Un aperitivo de ello, “que desmontará multitud de mitos” según el conservador de la misma, Francisco Javier González Fernández-Llamazares, son una serie de documentos inéditos que hará públicas el próximo domingo a las once de la mañana en Cacabelos en la charla que dará el colofón al simposio sobre el importante militar decimonónico Antonio Fernández y Morales, uno de los primeros etnógrafos que describieron en castellano la peculiar forma gallega de hablar en la comarca leonesa del Bierzo (aportando, eso sí, ejemplos de poesías en ese dialecto galaico).
La intrahistoria que define la realidad de cada momento y personaje
Aprovechando esa charla la Fundación Banca Fernández-Llamazares ha mostrado una serie de comunicaciones en papel entre la alta burguesía leonesa que apuntan cómo vivían día a día. “Porque en este tipo de archivos privados repletos de miles de cartas privadas los protagonistas escriben sobre sus pensamientos reales y sobre las cosas cotidianas de sus vidas: comida, viajes, costumbres, fobias y manías, enfermedades, creencias religiosas, asuntos económicos, meteorología... en fin, eso que algunos llamaron, partiendo de Unamuno, la intrahistoria”, manifiesta el conservador de su archivo Francisco Javier González Fernández-Llamazares. “Lo que pasa es que en estos mensajes de intrahistoria la alta burguesía leonesa también escribe sobre sus relaciones sociales y políticas al más alto nivel nacional, que sin duda alguna las tenía”.
Es con lo propiamente relatado por cada personaje histórico, y con lo de sus coetáneos o amigos la forma de matizar o desmentir ciertas suposiciones interesadas que se dan en trabajos históricos más influidos por la política del momento en que se escribieron que del rigor de los hechos a los que se refieren. Para el conservador de la Fundación Banca Fernández-Llamazares, el contenido de su archivo “aporta y ahonda infinitamente más y mejor que lo que suele indicar la Historia 'tradicional', ya que jamás se puede alcanzar con documentos públicos —protocolos notariales, instancias, sentencias judiciales, boletines oficiales— las motivaciones de los protagonistas de los hechos y, en fin, lo que provoca que ciertos historiadores 'rellenen' las explicaciones con suposiciones e hipótesis que sin esa documentación no se puede confirmar, y mucho menos afirmar”.
Por ello, esta institución archivística está preparando un volumen que incorpora entre 100 y 125 cartas de mediados del XIX, que es en realidad uno de los objetivos principales de la misma: dar a conocer la vida cotidiana de ese siglo. “También hay otro motivo”, revela González Fernández-Llamazares: que los 'eruditos' o 'especialistas' de León y alrededores sean conscientes de que un sólo documento de este archivo puede tirar en un momento y de un plumazo cualquier tipo o conjetura publicada o que se pueda o intente publicar en un futuro, sin el mínimo rigor o sostenimiento documental“.
Telegrama en 1874 desde París: 8 horas en León; una carta, una semana
Varios de los 'mitos' del siglo XIX es que las comunicaciones en España eran malísimas y que las mismas adolecían de una tardanza monumental. No es así. Se comprueba claramente en la correspondencia que existía enorme celeridad de las comunicaciones (transportes, correos y telegramas). Que había constantes viajes a Madrid (donde tenían residencia), París, Turquía, Londres o cualquier otro punto de España y extranjero.
Como ejemplo, esta carta de Paco Fernández-Llamazares de su viaje a París.
Recibida 19 de marzo de 1876
París, 12 de marzo de 1876
Vazille [Aparece la dirección tachada] París
Querido tío: supongo que habrá V. recibido los dos telegramas y carta, ésta desde Santander y los telegramas, primero de San Sebastián y el segundo desde Bayona.
El viaje fue bueno menos en el vapor, donde cambié la suerte y eché toda la bilis que tenía en el cuerpo, por esto desembarcamos en San Sebastián, donde tomamos un coche para Hendaya y vimos todos los estropicios que han hecho por allí los carlistas, que no son pocos.
El sábado a las cinco de la mañana llegamos aquí y no pude escribir hasta el domingo porque estaba como atolondrado y no tenía ganas. Hoy lo hago, como verá por el membrete, en casa del corresponsal de Pallarés.
Ayer compré dos bastones para Cayetano y Rutilio [Cayetano y Rutilio Fernández-Llamazares, ambos abogados y hermanos, primos carnales de quien escribe la carta e hijos de Pedro Fernández-Llamazares], pues fui con Cristóbal a comer por ahí y me gustaron.
En esta casa han prometido proporcionarme un muchacho que me acompañe a ver lo que hay por aquí de notable y muy probablemente le tendré a mi disposición.
En el barrio donde residimos, que es uno de los más céntricos de París, hay más movimiento que en Madrid en la Puerta del Sol y Carrera de San Jerónimo, aún no he pasado el Sena y no sé lo que hay por allá.
Vienen ahora los del despacho y empieza aquí el movimiento (8 y ½) [sic].
La correspondencia a casa del Monsieur A. Vazille, 10, Rue du Parc Royal-París, para mí.
