Aumenta la preocupación por la pandemia, pero también la confianza en las vacunas
El Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) acaba de publicar, en coordinación con el Ministerio de Sanidad, la cuarta ronda de resultados del estudio Cosmo-Spain, impulsado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El trabajo, que busca conocer los conocimientos y la percepción el riesgo de la población ante la pandemia, se está llevando a cabo en otros 31 países.
El objetivo es que sus resultados ayuden a hacer frente a la covid-19, al aportar información relevante y actualizada para el diseño de estrategias de salud y campañas de sensibilización. En esta cuarta ronda, el aumento de la preocupación por la pandemia y de la confianza en las vacunas son dos de los datos más significativos.
Sobre la inmunización, el porcentaje de personas dispuestas a vacunarse “si estuviera disponible mañana mismo” aumenta significativamente, del 39% de la tercera ronda al 72% de la actual. También sube hasta un 62% el porcentaje de participantes que dicen que “no tienen dudas sobre la vacuna, porque si está recomendada es que es segura”.
El porcentaje de personas dispuestas a vacunarse “si estuviera disponible mañana mismo” aumenta del 39 al 72%. También sube hasta un 62% el de participantes que dicen que no tienen dudas sobre la vacuna
Junto a estos datos, que reflejan un aumento de la confianza en este medicamento, también desciende el porcentaje de quienes señalaban en la ronda anterior que no se vacunarían: solo un 17% responde que se pondría “una segunda o una tercera vacuna, no la primera disponible”, frente al 52% anterior, y solo un 26% afirma que no se vacunaría “por posibles riesgos para la salud”, en comparación con el 48% anterior.
Sin embargo, la población sugiere más dificultades para entender los beneficios y riesgos de vacunarse, encontrar información sobre las vacunas y valorar si la información que dan los medios de comunicación es fiable.
Además, la preocupación de la población respecto a la pandemia ha aumentado, ya que el 67% de los participantes indican mucha o muchísima preocupación, el porcentaje más alto de las cuatro rondas del estudio. Entre las principales preocupaciones, aumenta la inquietud por la saturación de los servicios sanitarios, por las personas que no utilizan la mascarilla y por la evolución de la propia salud física y mental.
Asimismo, crece el porcentaje de participantes que cree que la pandemia se está propagando rápido (92%) y las personas que afirman que la covid-19 les hace sentir deprimido (50%) o les produce miedo (47%). Finalmente, también aumenta (hasta el 54%, el más alto de todas las rondas) el porcentaje de personas encuestadas que considera que se está viviendo lo peor de la pandemia.
Conocimiento de la población y riesgo percibido
En cuanto a los conocimientos generales sobre el coronavirus, las formas de contagio y las medidas preventivas, ha aumentado a un 96 % el porcentaje de personas que sabe que mantener la distancia de seguridad es una medida eficaz y quienes afirman que las recomendaciones de las autoridades son de obligado cumplimiento.
La mayoría (por encima del 95%) son conscientes de que si tienen síntomas deben quedarse en casa y que si tienen un contacto estrecho deben aislarse. En esta cuarta ronda, el estudio ha incluido preguntas sobre diagnóstico: el 54% de las personas considera estar bien informada sobre las diferentes pruebas existentes.
Más del 95% de personas son conscientes de que si tienen síntomas deben quedarse en casa, y que si tienen un contacto estrecho deben aislarse
Con respecto a la percepción del riesgo, solo un 36% de las personas participantes en esta ronda considera que, de contraer la covid-19, la enfermedad sería grave o muy grave. Aumenta levemente la población que cree que sus probabilidades de contagio son elevadas o muy elevadas (hasta un 32%, frente al 26% de rondas anteriores), y también crece la percepción de probabilidad de contagio según lugar y actividad: los espacios cerrados y el transporte público son los lugares en los que mayor riesgo de contagio se percibe.
Las reuniones con familiares o amigos son el lugar que mayor aumento experimenta en percepción del riesgo, mientras que el porcentaje de personas encuestadas que consideran que es muy difícil evitar infectarse por el coronavirus alcanza también su tope (30%).