Mañana les diré si tengo el muchacho. Expresiones a mi tía y demás y disponga de su sobrinoPaco.
No hacer caso de lo borrado en el membrete, si no ves: Monsieur A Vazille: 10 Rue du Parc Royal
Que viene seguida de otra al día siguiente en la que se cuenta cómo han contratado al 'muchacho' para que les enseñe la ciudad del Sena y la explican con comparaciones con la capital leonesa:
“Querido tío: como decía ayer, he encontrado un muchacho que me acompaña a ver lo notable que hay por aquí; hoy hemos estado en la historia natural, [...] que está [...] en la plaza de la Bastilla, que tiene casi tanto alto como la torre de la catedral [de León], y desde arriba hemos visto París a vista de pájaro. Además pienso visitar hoy el panteón de Napoleón primero y el cuartel de inválidos y alguna otra cosa”.
Todas sus formas de comunicarse muestran un enorme poder del castellano para unificar ideas y cartearse exclusivamente en ese idioma, aunque todos conocían “el berciano”, el leonés o el francés, por ejemplo.
Gran influencia de las mujeres de la alta sociedad
Es de destacar la enorme influencia de Joaquina Vázquez y de otras mujeres como Loreto Carcedo (esposa del banquero Felipe Fernández-Llamazares) en el ámbito familiar, social y hasta político. Todos los bercianos y leoneses de la capital íntimamente relacionados y todos con residencia en Madrid, “aunque siempre venían a sus casas de León en cuanto podían, y con influencias en el Gobierno”. Esta carta la envía el homeópata y ponferradino Anastasio Álvarez —“ni en Ponferrada saben que nació allí”, apuntan desde la Fundación—, íntimo amigo del militar Antonio Fernández y Morales:
Tengo mucho interés en esta cuestión y le suplico haga cuantos esfuerzos pueda con el Ingeniero de caminos Jefe de esa provincia para que el camino que está al concluirse de Ponferrada a los Barrios [de Salas] de principio en Ponferrada por la Cruz de Miranda, que es la continuación de las calles donde está mi casa y punto más próximo y directo para enlazarse esta carretera con la otra que va a Galicia, y no como pretenden los constructores del camino llevarlo por San Andrés, que es más largo y difícil, tortuoso y menos accesible para los viajeros, y sin duda se piensa en ello porque uno de los constructores tiene su casa en San Andrés. Esto urge mucho, no lo descuide. Es también atendible para mi pensamiento la consideración de que para este mismo camino de la Cruz de Miranda vendrá la gente que se apee en la estación del ferrocarril que ha tenido que modificar porque lo ponían a la salida de Ponferrada.
Aquellas gentes no sé cómo discurren, porque eligen siempre lo peor.
Se ha entregado la nota a Salaverría [Pedro Salaverría y Charitu, ministro de Hacienda] Y prometió se enteraría para poner remedio según V. desea.
Recuerdos para todos con los de Ramiro, que Loreto se halle ya completamente restablecida y disponga como guste de su buen amigo. Anastasio.
O esta otra misiva (en la que también se menciona a Loreto Carcedo una vez más) de Paco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley en la que reconoce que está harto de la política. “Esto es lo que los historiadores no conocen, por ejemplo”, según el conservador del archivo.
Sr. D. Felipe Fernández-Llamazares
Madrid, 15 de marzo 74.
Querido amigo: Romero me entregó ayer la credencial de Pensaneno, cuyo aviso a esa Comisión incluyo a V. adjunto. Viviendo casi fuera de Madrid [en la calle Ferraz, que entonces estaba en el extrarradio] y alejado completamente de la política, más que por mis asuntos particulares, por mi falta de fe en los hombres políticos que se llaman importantes, nada puedo decirle por escrito.Salude V. afectísimamente en nuestro nombre a Loreto y demás familia, y usted sabe que es su verdadero y afectísimo amigoFrancisco Fernández-Blanco.
Felipe Fernández-Llamazares, el banquero y administrador, ejerce como 'patriarca' de todo este conglomerado de personas y proyectos comunes. Por él, y su mujer Loreto, se ha podido conservar todo este conjunto de documentos que explican la vida cotidiana y los problemas diarios de los que 'decidían' en León y provincia.
Inexactitudes históricas clamorosas al descubierto
Otro detalle que muestran los manuscritos del archivo de la Fundación Banca Fernández-Llamazares como incierto y erroneo se refiere a cómo los personajes no fallecen en las condiciones que han publicado algunos autores “de oídas”. “En esta de Fernando de Castro, se demuestra que, al contrario de lo que se ha escrito, llegó a los últimos meses de su vida en pleno uso de sus facultades mentales y no sordo y ciego, como se creía hasta ahora”, subraya el conservador de los documentos.
Carta de Fernando de Castro en 1874 sobre una deuda de Grajal de Campos con su sobrino. Fundación Banca Fernández Llamazares.
Sr. D. Felipe Fernández-Llamazares
Mi querido amigo y compañero: A mi sobrino Joaquín, de Grajal de Campos, he encargado que vea a usted y le entere y recomiende a su eficacia el asunto de aquel pueblo relativo al empréstito levantado por el Ayuntamiento en 1868 para atender y remediar al pueblo en la escasez en que se encontraba y bajo la desgracia de la epidemia de tifus.
El Ayuntamiento actual parece que se niega a reconocer el empréstito, y sobre esto habrá de resolver la Diputación.
No obstante habiendo yo recomendado a los amigos Palacio y Caneja, ruego a usted que apoye la justa pretensión de mi sobrino, seguro de la gratitud de su afectísimo amigo y compañero que besa su mano.
Madrid, 10 marzo. 1874
Fernando de Castro
“Incluso la Fundación Fernando de castro, de Madrid, agradeció muchísimo que les enviaramos esta misiva y reconoció que no conservaban ningún documento privado sobre De Castro, y menos escrito por él mismo; y desde luego es la última carta encontrada y escrita por él con vida, pues murió al poco tiempo: a los dos meses, aunque el último documento que se conserva firmado por él es una memoria testamentaria cinco días antes de morir, según me aseguró amablemente la institución que lleva su nombre”, revela González Fernández-Llamazares.
Antonio Fernández y Morales y los alistamientos de los hijos de los ricos y poderosos en la Guerra de Cuba
Otra de las leyendas del siglo XX es que los ricos podían pagar a otros para que sustituyeran a sus hijos en el Ejército. Esto no fue del todo así, puesto que en momentos de mucha tensión, como la primera Guerra de Cuba, no libraban ni con dinero ni con influencias de las quintas de reclutamiento.
“A pesar de otro mito que corre por ahí y que es verdad, pero sólo a medias, es el de que la alta burguesía siempre pagaba la exención de su entrada en el Ejército (”librar la mili“) y su consecuente entrada en la milicia y en los diferentes combates de las colonias. Pues en una correspondencia de 1875 escrita por un soldado, que es por quien se recurre a Morales para que le 'enchufe', hubo períodos en la España del XIX en los que de la 'mili' no libraba absolutamente nadie”, afirma el conservador del archivo.
Madrid Julio 12-7-28 de agosto recibida desde Pajares [de los Oteros enviada a Miguel Fernández-Llamazares y Fernández-Llamazares]
Querido hermano: vistas las dificultades de poder continuar así y de acuerdo con vuestro proceder, he resuelto presentarme y al efecto me he empadronado anteayer con mi nombre y edad.
Ahora bien, como no se puede tener esperanza ninguna en el sorteo, porque ni aún será suficiente ésta quinta para cubrir el cupo de los once mil hombres, y como por lo tanto no podré salvar, creo lo más acertado prepararme, en los dos meses que hay desde la entrega, para ingresar en Alféreces de Milicias, caso de que haya convocatoria.
Con el objeto de saber lo que se exige estudiar, me he presentado ayer en dos academias; una que está en la calle Mayor y la otra en la de San Bernardo. En ésta última me dieron la hoja que se mandó adjunta y en que se expresa lo que se exige estudiar y lo que importan los honorarios, estando en todo conforme con lo que me dijeron en la calle Mayor.Harás el favor de manifestárselo a nuestro señor tío [Felipe], bien sea escribiéndole tú o mandándole esta carta, por si puede hacer el sacrificio de enviarme las 30 pesetas mensuales para el objeto indicado.
Nada más por hoy; expresiones a nuestros señores tíos, Paco y demás familia, y tú lo que quieras de tu hermanoIsidoro
Madrid, veinte de agosto de mil ochocientos setenta y cinco.
El temor a la Guerra de Cuba era evidente, y aunque tuvieran que ir al Ejército los poderosos intentaban que la circunstancia fuera la más leve posible para sus hijos. Sin embargo, los que mandaban en aquella convulsa época (nótese que la Primera República instaurada en 1873 había terminado ocho meses antes con la llegada de Alfonso XII al trono) tampoco es que tuvieran mucho poder efectivo para solventar la vida a estos jóvenes de la alta Sociedad del momento y satifacer las pretensiones de sus padres.
“Esa fue una causa fundamental, pero había temor a otras muchas situaciones. Los militares y políticos —muchos eran las dos cosas, como Morales—, prometieron en el Sexenio Liberal que suprimirían las llamadas 'quintas' y luego les resultó imposible cumplir dicha promesa. Esto afectó muchísimo a buena parte de la sociedad que les apoyó, y provocó una enorme frustración a militares 'liberales y radicales' como al propio militar astorgano”.
Así lo expone el mantenedor del Archivo de la Fundación Banca Fernández Llamazares, que este domingo en Cacabelos, a las 11:00 horas en el Museo Marca, ofrecerá una interesantísima cantidad de documentos inéditos de este personaje tan importante en la Historia del siglo XIX en El Bierzo, León y España. Documentación rigurosa que cambiará la Historia conocida hasta ahora de los poderosos leoneses de hace unos 150 años.