La adherencia a las medidas preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias también ha aumentado en esta ronda. El tipo de mascarilla más utilizada sigue siendo la mascarilla quirúrgica, aunque el porcentaje de personas que señalan que la utilizan en primer lugar baja ligeramente hasta el 40%, mientras que el uso prioritario de la mascarilla FFP2 aumenta y es utilizado por el 37% de la muestra, frente al 26% de la ronda anterior.
Información y fatiga pandémica
Los posibles efectos de la sobreinformación, la infoxicación y la desinformación por consulta de diversas fuentes, no siempre fiables, llevan a que la facilidad percibida por los encuestados para encontrar, comprender, evaluar y aplicar la información relativa al coronavirus haya disminuido ligeramente en esta ronda. Sigue creciendo la frecuencia de consulta de información sobre el coronavirus varias veces al día (pasa de un 34 % en la ronda anterior a un 38 % en esta).
La información procedente de los profesionales sanitarios y la OMS continúa siendo las que más confianza genera y, de nuevo, la población confía poco en las redes sociales, internet y los programas de debate. En todo caso, no varían las instituciones que generan más confianza: la comunidad científica y sanitaria sigue situándose en lo más alto.
Sigue creciendo la frecuencia de consulta de información sobre el coronavirus varias veces al día (pasa de un 34% en la ronda anterior a un 38% en esta
La influencia de la denominada fatiga pandémica, que se analizó por primera vez en la ronda anterior, aumenta en esta cuarta ronda. Sus efectos se hacen notar con el empeoramiento de la evolución de la epidemia: las afirmaciones con mayor grado de acuerdo son “estoy cansado/a de los debates sobre la covid-19”, con una media de 3,91 sobre 5 (dónde 5 es máximo acuerdo), seguido por “estoy harto/a de oír hablar de covid-19”, con una media de 3,62 y “me siento en tensión tratando de seguir todas las recomendaciones”, con una media de 3,04.
Reuniones familiares y ocio
Como novedad, en esta ronda se preguntó a la población sobre las reuniones familiares en los días festivos durante las navidades. El 70% dice haber celebrado Año Nuevo solo con sus convivientes; un 36 % dice haber celebrado Nochebuena con no-convivientes de un núcleo familiar, y un 5% señala haberse reunido con no-convivientes de varios grupos familiares en Nochevieja.
También se preguntó a los participantes si, en los últimos dos meses, habían estado más de 15 minutos en el interior de un bar/restaurante sin mascarilla. Un 24% contestó que sí y, de este grupo, el 34% afirma que estaban ocupadas todas las mesas del interior del bar/restaurante.
Al preguntar sobre las medidas que deberían tomar las autoridades ante el aumento de casos de covid-19 –en un rango de 1 (nada de acuerdo) a 5 (totalmente de acuerdo)–, la medida con más aceptación es unificar la normativa y las restricciones a escala nacional (media de 3,84), seguida de confinar las zonas más afectadas (3,32) y adelantar el toque de queda (3,20).
El 70 % dice haber celebrado Año Nuevo solo con sus convivientes; un 36%, haber celebrado Nochebuena con no-convivientes de un núcleo familiar, y un 5%, haberse reunido con no-convivientes de varios grupos en Nochevieja
Cosmo-Spain está coordinado por el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) en colaboración con el Ministerio de Sanidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Universidad de Murcia y la Universidad de Cádiz; entre las investigadoras que lo lideran están Maria João Forjaz, María Romay-Barja y Carmen Rodríguez-Blázquez, del ISCIII, y María Falcón, de la Universidad de Murcia.
Han participado en el estudio más de mil personas residentes en España mayores de 18 años, y se ha asegurado una distribución similar a la población española en términos de edad, educación, género y zona de residencia. El 33% de las personas encuestas tenía entre 45 y 60 años; el 42% tenía estudios universitarios, la mayor parte (58%) refirió estar trabajando y, de este grupo, el 30% indicó que trabaja presencialmente en entornos con riesgo moderado.